Combo Paradiso, escapismo luminoso para tiempos de congoja
Cuatro grandes solistas del soul y el blues nacional se conjuran para inyectar energ¨ªas con una ¡®superbanda¡¯ de hechuras m¨¢s latinas que afroamericanas
El proyecto seguramente m¨¢s ambicioso en el panorama de la m¨²sica nacional de los ¨²ltimos a?os no es fruto de ninguna alineaci¨®n de planetas. Pero confirmemos antes de nada las sospechas: la maldita pandemia, en efecto, tuvo bastante que ver. ¡°Ante una realidad tan complicada¡±, reflexiona el teclista toledano Juli¨¢n Maeso, ¡°solo se pod¨ªan hacer dos cosas: buscar respuestas en uno mismo y compartir sensaciones con los dem¨¢s, por aquello de amortiguar el impacto¡±.
?l fue uno de los que se conjur¨® para encontrar complicidades que hicieran m¨¢s llevaderas las vacilaciones y la congoja. Otros tres m¨²sicos codiciados y experimentados ¨Del tambi¨¦n teclista y vocalista Juan Zelada, el cantante y guitarrista Alberto Anaut y el cantante de blues Adri¨¢n Costa¨D respondieron a la llamada. Y as¨ª, casi por generaci¨®n espont¨¢nea, se sentaron las bases de lo que hoy ya es un rutilante cuarteto con su primer ¨¢lbum en circulaci¨®n: Combo Paradiso. Cuatro tipos hirsutos y curtidos que hab¨ªan demostrado hasta ahora un alma eminentemente negra, siempre escorados hacia el soul y ciertas esencias jazz¨ªsticas, pero que ahora coquetean tambi¨¦n con la tradici¨®n hispana, latina y abolerada de toda la vida.
Dos madrile?os, un manchego y un compostelano. Una bonita mezcolanza y, dicho sea de paso, un cotidiano embrollo organizativo. Si las circunstancias humanas y regulatorias lo permiten, el para¨ªso se encuentra en cualquier rinc¨®n de Galicia donde dar rienda suelta a sus pasiones compartidas. De hecho, el elep¨¦ de debut, Loco vaiv¨¦n, se ventil¨® en apenas una semana de ensayos y sesiones expeditivas en el m¨ªtico club N¨¢utico de San Vicente do Mar, en O Grove (Pontevedra), uno de esos rincones imprescindibles para la militancia mel¨®mana peninsular.
All¨ª, mecidas por la brisa atl¨¢ntica, cobraron forma estas 10 canciones que este mi¨¦rcoles se estrenan en sociedad en el Teatro La Estaci¨®n (Pr¨ªncipe P¨ªo), la primera ocasi¨®n de adentrarse en un repertorio nacido desde el desparpajo, la qu¨ªmica y la falta de prejuicios. Adri¨¢n, Alberto, Juan y Juli¨¢n intercambiaron voces cantantes, temas propios o ajenos, vitalidad espont¨¢nea, melod¨ªas de elaboraci¨®n minuciosa y tarareo siempre tentador. Eso s¨ª: esta vez se expresan siempre en castellano, a diferencia de ese poso angloparlante que hasta ahora hab¨ªa sido santo y se?a de sus diferentes proyectos propios: Maeso proven¨ªa de los m¨ªticos The Sunday Drivers antes de destaparse como solista, Alberto lidera el grupo que opera bajo su apellido (Anaut), Zelada maravill¨® en la escena de clubes londinenses antes de regresar a Espa?a y Costa lider¨® durante seis elep¨¦s Los Reyes del K.O., una de las formaciones m¨¢s s¨®lidas que ha conocido el blues en Espa?a.
Son muchos galones, entre unos y otros, y estaban abocados a que nos refiri¨¦ramos a ellos como superbanda, una denominaci¨®n muy en auge a finales de los sesenta. Aunque la etiqueta parece hacerles una gracia muy relativa, casi como si de un sambenito se tratara. ¡°Es que ni creo que seamos una superbanda ni estoy seguro de que el t¨¦rmino implique un halago¡±, objeta Juan Zelada, que a principios de 2020 hab¨ªa publicado un elep¨¦ breve, Cercedilla sessions, registrado en su refugio de la sierra madrile?a. Y remacha, jugando con la terminolog¨ªa: ¡°Creo que los cuatro preferimos el mercado al supermercado. Lo bueno es mimar el producto y ponernos cara los unos a los otros. Lo de los s¨²per ya escapa a nuestro entendimiento¡±.
