Mart¨ªnez-Almeida y la ¡®presidentorexia¡¯
El alcalde habla de tantas cosas que nada tienen que ver con la capital que se dir¨ªa que le interesa much¨ªsimo m¨¢s Moncloa que el Ayuntamiento y el poder que la pol¨ªtica
Para quien sienta una m¨ªnima vocaci¨®n pol¨ªtica hacerse con las llaves de una ciudad es una oportunidad laboral ¨²nica. No creo que sea ninguna tonter¨ªa esto que digo, dado que pol¨ªtica, ya saben, viene de polis y polis no son solo esos se?ores que bajan de lecheras con escudos, porras y muy mal humor. Polis, ra¨ªz etimol¨®gica de la actividad humana que rige los destinos colectivos, es sobre todo la denominaci¨®n con la que se conoc¨ªa a los n¨²cleos urbanos griegos que funcionaban como estados. Ah¨ª est¨¢ el ejemplo de Paco V¨¢zquez, quien empez¨® como alcalde de A Coru?a y acab¨® siendo embajador en la Ciudad Estado por excelencia, el Vaticano.
?l se ali¨® con Bofill para hacer un Palacio de la ?pera con proporciones propias de Londres, con Arata Isozaki para hacer la Domus, un museo gigantesco que pretend¨ªa resumir la historia de la humanidad, y con maestros vidrieros holandeses para construir el Millennium, una torre de cristal de miles de colores que intentaba competir con la Torre de H¨¦rcules. Tan conscientes son algunos regidores de que en realidad gobiernan un pa¨ªs en miniatura que muchos se caligulizan y empiezan a tener delirios de grandeza ¡ªque frecuentemente se traducen en obras p¨²blicas fara¨®nicas¡ª, sobre todo cuando saben que ese territorio es lo m¨¢ximo a lo que podr¨¢n aspirar.
Piensen en Abel Caballero, ?qui¨¦n iba a decir que ese gris ministro de Transportes sucumbir¨ªa al veneno del populismo y convertir¨ªa Vigo en la segunda ciudad de las luces de Europa? Son muchos los alcaldes que se toman muy en serio la gesti¨®n de la vida municipal porque saben que sus decisiones afectan a millones de personas, lo que significa, al cabo, que si han sido capaces de gestionar una ciudad, despu¨¦s estar¨¢n preparados para gobernar cualquier cosa, incluso un pa¨ªs.
Miren el caso de Anne Hidalgo, la mujer que ha previsto invertir 350 millones de euros en construir carriles bici en Par¨ªs y que est¨¢ haciendo temblar a Macron con su idea de presentarse al Eliseo. A algunos alcaldes, sin embargo, no les interesa el municipalismo, ni la vida de los barrios (de cuya historia y costumbres desconocen todo), ni resolver los problemas reales de sus vecinos ¡ªesas personas tan molestas que a veces se agrupan en asociaciones de vecinos para pedir cosas, los muy pelmas¡ª; y a pesar de todo contin¨²an en su puesto porque el paso por el Ayuntamiento es indispensable para alcanzar cotas m¨¢s altas de poder.
Ellos llegan a los consistorios como algunos constructores a los clubes de f¨²tbol: los deseos de la afici¨®n son totalmente secundarios. Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez-Almeida habla de tantas y tan variadas cosas que nada tienen que ver con Madrid que a veces se dir¨ªa que le interesa much¨ªsimo m¨¢s La Moncloa que el Ayuntamiento y el poder que la pol¨ªtica. Si no le llega con ser alcalde que lo diga: no hay nada m¨¢s desagradable que no estar a gusto en el trabajo.
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