Cenicientos: un lugar para la actividad sexual de sapos y ranas
La Comunidad de Madrid finaliza la restauraci¨®n ecol¨®gica de la antigua presa de La Alberca y crea la mayor charca de batracios de Europa
En Cenicientos hay un para¨ªso de anfibios que nadie esperaba. El sapillo pintojo, el sapo de espuelas, el com¨²n, el corredor, sapos parteros, el trit¨®n gallipato, la ranita de San Antonio o las salamandras. Si reina el silencio cinco minutos, alguno salta sin despeinarse. En el municipio madrile?o que hace de frontera con la provincia de Toledo y ?vila, las hormonas anfibias, si es que existen, se dispararon la primavera pasada y han multiplicado una poblaci¨®n que parec¨ªa celebrar, por fin, la recuperaci¨®n de una zona que les hab¨ªa sido arrebatada hace 50 a?os. No es ninguna broma. Eladio Vicente Mu?oz, del ¨¢rea t¨¦cnica de ingenieros del Canal de Isabel II lo explicaba ayer ante la que ya es la mayor charca de anfibios de Europa de una manera tan clara como gr¨¢fica: ¡°Se ha detectado mucha intensidad sexual en la primavera porque hab¨ªa movimientos de d¨ªa que solo se suelen dar de noche. Y cuando se ven esos movimientos de d¨ªa, los estudios dicen que hay mucha actividad¡±. En definitiva, los anfibios est¨¢n de enhorabuena gracias a que la Comunidad de Madrid ha finalizado la mayor restauraci¨®n ecol¨®gica y paisaj¨ªstica de la antigua presa de La Alberca. Lo suyo ha costado.
El Gobierno regional celebra ahora el trabajo que ha realizado y as¨ª lo expres¨® ayer la consejera de Medio Ambiente, Paloma Mart¨ªn, que calific¨® la obra de ¡°proyecto redondo en todos los sentidos¡±. Pero la historia de esta presa ha estado llena de tiras y aflojas entre administraciones durante varios a?os. En 2015, Natalia N¨²?ez, la alcaldesa socialista del peque?o municipio de 1.800 habitantes, pidi¨® a la Administraci¨®n que hiciera algo con una presa que se hab¨ªa construido en 1970 para abastecer de agua a los pueblos de la zona y que nunca se hab¨ªa utilizado por problemas de seguridad. El agua se filtraba por la base y empez¨® a erosionar el terreno, lo que provoc¨® el miedo entre los vecinos que viven justo debajo, que tem¨ªan ser arrasados por un torrente de agua tras unas lluvias torrenciales. La Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Tajo (estatal) tambi¨¦n le pidi¨® entonces al Gobierno madrile?o que se pusiera manos a la obra, pues hab¨ªa detectado una ¡°aver¨ªa grave¡± en la presa y peligraban ¡°vidas y bienes¡±.
Varios estudios despu¨¦s y tras una inversi¨®n de 523.000 euros, el proyecto se puso en marcha por fin el a?o pasado. En octubre estaba listo el informe de impacto medioambiental de la zona y en noviembre comenzaron unas obras que duraron cuatro meses. Justo a tiempo para la fiesta, es decir, la llegada de la primavera.
La decisi¨®n que se tom¨®, por el bien de la flora, la fauna y los vecinos, fue la de demoler la presa poniendo en marcha un proyecto de econom¨ªa de circular. Con el hormig¨®n se hizo una especie de papilla llamada zahorra artificial y se utiliz¨® para arreglar caminos y una v¨ªa pecuaria de la zona. En total, casi seis kil¨®metros se han asfaltado con los restos de la antigua presa. ¡°Tambi¨¦n los lodos sirvieron para la restauraci¨®n de la propia zona¡±, explic¨® Pablo Rodr¨ªguez, gerente del Canal de Isabel II.
Contra especies ex¨®ticas
Y por fin, redise?aron la que iba a ser la mayor charca de anfibios de Europa, respetando en todo momento la erosi¨®n natural de la zona. Seg¨²n la propia consejer¨ªa, en el momento del a?o con mayor caudal la charca natural mide 1.000 metros cuadrados y tiene un metro de profundidad. Ahora, en verano, lo normal hubiera sido que estuviera seca, aunque este a?o todav¨ªa las ranas pueden disfrutar de algo de agua debido a una temporada especialmente caudalosa. ¡°Que se seque les viene bien a los anfibios porque ellos viven perfectamente fuera del agua y, de esa manera, los cangrejos americanos o las tortugas ex¨®ticas que lanzan al agua y que se alimentan de ellos mueren cuando llega el verano¡±, especific¨® Loli Rodr¨ªguez, tambi¨¦n t¨¦cnico del ¨¢rea de ingenieros del Canal de Isabel II. De esa manera, el para¨ªso es m¨¢s para¨ªso a¨²n para los sapos, los tritones o las ranas, que se reproducen en primavera y disfrutan sin problemas del verano.
Rodr¨ªguez insisti¨® en que la intenci¨®n en todo momento ha sido la de proteger las especies aut¨®ctonas de la zona, ya que adem¨¢s de los anfibios tambi¨¦n hab¨ªan detectado una importante colonia de murci¨¦lagos que campeaba la zona en determinados momentos del a?o. Ahora, tras la demolici¨®n de la presa, cuyo recoveco utilizaban para nidificar, se cobijan en una especie de cueva creada especialmente para que contin¨²en haci¨¦ndolo sin molestias.
Y aunque todav¨ªa es pronto para lanzar las campanas al vuelo, tambi¨¦n parece que les ha ido bien a estos mam¨ªferos alados en cuanto a la reproducci¨®n. Y eso que hasta el 30 de septiembre se encuentran en ¨¦poca de nidificaci¨®n.
Tras la demolici¨®n de la presa, se les acondicion¨® una galer¨ªa que se mantuvo intacta con estructuras de hormig¨®n en el techo para facilitarles la ¨¦poca de cr¨ªa.
Ahora la zona se encuentra vallada para impedir el paso de los viandantes, aunque los t¨¦cnicos cuentan que en marzo ya se escuchaba el chillido t¨ªpico que les caracteriza. ¡°Cuando entras est¨¢n todos juntos, apelotonados, y da cierta cosa¡±, bromea Rodr¨ªguez, que recuerda la funci¨®n esencial de este animal en la naturaleza, ya que se alimentan de insectos y peque?os animales y polinizan especies de plantas que de otra manera no tendr¨ªan c¨®mo reproducirse. Ahora mismo, en Cenicientos hay cuatro especies de murci¨¦lagos: el ratonero, el gris ib¨¦rico, el de cueva y el mediterr¨¢neo, tres de ellos en peligro de extinci¨®n, por lo que los n¨²meros que se han detectado adquieren mayor valor. ¡°Hemos pasado de contabilizar unos 300, a tener contabilizados 536¡±, celebr¨® el gerente del Canal.
Aunque alguna parte del paisaje todav¨ªa muestra los estragos del incendio que asol¨® la zona hace dos a?os, lo cierto es que la naturaleza se ha restaurado en un terreno que estaba tan abandonado como la presa inutilizada. El restablecimiento de la vegetaci¨®n se ha realizado con plantas aut¨®ctonas, con una selecci¨®n de ejemplares de f¨¢cil adaptaci¨®n al entorno, de pocas savias y de peque?o tama?o, gracias al Instituto Madrile?o de Investigaci¨®n y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (Imidra) de la regi¨®n y por el Centro Nacional de Recursos Gen¨¦ticos Forestales, del Ministerio de Transici¨®n Ecol¨®gica.
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