Las obras y los atascos siempre vuelven a Madrid
Importantes remodelaciones obstaculizan un tr¨¢fico rodado a punto de alcanzar niveles anteriores a la pandemia, en contraste con el transporte p¨²blico, que solo ha recuperado tres cuartas partes de su demanda
Viernes, quinta jornada consecutiva de retenciones en el nudo Norte de Madrid. Recorrido por 270.000 veh¨ªculos cada d¨ªa, se trata de uno de los ejes m¨¢s congestionados del pa¨ªs ¡ªdonde confluyen cuatro autov¨ªas con el Paseo de la Castellana¡ª y por ello hasta el pr¨®ximo a?o estar¨¢ en plena transformaci¨®n. Tres pasos inferiores y uno superior sustituir¨¢n al actual trenzado vial con el objetivo de ampliar su capacidad y minimizar el tiempo al volante. Mientras prosigan los trabajos, sin embargo, este tramo ofrecer¨¢ una contradictoria estampa de par¨¢lisis en plena selva de m¨¢quinas pensadas para correr. Al menos en hora punta, cuando el tr¨¢fico motorizado de la ciudad se est¨¢ quedando a tan solo cuatro puntos porcentuales de alcanzar niveles de saturaci¨®n anteriores a la crisis sanitaria, seg¨²n los informes diarios de la Direcci¨®n General de Gesti¨®n y Vigilancia de la Circulaci¨®n del Ayuntamiento.
Creciente desde el verano, esta tendencia se est¨¢ agudizando. La cantidad de veh¨ªculos por hora ha aumentado un promedio del 3% con respecto a la semana pasada, sobre todo de seis a siete de la ma?ana ¡ªentonces tal cifra lleg¨® a duplicarse¡ª y en el exterior de la M-30. A este f¨¦nomeno se suma la situaci¨®n de un transporte p¨²blico que solo ha recuperado tres cuartas partes de su demanda, seg¨²n la media que calcula el consorcio regional con datos de metro y autob¨²s. El ge¨®grafo Alfonso Sanz, socio de Gea21, explica que ¡°el miedo al contagio a¨²n afecta a la movilidad¡±. Tampoco alivia el tr¨¢fico la remodelaci¨®n de zonas estrat¨¦gicas, como el caso del nudo Norte, donde permanece cortado el ramal que conecta la Castellana con la avenida de la Ilustraci¨®n. Similares desv¨ªos producen los trabajos en la Plaza de Espa?a, la cubrici¨®n de la M-30 a la altura del extinto estadio Vicente Calder¨®n, la renovaci¨®n del Santiago Bernabeu o el nuevo bulevar arbolado en Joaqu¨ªn Costa.
M¨¢s all¨¢ de estas novedades, el dise?o urbano de la capital de Espa?a genera m¨²ltiples flujos hacia su almendra central, mediante t¨²neles de entrada y v¨ªas r¨¢pidas que se incrustan en el callejero, como la A-2 hasta la avenida de Am¨¦rica o la A-5 frente a la calle de Segovia. Madrid se ha convertido en un gran monstruo global, el segundo m¨¢s poblado de la Uni¨®n Europea tras el brexit, pero en los sesenta ya adolec¨ªa de problemas circulatorios que el franquismo intent¨® corregir levantando viaductos. Uno de estos gigantes, que se encontraba en la calle de Joaqu¨ªn Costa, presentaba problemas estructurales y fue desmantelado hace dos a?os. De aquella situaci¨®n imprevista surgieron los planos de un nuevo paseo con carril reservado al transporte p¨²blico, as¨ª como itinerario ciclista, protegido por dos bandas de setos, que se dispondr¨¢ entre la actual acera y el camino del autob¨²s.
El proyecto incluye 330 nuevos ¨¢rboles en las aceras y la mediana central. Se recupera, asimismo, la antigua glorieta de L¨®pez de Hoyos, en el futuro rodeada por unos jardines con zonas infantiles vinculadas a los dos colegios m¨¢s pr¨®ximos. El proceso constructivo obliga a que ahora Pr¨ªncipe de Vergara solo pueda transitarse por un carril, mientras que en el paso inferior hacia Diego de Le¨®n ¨²nicamente se podr¨¢ entrar desde el lado izquierdo. Restricciones que agravan las caravanas en el segundo cintur¨®n de circunvalaci¨®n, asegura el ingeniero y consultor internacional Jaime Aldama. Aunque a largo plazo, agrega, el nuevo programa de usos ¡°redundar¨¢ en una pacificaci¨®n del tr¨¢fico desde la Castellana hasta Mar¨ªa de Molina¡±. Esa es la finalidad del Consistorio, que pretende entregar el bulevar a los madrile?os durante el primer trimestre del pr¨®ximo a?o.
