Jes¨²s Rubio Gamo, la complejidad de la sencillez
¡®Acciones sencillas¡¯, la nueva incursi¨®n minimalista del core¨®grafo madrile?o, se estrena este jueves en Condeduque
Un gesto peque?o, una acci¨®n corporal simple, di¨¢fana y sencilla. Desde all¨ª ha trabajado Jes¨²s Rubio Gamo (Madrid, 1982) con sus bailarines. Y a fuerza de repetici¨®n y obstinaci¨®n, cabezoner¨ªa y constancia, magnifica y convierte el gesto peque?o en una acci¨®n grande, no solamente compleja, sino tambi¨¦n fascinante. La hace espect¨¢culo. Constat¨® los alcances de su obsesi¨®n minimalista en Gran Bolero (2019), su creaci¨®n anterior. Explora y va m¨¢s all¨¢ en la nueva, Acciones sencillas, coreograf¨ªa que estrena este jueves 3 de junio en el Centro Condeduque, antes de viajar al Festival Grec de Barcelona (Mercat de les Flors, del 20 al 22 de julio).
¡°Hay una estructura coreogr¨¢fica que se repite tres veces. Pero cada una es diferente. Es como el ayeo del cantaor. Un ay puede ser conmovedor, puede ser festivo o puede ser un lamento, pero sigue siendo un ay. Lo importante es la intenci¨®n, lo que est¨¢ detr¨¢s de la acci¨®n, que se va exacerbando¡±, explica el core¨®grafo.
La estructura coreogr¨¢fica se establece as¨ª como una relaci¨®n entre la forma, lo que se repite, y el sentido, lo que quiere decir cada vez. ¡°No es la misma acci¨®n si el que la baila est¨¢ vestido en una y desnudo en la otra. Una acci¨®n, aunque sea la misma, no es igual la primera vez que la d¨¦cima. Puedes esforzarte para que sea id¨¦ntica, pero la percepci¨®n del que la hace y el que la mira no para de variar¡±, continua.
En Gran Bolero, que fue un ¨¦xito all¨ª donde lleg¨® (Madrid, Barcelona, Berl¨ªn, ?msterdam, Roma y tantas otras ciudades), la m¨²sica de Ravel le marc¨® una estructura en crescendo progresivo, que llevaba la coreograf¨ªa de la quietud al caos, de la serenidad a la apoteosis. Pero el p¨²blico se le impacientaba, quer¨ªa apoteosis inmediata. ¡°Sent¨ªa que se enfadaban al principio porque no ve¨ªan el Bolero de Ravel, quer¨ªan que todo arrancara ya¡±, se lamenta. ¡°Lo notaba, tos¨ªan mucho, estaban inc¨®modos, me lo dec¨ªan¡ En Acciones sencillas he querido arrancar con todo desde el inicio, confirmarle a la audiencia que s¨ª, que vamos a bailar, que a m¨ª me gusta bailar y mover cuerpos en el espacio, porque lo que quiero es que se relajen y nos acompa?en en el proceso sin estar indignados¡±.
He querido arrancar con todo desde el inicio, confirmarle a la audiencia que s¨ª, que vamos a bailar, que a m¨ª me gusta bailar y mover cuerpos en el espacio
Su minimalismo pasa por el despojo de todo lo in¨²til, por quitar lo superficial. Opt¨® por la m¨²sica en directo sin instrumentos y ning¨²n sonido grabado. Tres cantaoras y palmeras que con su flamenco animan la danza furiosamente contempor¨¢nea de cinco bailarines obstinados que, en un proceso de extenuaci¨®n, se van despojando de sus ropas en un escenario tan desnudo como ellos. Voces, palmas, cuerpos. Nada m¨¢s. La estructura coreogr¨¢fica es cerrada, pero c¨®mo ¨¦l mismo dice, ¡°ha sido agujereada¡±, para que cada bailar¨ªn tenga su momento de lucimiento personal. ¡°Me alejo de la composici¨®n para dejar que se vea a ese bailar¨ªn que tiene su propia sensibilidad. As¨ª que cada uno tiene su solo, su momento en la pieza¡±.
