La inspectora que disfruta en la escena del crimen
Sonia lidera uno de los dos grupos de Homicidios de la polic¨ªa en Madrid con una tasa de resoluci¨®n de cr¨ªmenes que sobrepasa el 95%. El otro equipo tambi¨¦n tiene una mujer por jefa
Sonia almacena todos sus muertos en la memoria como si fuera un archivo indestructible. 2008, sala de autopsias del anat¨®mico forense en la Complutense. Sus primeras pr¨¢cticas como polic¨ªa. En homicidios. La hoy inspectora es capaz de describir, como si se trasladase mentalmente a ese momento, el olor a formol. Parece que a¨²n conserve ese efluvio dentro de sus fosas nasales. Tambi¨¦n el ruido de los instrumentos al abrir el cuerpo. Recuerda la diferencia entre la foto que hab¨ªa visto de la v¨ªctima cuando estaba vivo y el rostro desfigurado e irreconocible que se encontr¨® en esa mesa. ?l era el artista Coco Ci?lo, que muri¨® brutalmente tras resistirse a dar el n¨²mero pin de su tarjeta de cr¨¦dito a unos ladrones. Esa chica que se enfrent¨® por primera vez a una autopsia con 24 a?os es hoy jefa del grupo VI de homicidios de la Jefatura Superior de la Polic¨ªa Nacional en Madrid. El otro grupo que investiga muertes violentas tambi¨¦n est¨¢ liderado por una mujer.
El a?o que viene se cumplen 40 a?os desde que se crearan los primeros grupos en Espa?a especializados en homicidios. En Madrid se form¨® uno de ellos. Sonia ni siquiera hab¨ªa nacido. Entonces no se contaba ni con las pruebas de ADN, ni rastreo de m¨®viles y cualquier diligencia llevaba jornadas enteras de trabajo. Ahora, el equipo de una docena de agentes que lidera Sonia tiene una tasa de resoluci¨®n del 96% de los cr¨ªmenes. Nunca ha concedido una entrevista, es una mujer t¨ªmida, que procura abstraerse de lo que cuentan los medios sobre los asesinatos en los que trabaja. ¡°Si la ves por la calle nunca te imaginar¨ªas que es polic¨ªa¡±, dice un compa?ero sobre ella. ¡°Yo hago mi trabajo y a m¨ª que me dejen tranquila¡±, asegura con simpat¨ªa pero con firmeza. Llega a la entrevista acompa?ada de Ricardo, subinspector de su grupo. ¡°Si necesitamos un a?o para tenerlo todo bien atado, no nos van a meter prisa¡±, secunda a su jefa.
Eso es lo que vivi¨® con el caso de C¨¦sar Rom¨¢n, el Rey del Cahopo. Horas y horas de televisi¨®n y p¨¢ginas de peri¨®dico. Fue su compa?ero Ricardo el que m¨¢s implicado estuvo en esa investigaci¨®n. En el juicio, Rom¨¢n lleg¨® a enfrentarse con ¨¦l durante su declaraci¨®n. ¡°Cuando le detuvimos nos dijo que ese cad¨¢ver no era de Heidi¡±, recuerda. Este mismo argumento fue el que emple¨® para su defensa, hasta que el ¨²ltimo d¨ªa admiti¨® que las pruebas corroboraban que s¨ª lo era. Para llegar a un juicio, los agentes estudian y preparan su declaracion durante semanas. ¡°Si sale en libertad un culpable, es un fracaso para nosotros¡±, sentencia la inspectora.
Sonia reconstruye todas las escenas del crimen que ha pisado con una precisi¨®n milim¨¦trica. Una mujer con sangre en la cabeza, el reguero que marca el camino por el que ha sido arrastrada, las marcas que dejaron su intento de defenderse, el desorden... Sucedi¨® en 2015. Acab¨® deteniendo a los dos culpables despu¨¦s de meses de pesquisas. Una noche de alcohol que acab¨® de la peor forma posible. ¡°S¨¦ que puede sonar raro, pero yo soy feliz yendo a un levantamiento de un cad¨¢ver. Quiero intentar entender qu¨¦ ha pasado ah¨ª, reconstruir todo con l¨®gica es algo que me encanta¡±. Con el paso del tiempo, estos polic¨ªas aprenden a ver todo lo que rodea a ese cuerpo. ¡°Si va alguien que no se dedica a esto, lo primero que ver¨¢ es la sangre. Si vamos nosotros, los ojos se te van a las heridas, por deformaci¨®n profesional. En seguida detectas si detr¨¢s de ese crimen hay odio y rencor¡±, puntualiza.
