¡°Todo empez¨® con una mirada de culo¡±: reconstrucci¨®n de la noche en la que muri¨® Miguel¨ªn
Los amigos del joven asesinado en San Agust¨ªn de Guadalix en 2017 relatan las horas de confusi¨®n que acabaron en un homicidio. Seis supuestos miembros de los Dominican Don¡¯t Play responden por ello
Fiestas de pueblo, autos de choque, carpa con discom¨®vil, alcohol, ba?os port¨¢tiles y mucha confusi¨®n. Siete j¨®venes que apenas superan los 20 a?os han reconstruido delante del juez este mi¨¦rcoles una noche de juerga que acab¨® con el homicidio de su amigo de 18 a?os Miguel de C¨¢rdenas Campoy, al que todos se han referido como Miguel¨ªn. Sucedi¨® en las fiestas de San Agust¨ªn de Guadalix en 2017 y todo comenz¨®, seg¨²n ha relatado Pablo, uno de los amigos de la v¨ªctima, por ¡°una mirada de culo¡±.
Unos d¨ªas antes del 15 de septiembre, Aitor, amigo de Miguel, se encontraba en San Sebasti¨¢n de los Reyes con su entonces novia Natalia. En ese momento pas¨® por ah¨ª Bryan, presuntamente relacionado con la banda Dominican Don¡¯t Play (DDP). Seg¨²n Aitor, le toc¨® el culo a la chica. Se produjo un enfrentamiento entre ambos chavales que no lleg¨® a m¨¢s pero que acabar¨ªa con los DDP present¨¢ndose en las fiestas de Guadalix, de donde eran Miguel, Aitor y el resto de los amigos que hoy han desfilado por la Audiencia Provincial para recordar la sucesi¨®n de tr¨¢gicos hechos que desemboc¨® en la muerte de una pu?alada en el pecho de Miguel¨ªn. En el banquillo, seis presuntos miembros de esa banda y otro al que no se considera integrante escuchan los testimonios. La polic¨ªa les considera responsables del homicidio, y apunta especialmente a Nene, como l¨ªder de la banda. Para todos ellos la fiscal¨ªa pide entre 13 y 22 a?os de prisi¨®n.
¡°Vamos a ir a por ti¡±, ha contado Aitor que le dijo Bryan, que entonces era menor de edad y que poco despu¨¦s de los hechos se march¨® de Espa?a sin que se sepa nada de ¨¦l desde entonces. Pablo, el otro amigo, ha a?adido que Aitor le respondi¨®: ¡°Pues tr¨¢eme a los DDP¡±. Aitor le cont¨® la escena a su amigo Miguel, quien desde entonces andaba preocupado por si la amenaza se hac¨ªa real. ¡°?T¨² has hecho algo? ?Te llamas Aitor? Pues entonces tranquilo porque a ti no te va a pasar nada¡±, le dijo otro de sus colegas, Iv¨¢n.
Pero s¨ª le pas¨®. 15 de septiembre. La m¨²sica suena, el recinto ferial est¨¢ lleno. Todos los j¨®venes del pueblo est¨¢n all¨ª y empieza a correr el rumor de que, efectivamente, los DDP han desembarcado all¨ª esa noche. Deja de ser un rumor cuando Carlota, otra de las chicas de Guadalix les confirma a los amigos que los ha visto y andan preguntando por Aitor. Miguel se inquieta a¨²n m¨¢s y le comenta a varios compa?eros que ¡°puede pasar algo¡±. Los supuestos miembros de la banda se hacen visibles, como cuenta Jorge, otro chaval de la pandilla de Miguel. ¡°Se plantaron delante de m¨ª y me dijeron: ¡®Somos los DDP de Alcobendas¡¯. Yo les dije que no s¨¦ a qui¨¦n buscaban pero que se estaban equivocando¡±. En la zona de los autos de choque, unas amigas del pueblo se hacen una foto y de fondo se ve a los supuestos miembros de la banda. Ese selfie forma hoy parte del sumario del caso.