![La obra 'Acciones sencillas' del core¨®grafo Jes¨²s Rubio.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/TIAQ72KB7RCQFJKKYB7GLHQD3Q.jpg?auth=2e0a194c717ee7f512eb38e951acd918da8e211dc6783deefbbd9a1ae8657f86&width=414)
Un camino espinoso
Jes¨²s Rubio no ha sido siempre este riguroso minimalista. Llegar hasta aqu¨ª no ha sido un camino en l¨ªnea recta. En sus inicios ya lejanos intent¨® el patinaje art¨ªstico que le condujo al ballet. Quiso ser actor y mimo, estudiando en la RESAD madrile?a. Despu¨¦s intent¨® Filolog¨ªa, aunque termin¨® gradu¨¢ndose en el M¨¢ster de Coreograf¨ªa de The Place, en Londres. Se debati¨® un tiempo entre Londres y Madrid. Husme¨® en la danza experimental, que no pareci¨® convencerle. Pas¨® malos ratos en el estudio frente a unos bailarines expectantes cuando ¨¦l no sab¨ªa qu¨¦ era lo que quer¨ªa de ellos. ¡°Ten¨ªa ideas, pero no entend¨ªa qu¨¦ quer¨ªa y las ideas solas no valen. Ha sido un proceso largo. Reflexion¨¦ despu¨¦s de que alguien me dijera que yo bailaba con una profundidad que mis bailarines no. Y me cost¨® admitir que hab¨ªa algo en mi movimiento que era ¨²nico y que quiz¨¢ estar¨ªa bien compartir¡±.
De este hallazgo surgen sus solos. Y ya van varios. Usa su cuerpo como un laboratorio de investigaci¨®n para lo que luego va a desarrollar en trabajos corales con sus bailarines. El m¨¢s reciente, El hermoso misterio que nos une, que fue creado en paralelo y a prop¨®sito de Acciones sencillas, ir¨¢ al Festival Roma Oto?o, en noviembre pr¨®ximo, y despu¨¦s al Festival de Oto?o de Madrid.
Pero sean unipersonales o trabajos grupales, las intenciones var¨ªan en forma y formato pero casi nunca en el fondo. ¡°Estamos necesitados de espiritualidad, necesitamos ir al teatro para encontrar algo que nos ensanche el alma. Creo que la danza no es solo cuerpo sino lo que se hace con ¨¦l. La repetici¨®n, los ciclos, los ritmos son la realidad del universo. Eso est¨¢ ah¨ª y es as¨ª¡±.
Menos es m¨¢s
Desde luego la danza minimalista no es invenci¨®n de Jes¨²s Rubio Gamo. La idea de conseguir el m¨¢ximo efecto con los m¨ªnimos elementos fue una preocupaci¨®n de artistas pl¨¢sticos en la Norteam¨¦rica de los a?os setenta, que pronto se contagi¨® entre m¨²sicos, gente de teatro y danza, que quisieron experimentar con elementos como la repetici¨®n, la obstinaci¨®n y lo c¨ªclico. Steve Reich o Philip Glass en la m¨²sica estimularon a core¨®grafos como Lucinda Childs, que opt¨® por el movimiento repetitivo, o directores esc¨¦nicos como Bob Wilson, que prefiri¨® la c¨¢mara lenta en espect¨¢culos de muy larga duraci¨®n. En Europa, los primeros trabajos de Anne Teresa de Keersmaeker para su compa?¨ªa Rosas son ejemplares. Einstein on the beach (1976), espect¨¢culo inclasificable de nueve horas sin intermedio firmado por Glass, Wilson y Childs permanece a¨²n hoy como la cima del minimalismo esc¨¦nico.
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