Volver a tocar el papel de los libros en las casetas
Andrea Reyes es la mano detr¨¢s del c¨¢rtel de la Feria del Libro de Madrid de este 2021
Nadie deber¨ªa desatender los lugares a los que regresa de vez en cuando. En la ilustraci¨®n que encabeza el c¨¢rtel de la Feria del Libro de Madrid, se observa una mujer pintada a acuarela, con falda rosa y blusa blanca, que mira a una ni?a vestida igual que ella. Su creadora, Andrea Reyes, cuenta que simboliza el reencuentro con uno mismo y generacional que suceder¨¢ en la celebraci¨®n, que este a?o cumple 80 ediciones. Nada es casual en este dibujo. La artista de 28 a?os se bas¨® en una foto antigua de cuando su madre la llevaba a dar los primeros de tantos paseos por la feria. El banco del Parque del Retiro que aparece fue donde conoci¨® a una persona que signific¨® mucho en su vida, pero cuyos caminos debieron separarse. La flor que adorna el pelo de la mujer homenajea a la editora Bel¨¦n Bermejo, fallecida el pasado a?o. ¡°Es un agapanto porque fue una de sus ¨²ltimas publicaciones, iba siempre a verlas al jard¨ªn bot¨¢nico¡±, cuenta Reyes. Los lugares a los que volvemos no son siempre f¨ªsicos.
A trav¨¦s de la ilustraci¨®n, Reyes pretend¨ªa contar su propia historia, todos los paseos y conversaciones alrededor de las casetas, porque como todas las ferias ha de vivirse con intensidad. De peque?a, coleccionaba los carteles, planchados en bolsas, para despu¨¦s colgarlos en su habitaci¨®n, como cualquier adolescente que colecciona posters. Un a?o abandon¨® con su acompa?ante un libro en un banco porque hab¨ªan ido espec¨ªficamente para ver a un escritor que hab¨ªa decidido ausentarse para ver un partido de f¨²tbol. En otra ocasi¨®n lleg¨® a plantarse delante de Jordi Sierra i Fabra con un ejemplar de El fabuloso mundo de las Letras, su favorito desde ni?a. ¡°Fui con una sensaci¨®n de rid¨ªculo porque est¨¢ pensado para los diez a?os pero luego fue muy majo y me sent¨ª bien por haber sido valiente¡±.
Tambi¨¦n le es imposible concretar el momento en el que comenz¨® a dibujar. Del mismo modo que siempre se recuerda a s¨ª misma leyendo. ¡°Es algo que forma parte de m¨ª. Me considero artista por mi forma de mirar. Cuando leo, veo una pel¨ªcula o paseo, recibo informaci¨®n e inspiraci¨®n de todo¡±. Una ilustraci¨®n que ella misma denomina desde el asombro, y que tambi¨¦n observaba en Bermejo. El deseo de dedicarse a ello surgi¨® a ra¨ªz de su trabajo de fin de grado donde realiz¨® un libro ilustrado de Valle Incl¨¢n. ¡°Descubr¨ª unos art¨ªculos period¨ªsticos que eran menos conocidos de su obra y decid¨ª basarme en eso porque aunaba todo lo que me interesaba cuando me met¨ª a Humanidades¡±, cuenta. En un mundo que tira hacia lo pr¨¢ctico, ella se posiciona a favor de crear un mundo interior rico. ¡°Se ve cuando en seguida la gente se pone a discutir por twitter con desconocidos. Es necesaria la cultura, saber pensar m¨¢s all¨¢, y estamos dejando eso de lado¡±, reflexiona.
En un mundo en el que se prima la velocidad y lo pragm¨¢tico, ella aboga por la tranquilidad, los respiros del bullicio de Madrid y la reflexi¨®n. No hay nada que le calme m¨¢s que pasear por el paseo del prado, meterse en alguno de sus museos, atravesar el retiro de punta a punta o colarse por las callejuelas del barrio de las letras y levantar la mirada para admirar los balconcitos y los edificios. ¡°Aqu¨ª siempre estamos muy acelerados. A veces me tengo que obligar a mi misma a pasear m¨¢s despacio, porque tenemos ese ritmo cogido. Me gusta porque es hacer algo de forma lenta, disfrutando del momento¡±.
Ilustradora en Madrid
Una mujer solitaria se abraza las rodillas sentada sobre una cama, encima de la que hay un m¨®vil y un cuaderno, a la vez que dirige una mirada perdida a la Gran V¨ªa. La ilustraci¨®n se llama Amor en tiempos de app y se podr¨¢ ver en la biblioteca Iv¨¢n de Vargas, hasta el 30 de septiembre. ¡°Me contact¨® el propio autor, Pedro S¨¢nchez Castrej¨®n, para que ilustrara el poemario Poeta en Madrid¡±, explica. ¡°Me gusta mucho esa ilustraci¨®n porque realmente me sent¨ª muy identificada con lo que se estaba contando en el poema¡±. All¨ª, al resguardo del patio interior donde los magnolios crecen altos y fuertes en competici¨®n a las vidrieras, se encuentra el resto de la exposici¨®n. Se tratan de escenas en blanco y negro, con solo algunos toques coloridos, donde se aprecian a una madre y su hija que corretean cerca del templo Debod, el cine dor¨¦, la cuesta de Moyano, el parque de las vistillas adornado con banderines, la plaza dos de mayo, o una mujer petrificada delante de un cuadro en el museo del Prado. Al igual que los personajes, la capital se muestra natural, como si estuvieran siendo espiados a trav¨¦s de una mirilla.
Las ilustraciones de Reyes no pod¨ªan mostrarse en un espacio mejor que uno que alberga libros. Es en las librer¨ªas donde le invade una sensaci¨®n de acogida, como si estuviera en casa. Aunque tambi¨¦n de emoci¨®n por tener tantos libros al alcance de su mano, por curiosear entre las novedades de los estantes o comentar con el librero alguno que ambos hayan le¨ªdo. Suele frecuentar mucho la librer¨ªa Polifemo porque se encuentra cerca de su casa. ¡°Lleva toda la vida, cerca de 40 a?os, y poseen un fondo muy bueno, sobre todo de historia¡±. Era inevitable que Reyes terminara trabajando en una librer¨ªa, como hizo este junio en la cafebrer¨ªa ad hoc. ¡°Los que somos lectores nos sentimos en estas tiendas como en una burbuja, donde te pasas el d¨ªa charlando con personas que hablan tu mismo idioma¡±. Las librer¨ªas, torres de Babel escondidas en la ciudad, lugares donde volver una y otra vez.
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