Es la misma actitud desprejuiciada, fresca y sin ¨ªnfulas que adoptan sus otros compa?eros, incapaces incluso de dilucidar si esta alianza es circunstancial o de largo recorrido. ¡°A largo plazo solo existe seguridad sobre la amistad que tenemos los cuatro¡±, certifica Adri¨¢n. ¡°Los proyectos musicales luego conviven con su entorno y adquieren vida propia con un futuro incierto. As¨ª que lo importante es¡ lo de menos¡±. Y rompe a re¨ªr.
La pandemia, el miedo y las incertidumbres han acrecentado sus ganas de sonre¨ªr, aunque solo sea por aquello de la buena cara y el mal tiempo. Visualizaban la idea del combo, relata Zelada, como ¡°una peque?a orquesta de ciudad¡± que sue?a con grandes pel¨ªculas: Cinema Paradiso, sin ir m¨¢s lejos. Y que ofrece a trav¨¦s de la m¨²sica ese para¨ªso paralelo a una realidad nada id¨ªlica. Llam¨¦moslo escapismo, si se quiere. ¡°Es que a todos nos toca ahora remontar¡±, argumenta el propio Juan. ¡°Cuando empezamos, el verano pasado, solo ten¨ªamos en mente la idea de tocar, propiciar buenos ratos y olvidarnos un poco del drama, aunque no pudi¨¦ramos dejar de tenerlo presente. Era una manera de compartir una energ¨ªa entusiasta entre nosotros. Ahora se trata de trasladarla y que los oyentes tambi¨¦n la reciban as¨ª¡±.
No se atreven a pronosticar si habr¨ªan alumbrado en cualquier caso este Combo Paradiso y c¨®mo sonar¨ªa su hipot¨¦tico disco de debut en un contexto de antigua normalidad, cuando a¨²n no sab¨ªamos qu¨¦ demonios era eso de la serolog¨ªa. ¡°Quiz¨¢ no diferir¨ªa mucho del sonido actual¡±, se aventura a mencionar Adri¨¢n Costa, ¡°aunque es verdad que la pandemia nos ha hecho valorar otras cosas¡±. Y remacha, tirando de retranca gallega: ¡°Ahora tenemos menos dinero, pero nos queremos m¨¢s¡±. Alberto Anaut asiente a su lado y se felicita de haber concebido un manifiesto de diversidad y eclecticismo. ¡°Hemos concluido que, en un proyecto con cuatro voces, los intentos por controlar el resultado se volv¨ªan no ya dif¨ªciles, sino in¨²tiles¡±.
Ahora solo queda comprobar la acogida que obtiene esta m¨²sica luminosa, entra?able y radiante, pero al¨¦rgica a reguetones y dem¨¢s ritmos en auge en las reproducciones digitales. En eso, Juli¨¢n Maeso se muestra did¨¢ctico, pero implacable: ¡°El reguet¨®n proviene en ¨²ltimo extremo de la cumbia. Si quieres tocar palos modernos, quiz¨¢ no est¨¢ mal entender sus ra¨ªces e interiorizarlas de manera natural para no caer en algo impostado¡±. Y concluye con un recadito para los ap¨®stoles del autotune, ese artificio digital para modificar la voz que se ha convertido en paradigma entre los nuevos artistas del bailoteo. ¡°Hay mucha gente apunt¨¢ndose a ese mundo del autotune para poder comer, pero seguir las modas de esa manera es peligroso si buscas una identidad propia¡±, alerta. ¡°Se ha convertido en un artificio de la industria musical para vender m¨¢s. Y nosotros, honestamente, preferimos escuchar la m¨²sica de los nuevos talentos sin importarnos si llevan ch¨¢ndal o pareos¡¡±.
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