Avanza la noche y tambi¨¦n el alcohol, la tensi¨®n, los comentarios entre los amigos. Muchos de ellos se dan cuenta de la presencia de gente de fuera del pueblo. ¡°Estaban ah¨ª sin bailar, como observando, buscando. Si les hubieras visto, sabr¨ªas decir que no ven¨ªan a divertirse¡±, explica Adri¨¢n, otro de los amigos de Miguel. En un momento dado, la v¨ªctima le dijo a su amigo Iv¨¢n que le acompa?ara a por una copa. Ambos salen del centro de la discom¨®vil y en uno de los laterales se encuentra con los chicos que han venido al pueblo en busca de su amigo. ¡°Yo lo ¨²nico que quiero es que dej¨¦is en paz a Aitor¡±, fue lo ¨²nico que acert¨® a o¨ªr Juan Jos¨¦, otro de los testigos, de boca de la v¨ªctima.
Miguel recibi¨® un pu?etazo que le dej¨® conmocionado cuando apenas hab¨ªa acabado la frase. ¡°Vi perfectamente c¨®mo le pon¨ªan a Miguel la camiseta por encima de la cabeza para que no pudiera ver nada, empezaron a pegarle entre varios y uno de ellos se acerc¨® por delante y le apu?al¨®¡±, ha completado Adri¨¢n, otro chaval del pueblo. ¡°?Vio c¨®mo le apu?alaban?¡±, ha preguntado la fiscal. ¡°No vi la navaja, pero vi el gesto¡±, ha respondido y posteriormente lo ha reproducido. Todos ellos han coincidido en describir la indumentaria de los atacantes con gorras, mascarillas negras y capuchas.
Se desata el caos. ¡°Han pinchado a Miguel¨ªn¡±, dicen unos. Otros cuentan que le han visto ¡°aturdido¡± cerca de la discom¨®vil. La mayor¨ªa todav¨ªa cree en ese momento que le han dado una simple paliza. Hasta que un amigo le levanta la camiseta y ve la pu?alada. ¡°Uno de ellos se me acerc¨®, me ense?¨® una pistola y me dijo: ?Quieres morir tu tambi¨¦n? No voy a gastar ni una bala en ti¡±, ha contado Iv¨¢n, que ha descrito a este sujeto con una gorra roja y una ¡°sonrisa muy marcada¡±. En los minutos que siguieron al homicidio todo es confusi¨®n. Unos se van hasta la parada de autob¨²s del pol¨ªgono porque han visto a gente correr hacia all¨ª. Otro asegura que ve salir a los ¡°dominicanos¡± del recinto ferial una hora despu¨¦s de los hechos. ¡°Yo solo me qued¨¦ abrazado a la pierna de mi amigo¡±, ha lamentado Juan Jos¨¦.
Los servicios de emergencias trasladaron a Miguel al hospital y en torno a las siete de la ma?ana del d¨ªa 16 se certific¨® su muerte. Cuatro a?os despu¨¦s, el rompecabezas de aquella noche sigue siendo complicado de entender. Pablo, su amigo, lo resume as¨ª: ¡°Fue una tonter¨ªa de ni?os que ha acabado en un problema m¨¢s gordo, no sabemos muy bien por qu¨¦¡±.
"Nos han quitado la oportunidad de verle hacerse un hombre"
En la sesi¨®n del juicio de este mi¨¦rcoles por el homicidio de Miguel de C¨¢rdenas Campoy ha estado presente la familia del fallecido, entre ellos, sus padres, Manuel y Mar¨ªa. Ambos han testificado y han contado c¨®mo una amiga de su hijo les llam¨® esa madrugada para decirles que hab¨ªan apu?alado a su hijo. "Intentas criarlos de la mejor manera posible, te llaman una noche y te dicen que a tu peque?o le han apu?alado en el coraz¨®n. Te quedan solo las ganas de morir, te quedas enfermo, sin futuro ni horizonte", ha explicado el progenitor. Ambos han tenido que recibir tratamiento psiqui¨¢trico desde ese d¨ªa de septiembre. El padre ha le¨ªdo una carta que le escribi¨® una de las profesoras de Miguel a los pocos d¨ªas del homicidio. "Nunca olvidar¨¦ su mirada limpia, sus gestos de protecci¨®n a sus amigos, su risa contagiosa, su sonrisa profunda, su manera tranquila de hablar, su jovialidad y energ¨ªa", redact¨® la docente. "Nos han quitado la oportunidad de verle hacerse un hombre. Esto no te permite nunca m¨¢s alcanzar la felicidad", ha expuesto la madre. A la salida, los amigos de Miguel les han esperado sentados en un banco. Hoy han tenido que revivir la noche en la que una llamada cambi¨® su vida para siempre.
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