Una ranchera para Madrid
La capital tiene el mejor altar de muertos y las obras m¨¢s famosas pagadas en B
Me doy de bruces con 132 cr¨¢neos negros. Me miran de frente al final de la escalera. Dicen que las almas van entrando por los papeles picados del techo. Y todo en plena calle de Alberto Aguilera. Estremece y apabulla, deslizando los pies entre velas invocando al sol y cruzando los arcos llenos de flores amarillas. Todo un espect¨¢culo de color y de emociones, es el altar de muertos que ha plantado a lo grande la Casa de M¨¦xico en su vest¨ªbulo.
Andan por la calle disfrazados de calabazas, freddy kruegers y juegos del calamar, pero a m¨ª que me dejen a 1.000 luces (y colores) con el ritual mexicano. Que Madrid ha sido mucho m¨¢s siempre de Chavela Vargas, Julieta Venegas, Guillermo del Toro, Hugo S¨¢nchez, Alaska y Diego Luna. Madrid suena m¨¢s a mariachis que a crooners. Esto es m¨¢s de que en una esquina de Casa Macareno est¨¦ comiendo Gael Garc¨ªa Bernal, que en los tiempos del viejo Jamaica bailara en una esquina Paulina Rubia o que en los fondos de la sala Sol cantaran Camilo Lara y su Instituto Mexicano del Sonido a toda mecha. Madrid lindo.
Por las escaleras de la Casa de M¨¦xico van desfilando hacia arriba madrile?os a todas horas durante estos d¨ªas, siguiendo el serr¨ªn del tapete de Huamantla y con la vista puesta en el altar dise?ado por F¨¢tima Caba?as. Y han puesto otro m¨¢s peque?ito donde cada uno recuerda con un papelito a los suyos. Siempre con el sabor a las calaveritas de az¨²car. Ayer, hoy y ma?ana.
Para los que se escapen a esta zona fronteriza entre Malasa?a, Chamber¨ª y Arg¨¹elles: deben seguir por los pasillos de la Casa de M¨¦xico para adentrarse en las F¨¢bulas fant¨¢sticas que han colgado, de Rufino Tamayo a Cordelia Ureta pasando por la adoptada Leonora Carrington y la profundidad de Mar¨ªa Izquierdo. Y en el fondo hasta la silla mano de Pedro Friedeberg, que mira a lo lejos a las cer¨¢micas de Puebla.
Sale uno con un buen chute de energ¨ªa, que se atraganta de repente con los atascazos de la ciudad. Ya lo augur¨® Ayuso con sus invocaciones a aquellos que se daban a las tres de la madrugada. Un poquito m¨¢s abajo, siguiendo los pasos de los bulevares, se abre la calle de G¨¦nova. El n¨²mero 13 est¨¢ en venta. Si, s¨ª, aquel donde la presidenta de Madrid, el alcalde y Pablo Casado celebraban en su balc¨®n la victoria del 4-M. Pues resulta que la Audiencia Nacional acaba de dictar sentencia: las obras de la reforma de los despachos se hicieron con dinero negro que sal¨ªa directamente de la caja fuerte (l¨¦ase B) de Luis B¨¢rcenas. Segunda condena para el PP dentro de las piezas de G¨¹rtel. Ellos, que se pasan todo el d¨ªa hablando del pasado de todos y de todo, callaron el d¨ªa de la sentencia. ?Se atrever¨¢n a comentar a partir de ahora otros fallos judiciales? S¨®lo quedan las rancheras.
Suscr¨ªbete aqu¨ª a nuestra newsletter diaria sobre Madrid.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.