La M-30 dibuja una n¨ªtida frontera en el uso del coche: el movimiento es algo menor en su interior que hacia el exterior. De acuerdo con los datos municipales, el tr¨¢fico se ha ido diseminando hacia aquellos accesos libres de obras, como una mancha de aceite, ocasionando nuevos puntos calientes en los distribuidores principales. Las obras en la Plaza de Espa?a, por ejemplo, han producido embotellamientos en el corredor de la A-5 debido al estrechamiento de la calzada y al cierre del tunel de Bail¨¦n, que va a prolongarse hasta que la calle Mayor alcance la cuesta de San Vicente bajo rasante y sin interrupciones. Tal ampliaci¨®n tiene una longitud de 533 metros y est¨¢ compuesta por dos estructuras tubulares paralelas, cada una de las cuales soporta el tr¨¢fico de dos carriles. Cabe mencionar que, desde all¨ª, se introducir¨¢ una conexi¨®n con el aparcamiento subterr¨¢neo del Senado.
El paso elevado de veh¨ªculos, construido a finales de los sesenta y en funcionamiento hasta el inicio de los trabajos, va mutando con el paso de las semanas en una plataforma verde y peatonal que permitir¨¢ la conexi¨®n de todos los espacios libres circundantes: la Plaza de Oriente y los Jardines de Sabatini, los Jardines del Moro y el parque del Oeste, el templo de Debod y la propia Plaza de Espa?a. Aldama colabor¨® en la redacci¨®n del plan como experto en movilidad y hoy critica ciertos cambios en el proyecto, ganador de un concurso convocado por la exalcaldesa Manuela Carmena: ¡°La soluci¨®n viaria escogida finalmente para la entrada desde la avenida de Portugal, en su cruce a nivel con el eje de Bail¨¦n y Ferraz, generar¨¢ enormes atascos. Se hubiera podido resolver de otra manera, con un ret¨²nel bajo el actual cruce, tal y como aparec¨ªa en la propuesta¡±.
La controversia ha sobrevolado el proyecto desde sus inicios. Primero, debido al hallazgo en 2019 de unos restos del Palacio de Godoy y las antiguas caballerizas reales, que paraliz¨® las obras en ese punto durante ocho meses, hasta abril de 2020, adem¨¢s de incrementar su coste en un mill¨®n de euros. El Ayuntamiento acristalar¨¢ el yacimiento para su protecci¨®n y futura musealizaci¨®n, que contar¨¢ con un itinerario demarcado y un Centro de Interpretaci¨®n, ubicado en la cornisa monumental de la ciudad. El siguiente esc¨¢ndalo surgi¨® pocos meses despu¨¦s, cuando Almeida descart¨® el pionero paso de peatones en aspa, como el Shibuya de Tokio, que los pliegos contemplaban en el cruce de las calles de Princesa, de los Reyes, Gran V¨ªa y Cuesta de San Vicente. No iba a lucir sem¨¢foros, sino bolardos: 16 pivotes de algo m¨¢s de un metro de alto coronados por una luz que cambia del rojo al ¨¢mbar y verde. ¡°Es inviable¡±, consider¨® entonces el alcalde.
Est¨¢ previsto que la reforma de Plaza de Espa?a llegue a su final antes de que acabe el a?o. Unos meses m¨¢s durar¨¢ todav¨ªa la integraci¨®n del demolido estadio Vicente Calder¨®n en Madrid R¨ªo. All¨ª donde se alz¨® el coloso rojiblanco habr¨¢ oficinas y viviendas con jardines a la vereda del Manzanares, gracias a que una cubierta de 600 metros de longitud enterrar¨¢ la M-30 en este punto. Durante todo el proceso, que culminar¨¢ con el ajardinamiento de la superficie instalada, se ha mantenido la circulaci¨®n de veh¨ªculos por medio de un desv¨ªo creado durante la demolici¨®n del estadio. Alfonso Sanz critica ¡°que se escondan los coches bajo tierra en lugar de limitar su acceso a la ciudad¡±. Y agrega: ¡°Necesitamos que las zonas de bajas emisiones se apliquen de manera efectiva y vayan extendi¨¦ndose a m¨¢s barrios¡±.
¡°El final de teletrabajo para muchos sectores ha tra¨ªdo consigo un aumento en los desplazamientos diarios que recaen en el coche, obviamente, porque la pandemia no ha logrado alterar la esencia del modelo de movilidad urbana instaurado¡±, tercia el experto. El asunto se percibe con especial nitidez en la caravana que cada ma?ana se organiza hacia el estadio Santiago Bernabeu, cuya remodelaci¨®n interrumpe un lateral del Paseo de la Castellana y reduce carriles en la avenida de Concha Espina, as¨ª como en la calle del Padre Dami¨¢n y de Rafael Salgado. Bajo los ganchos que comienzan a colocar una cubierta lateral en el Este de la catedral blanca, ya pueden verse las nuevas armaduras que alargar¨¢n y reforzaran las viejas costillas de hormig¨®n. No queda en pie ni uno solo de los antiguos pilares que en el fondo Norte un d¨ªa sustentaron la casa madridista y el fervor de sus aficionados. Otros cimientos de acero comienzan a alzarse en su lugar, al tiempo que el sol del mediod¨ªa rebota en los parabrisas de las gr¨²as.
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