Ayoub El Hilali y la responsabilidad de ser actor ¨¢rabe en Espa?a
El actor barcelon¨¦s de origen marroqu¨ª celebra ¡°el poder transformador de la palabra¡± en el texto de ¡®#PuertasAbiertas¡¯, que representa junto a Cayetana Guill¨¦n Cuervo en el Teatro Espa?ol
El actor Ayoub El Hilali (Barcelona, 31 a?os) se apasiona cuando se le menciona el documental La clase (2008), en el que el franc¨¦s Laurent Cantet convierte el microcosmos del aula de un instituto en una caja de resonancia que se hace eco de la sociedad de su pa¨ªs. La inmensa mayor¨ªa de sus alumnos, adolescentes en busca de una identidad, viven atrapados en un limbo. Son hijos de emigrantes a los que ninguna naci¨®n los identifica como suyos. El Hilali, de origen marroqu¨ª, no solo admira la cinta como gran aficionado al cine franc¨¦s; en ella encuentra la que ha sido su propia vida. ¡±Sin caer en victimismos, vives resignado al no ser de ning¨²n lugar en el mundo. Cuando voy all¨ª [Marruecos], me dicen: t¨² eres el espa?ol, el que se fueron sus padres. Y cuando estoy aqu¨ª [Espa?a] soy¡ el otro¡±, cuenta.
A ¨¦l le cambi¨® la vida, siendo muy joven, el que se asomara por su clase el equipo de una pel¨ªcula en busca de nuevos talentos -era Fuerte Apache (2006) y termin¨® participando en ella-. Pero el gran revulsivo fue el participar junto a su madre Amina y su hermano Hamza en los proyectos art¨ªsticos del Forn de teatre Pa¡¯tothom de Barcelona, entidad que lucha contra la exclusi¨®n social organizando talleres y funciones de teatro. En Amina busca feina (Amina busca trabajo) la familia El Hilali ide¨® un montaje con el que giraron por c¨¢rceles espa?olas. ¡°As¨ª descubr¨ª el poder transformador de la palabra¡±, recuerda. Lo ha vuelto a encontrar en el texto de #PuertasAbiertas, que supone el debut como dramaturga de la periodista Emma Riverola y que el barcelon¨¦s interpreta junto a Cayetana Guill¨¦n Cuervo bajo la direcci¨®n de Abel Folk. Lo har¨¢n desde este jueves y hasta el 2 de mayo en la sala Margarita Xirgu del Teatro Espa?ol. Inspirado en los atentados de Par¨ªs de noviembre de 2015, el montaje se sit¨²a en una ciudad inmersa en el caos. Varias bombas han estallado provocando decenas de muertos. Ante el colapso de la capital francesa, con las calles y los transportes cortadas, vecinos del centro de la ciudad invitan a sus casas a los que se han quedado atrapados. Julie tambi¨¦n ofrece su apartamento a un joven parisino. Cuando abre la puerta, se encuentra con un tono de piel que no espera, lo que la enfrenta a sus prejuicios. ¡°Nac¨ª en Par¨ªs. No te ment¨ª¡±, le dice en un momento dado el invitado a su anfitriona.
#PuertasAbiertas, que reflexiona sobre la violencia y tambi¨¦n sobre el miedo, le brinda al actor un personaje con el que admite compartir muchos de sus conflictos personales y profesiones. ¡°El teatro est¨¢ abriendo ahora la puerta para analizar los estereotipos raciales y culturales, pero no se ha mojado tanto como lo ha hecho la televisi¨®n, aunque a menudo se haya tratado el tema en pantalla desde el sensacionalismo e incluso la superioridad colonialista¡±, cuenta El Hilali, que se dio a conocer interpretando a un polic¨ªa en la serie El Pr¨ªncipe. ¡°Hasta ahora, se ha pecado de contar el cuento de Pocahontas, del blanco que viene a liberar a la ¨¢rabe quitando velos. ?Y por qu¨¦ existe el t¨¦rmino terrorismo yihadista y no el de terrorismo cristianista o el terrorismo juda¨ªsta. Dejemos de lado la divisi¨®n y escuch¨¦monos unos a otros¡±, defiende.
¡°Todav¨ªa no ha llegado el momento para m¨ª de dejar de hablar de discriminaci¨®n¡±
El actor dice no arrepentirse de haber hecho en 2014 ese personaje televisivo, porque le ha permitido evolucionar. ¡°?Si lo volver¨ªa a hacer ahora? Ese es otro tema. [El productor ejecutivo] Aitor Gabilondo apost¨® por m¨ª en su momento, era un contexto determinado. Pero a?os despu¨¦s, tanto ¨¦l como otros profesionales de este sector han entendido que hay una evoluci¨®n con respecto al retrato de mi colectivo¡±. Gabilondo ha contado de nuevo con ¨¦l para formar parte del reparto de otra serie, Madres, en donde apenas se hace referencia a la cultura de su personaje. Para El Hilali es una buena noticia que existan estas oportunidades, pero entiende ¡°que todav¨ªa no ha llegado el momento de dejar de hablar de discriminaci¨®n¡± en sus personajes o en sus entrevistas. Hasta ahora, lamenta, han sido a menudo los propios actores los encargados de servir de asesores culturales de las producciones en las que han trabajado. ¡°Cuando hay un papel vacante para hacer de Juan o de Manuel, a los responsables de c¨¢sting nunca se les ocurre llamarme a m¨ª, pero cuando hay que hacer de Mohamed o Mustafa, sea del pa¨ªs que sea, necesitan que yo u otros [comparte generaci¨®n con Mina El Hammani o Said Chatiby] solventemos el personaje con solidez¡±. Si las circunstancias se lo permiten, comenta, algunos de ellos incluyen como cl¨¢usula de su contrato la presencia de uno de estos asesores. Menciona a Abdel Ouardi como pr¨¢cticamente el ¨²nico con el que cuentan en los rodajes, como en la serie Conquistadores Adventum o en la reciente La Unidad, y que les ayuda a construir personajes con acentos y costumbres distintos a los suyos propios.
Por eso, uno de sus grandes referentes en la profesi¨®n es el ceut¨ª Abdelatif Hwidar. ¡°Es muy bonito llamarme as¨ª y estar aqu¨ª sin que te cacheen¡±, dijo en 2008 mientras hac¨ªa historia al recoger un premio Goya al mejor cortometraje de ficci¨®n: Salvador (Historia de un milagro cotidiano), sobre los atentados del 11-M. ¡°Ha hecho de padre en la ficci¨®n de todos los actores de mi edad y en su d¨ªa fue el ¨²nico que se plant¨® ante una productora denunciando c¨®mo se trataba a nuestra comunidad¡±. Se refiere a la serie Makinavaja, emitida entre 1995 y 1997 en la televisi¨®n p¨²blica, y en la que a uno de sus personajes, Mohamed, se le denominaba continuamente como ¡°moro de mierda¡± mientras era interpretado por un actor blanco con la cara pintada. ¡°En todo esto hay un tema tambi¨¦n de aporofobia, de rechazo al pobre. Nadie duda en pedirle una foto a un futbolista ¨¢rabe o negro. Pero incluso a ellos, en cuanto fallan un gol, en seguida sale el ¡®maldito moro¡¯ o ¡®maldito negro¡¯ de la boca¡±, comenta.
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