Volar para atrapar al espectador
La cuarta edici¨®n del Festival de Circo Iberoamericano aterriza en el Circo Price con las propuestas de 13 artistas de distintas disciplinas
El gran escenario circular del Teatro Circo Price est¨¢ completamente oscuro. Un deslumbrante foco ilumina el centro del espacio. La presentadora, Raquel Molano, aparece y pide a los asistentes que cierren los ojos. Viste un traje rojo con botones dorados y lleva un tambor colgado en la espalda. Se detiene en el centro. El equipo t¨¦cnico realiza las pruebas de iluminaci¨®n. La cuarta edici¨®n del Festival de Circo Iberoamericano (FIRCO) llega este fin de semana al Teatro Circo Price de Madrid, con 13 artistas que cautivan con acrobacias a¨¦reas y malabares, entre otras disciplinas del circo contempor¨¢neo. Rafa Pe?alver, uno de los organizadores de FIRCO, asegura que su objetivo es ¡°promocionar el circo iberoamericano porque tiene menos oportunidades y es menos visible a nivel internacional¡±. Los acr¨®batas han empezado los ensayos esta semana en el teatro.
El circo ha estado en constante evoluci¨®n desde que surgi¨® en el siglo XVIII como un espect¨¢culo itinerante de carpa hasta los a?os ochenta, cuando se crearon las primeras escuelas en Europa. Despu¨¦s surgi¨® un nuevo modelo de circo con el Circo del Sol como estandarte. El circo contempor¨¢neo arrib¨® a Espa?a desde los pa¨ªses franc¨®fonos. Davel Puente, investigador de la historia del circo, asegura que ¡°lleg¨® a la pen¨ªnsula ib¨¦rica por Catalu?a, pocos a?os despu¨¦s del fin de la dictadura¡±. El Cirque Aligure de Par¨ªs influenci¨® a varias compa?¨ªas espa?olas de la ¨¦poca como La Fura dels Baus o el Circ Cric en 1979.
¡°En Latinoam¨¦rica es m¨¢s complejo fijar un momento preciso, debido a la gran variedad de culturas¡±, explica el investigador. Tras la dictadura de Pinochet en Chile, se produjo un movimiento de nuevo circo, inspirado en Francia, que fue portado por los artistas Andr¨¦s del Bosque, Andr¨¦s P¨¦rez y Mauricio Celed¨®n. ¡°En Cuba exist¨ªa una tradici¨®n de circo sovi¨¦tico que desde sus or¨ªgenes coquete¨®, casi sin saberlo, con el circo contempor¨¢neo¡±, explica Puentes. La creaci¨®n de la Licenciatura en Artes Esc¨¦nicas y Circenses Contempor¨¢neas no lleg¨® a M¨¦xico hasta 2008, gracias al historiador circense Julio Revolledo. La vuelta de la democracia en Argentina en los a?os ochenta reactiv¨® el arte callejero, en el que se mezclaron tradiciones como la murga o los c¨®micos locales con las artes circenses.
Seg¨²n Puente, en los ¨²ltimos a?os las compa?¨ªas y las propuestas circenses han crecido exponencialmente. El historiador asegura que Internet ha permitido que un artista pueda revolucionar una disciplina entera en cualquier parte del mundo: ¡°Esto ha hecho que el sector del circo crezca en lugares donde hab¨ªa pocas opciones de formaci¨®n, como Latinoam¨¦rica¡±.
¡°La comunidad latinoamericana todav¨ªa tiene una visi¨®n muy antigua de lo que representa el circo¡±, sentencia Serena M¨¦ndez (Argentina, 1988), que se dedica al trapecio en danza. A los 15 a?os empez¨® a practicar acrobacia como una afici¨®n: ¡°A los 19 a?os fui a ver un espect¨¢culo de circo contempor¨¢neo y me di cuenta de que yo quer¨ªa estar ah¨ª mismo, sobre el escenario¡±. A esa edad, la acr¨®bata consigui¨® su primer trabajo en la compa?¨ªa Vaiv¨¦n, tras formarse en la escuela de circo de su ciudad natal, Buenos Aires.
La artista explica que en su pa¨ªs existen muchas compa?¨ªas independientes, pero muy pocas convocatorias para espect¨¢culos grandes. ¡°Para un artista latino es muy dif¨ªcil salir al mercado europeo o norteamericano¡±, comenta la argentina. Adem¨¢s, destaca la cantidad de impedimentos legales y econ¨®micos: ¡°Tienes que competir por el mismo puesto con un artista que probablemente tuvo mejores condiciones de entrenamiento y formaci¨®n¡±.
Con unas mallas negras, el cabello recogido y una funda negra en el abdomen, M¨¦ndez dirige al t¨¦cnico que mueve la cuerda mientras ensaya su actuaci¨®n. La acr¨®bata se desliza por el trapecio, que sube y baja constantemente, con gran sutileza. La argentina cuelga de un solo punto, creando formas invertidas con las cuerdas: ¡°Es una sensaci¨®n ¨²nica. Para m¨ª, significa jugar y conectar con mi ser m¨¢s l¨²dico y creativo¡±. M¨¦ndez cuenta que viene de una familia de actores: ¡°La atracci¨®n por el escenario est¨¢ en mi sangre¡±. En sus actuaciones, la artista se eleva en el espacio, incluso parece que vuela, y atrapa al p¨²blico en su propio universo. Colgada con un solo brazo, da vueltas circulares por todo el escenario.