Tras esas pr¨¢cticas de 2008, Sonia continu¨® con su formaci¨®n, hasta que hace seis a?os ocup¨® su plaza definitiva en homicidios. ¡°Hay que tener una vocaci¨®n especial para estar aqu¨ª¡±, reconoce. Y no lo dice tanto por las atrocidades que presencian, sino por la entrega absoluta que exige este trabajo. ¡°Hay que aguantar la presi¨®n de estar 24 horas disponible en el m¨®vil. Te pueden llamar a las tres de la ma?ana, la semana que est¨¢s de guardia renuncias a todo, no haces planes, no vas ni a bodas. Yo, que juego a baloncesto, esa semana ni se me ocurre¡±, apunta. Algunos compa?eros piden el traslado cuando llega el momento de la paternidad. ¡°Yo no tengo hijos, es verdad que esta profesi¨®n puede limitar esa parte personal. Pero no tiene por qu¨¦, yo tuve una jefa en homicidios que ten¨ªa dos¡±, cuenta. Esa dedicaci¨®n es la que les llev¨® a pasar el d¨ªa de A?o Nuevo juntos a varios miembros de su equipo. Ricardo tuvo que irse poco despu¨¦s a una muerte por arma de fuego que result¨® ser un suicidio. El d¨ªa de antes una compa?era no pudo tomarse las uvas por el ¨²ltimo asesinato machista de 2020, sucedido en Torrej¨®n de Ardoz.
Las familias son una parte importante de su trabajo. Aunque procura mantener la frialdad y la distancia, las menciona constantemente. Ese es uno de los motivos por los que nunca quiere ofrcer muchos detalles de su trabajo. ¡°Imag¨ªnate que le pasa a alguien de tu familia. Yo no trabajo para coger al malo, yo trabajo para que ellos puedan cerrar esa puerta. Por eso tampoco me gusta hablar mucho, porque lo que tienes presente siempre es que hay una familia detr¨¢s¡±, explica. Con ellos pasa horas al tel¨¦fono. Una m¨ªnima parte inform¨¢ndoles de c¨®mo van las pesquisas, una mayor tratando de reconfortarles. Algunas han llegado a mandarles bombones por la resoluci¨®n de un crimen. Recuerdan con especial aprecio el alivio que obtuvo la familia de un tapicero asesinado en el paseo Extremadura en 2019.
Ella comenz¨® en el extinto grupo X. Este equipo se cre¨® en 2002, cuando el n¨²mero de homicidios al a?o en Madrid rozaba el centenar, y se disolvi¨® en 2012, cuando esta cifra baj¨® hasta la treintena. Un n¨²mero en el que se ha mantenido desde entonces. Si un lugar puede conocerse por los asesinatos que se cometen en ¨¦l, Madrid es un puzle con muchas piezas. ¡°Hay de todo: ajustes de cuentas, peleas, muertes dentro de la familia, las bandas y los homicidios cometidos por menores que ahora parece que se ven m¨¢s...¡±, detalla. Ahora se encuentra enfrascada precisamente en uno de ellos: el apu?alamiento de Isaac, un joven rapero, en un t¨²nel a mediados de julio. Cauta a la hora de hablar de casos concretos, simplemente desliza que la investigaci¨®n ¡°va bien¡±.
Los grupos de homicidios cuentan en sus equipos con mujeres desde hace a?os, por eso, resta algo de importancia al hecho de que los dos est¨¦n actualmente dirigidos por dos. ¡°Son necesarias en todos los ¨¢mbitos de la polic¨ªa¡±, defiende Ricardo. ¡°Ahora que me toca a m¨ª hacer entrevistas a los que quieren pertenecer a mi grupo, veo mucho m¨¢s inter¨¦s por parte de ellas. Yo creo que nos complementamos, como en muchos otros trabajos. Igual el otro es capaz de ver cosas en las que tu no caes o t¨² te fijas en otros detalles¡±, resume Sonia. Lo que tienen en com¨²n es que rozan la obsesi¨®n con los casos en los que est¨¢n trabajando. ¡°Te vas a casa y sigues d¨¢ndole vueltas y cuando vuelves por la ma?ana tienes lista una serie de ideas de por d¨®nde tirar¡±, indica. ¡°La definici¨®n de Sonia es alguien a la que a veces se le pasa comer por estar centrada en una investigaci¨®n¡±, afirma Ricardo.
Pero siempre quedan espinitas. A pesar de la efectividad de los dos grupos de homicidios de Madrid, a veces se encuentran en un callej¨®n sin salida. Sucede cuando ya no saben de qu¨¦ m¨¢s hilos tirar o cuando saben a ciencia cierta qui¨¦n es el culpable pero no pueden recabar los indicios suficientes para acusarlo. Sonia vuelve a recordar una escena del crimen como si se encontrara en medio de ella. ¡°Una mujer asesinada, de unos 65 a?os. Hab¨ªa sangre solo en la parte inferior de la pared. El mobiliario estaba colocado de forma extra?a... Sal¨ª de all¨ª con la sensaci¨®n de no tener ni idea de lo que hab¨ªa pasado en esa casa¡±, explica. Sucedi¨® en 2016 y a¨²n es uno de los homicidios sin resolver de este equipo. La cabeza de Sonia regresa una y otra vez hasta esa casa en el centro de Madrid.
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