Desde hace tres a?os, cuando empez¨® a practicar dance trapeze, M¨¦ndez entrena en su estudio en Buenos Aires cinco d¨ªas a la semana, en los que alterna su rutina con entrenamiento f¨ªsico y ejercicios de flexibilidad. Sus pies se entrelazan, se agarra a la cuerda y da una decena de vueltas en torno a su propio cuerpo, como si fuera un p¨¦ndulo. Se balancea sin pies ni manos, apoyada al aparato tan solo por el torso. Y desciende lentamente al suelo, iluminada por una luz azul. La trapecista cuenta que le apasiona la experimentaci¨®n: ¡°Me gusta investigar nuevos movimientos y mejorar pasajes. Me cuelgo bastante con alguna secuencia y busco mejorarle las conexiones¡±. En el escenario permanecen sus huellas blancas. Son el resultado del talco de magnesio que se ha puesto en los pies para evitar deslizar por el suelo.
El sector del circo contempor¨¢neo en el continente latinoamericano es muy variado, gracias al amplio crisol de culturas y disciplinas entre los diferentes pa¨ªses. Los payasos argentinos, los malabaristas chilenos o los trapecistas volantes de M¨¦xico son algunas de las figuras m¨¢s reconocidas.
De la Ciudad de M¨¦xico proviene Andrea Ram¨ªrez, que practica su n¨²mero entre bastidores. Con tan solo 22 a?os, la acr¨®bata, acompa?ada por una enorme rueda, demuestra una gran madurez sobre el escenario, con un vestido rojo y una larga melena casta?a: ¡°Siento mucho fuego, amor, pasi¨®n, mucho¡ rojo. Me gusta pensar que invito a las personas a encender y recordar sus corazones, sus deseos¡±.
La joven descubri¨® durante su adolescencia que el circo satisfac¨ªa aspectos muy importantes de su vida: salud f¨ªsica, juego, aventura, creatividad y esp¨ªritu. En el a?o 2018 se gradu¨® como especialista en la rueda Cyr en la ?cole National de Cirque de Montreal (Canad¨¢). Su rueda actual, a la que considera una compa?era de aventuras, se llama Hitsuki, h¨ªbrido entre fuego y luna. La mexicana entrena durante dos horas cuatro d¨ªas a la semana en las que combina preparaci¨®n f¨ªsica, improvisaci¨®n y b¨²squeda acrob¨¢tica: ¡°Me gusta sentir que es una sesi¨®n de baile con mi rueda¡±.
Ram¨ªrez admite que siente ¡°v¨¦rtigo y curiosidad¡± porque su carrera art¨ªstica no ha hecho m¨¢s que empezar, pero la joven se siente ilusionada por explorar el mundo del espect¨¢culo en la ciudad donde se form¨®. Su nueva creaci¨®n, Identidad Rota, es un breve viaje que invita a la introspecci¨®n a trav¨¦s de movimientos, reflejos y giros impredecibles.
¡°En Cuba, con su escuela y su circo nacional Circuba, no faltan artistas de ¨¦lite. En Brasil hay acr¨®batas de suelo excelentes¡±, cuenta Puente. El brasile?o Olavo Rocha (Petr¨®polis, 1987) act¨²a con su compa?era Denise Torres en un n¨²mero de cuadro ruso, una disciplina tradicional en Rusia. ¡°Hay pocas personas en el mundo que hacen esto. Es un n¨²mero muy pesado, dif¨ªcil y t¨¦cnico¡±, explica el acr¨®bata.
Rocha era profesor y preparador f¨ªsico en la Escuela Nacional de Circo de Brasil, donde conoci¨® a Torres, una de sus alumnas, hace cuatro a?os. El brasile?o es licenciado en Educaci¨®n F¨ªsica y se gradu¨® en la escuela en la que posteriormente acab¨® dando clases. En el a?o 2015 empez¨® a practicar la disciplina del cuadro ruso. Sujetado por un arn¨¦s sobre un poste de cuatro metros de altura, Rocha sujeta a Torres, que sobrevuela el escenario mientras muestra una enorme destreza para las acrobacias, llegando incluso a alcanzar los ocho metros de altura. Durante m¨¢s de seis minutos, realizan 20 trucos, acompa?ados por una m¨²sica instrumental muy r¨¢pida de violines. En uno de ellos Rocha se pone una venda en los ojos. ¡°Es una actuaci¨®n bastante arriesgada, pero es muy bonito. Todo se basa en la confianza¡±, admite Torres.
Ambos perdieron su trabajo por la pandemia y volvieron a R¨ªo de Janeiro, donde juntos crearon en seis meses un nuevo n¨²mero bajo el nombre de D¨²o NoAr. Torres trabajaba en un circo itinerante por el sur de Brasil y es la primera vez que est¨¢ en Madrid, donde se estrena en una disciplina completamente nueva para ella. Su compa?ero era acr¨®bata de trampol¨ªn y trapecio, pero lleva ocho a?os practicando el cuadro ruso. ¡°En Brasil no hay mucha cultura teatral de circo contempor¨¢neo. Por eso, mucha gente viene a Europa o se va a Estados Unidos para trabajar¡±, asegura Rocha.
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