Se acercan las fiestas de navidad

Se acercan las fiestas de navidad, una ¨¦poca del a?o que me ilusionaba y con la que me he ido desencantando con el paso de los a?os. La magia y la fantas¨ªa van dejando lugar a las preocupaciones, bajas de ¨²ltima hora por enfermedad, ausencias, f¨ªsicas y emocionales, y un gasto de dinero innecesario. Sin contar con las cl¨¢sicas broncas familiares o la lista de temas que es mejor no tratar si queremos tener la fiesta en paz.

Los ¨²ltimos cuatro a?os me libr¨¦. Entre la prepandemia, el confinamiento, la pandemia¡­ Adem¨¢s, mi hijo era muy peque?o y salvo su obsesi¨®n de leer ¡°los Reyes Magos llegan a Madrid¡± desde noviembre hasta agosto, realmente no se enteraba de nada. Pero ahora se entera y qu¨¦ quieres que te diga.

Yo quiero que se empape de toda la parafernalia, las luces, los renos, el ¨¢rbol y la ilusi¨®n. Ya sabe que en nuestra casa los reyes no dejan nada para los mayores porque los recursos de los Reyes son limitados y lo importante son los ni?os.

Quiero que lo viva, con toda la magia, como yo lo viv¨ª, pero sin la opulencia de abrir paquetes y paquetes, solo por abrir paquetes, sin que disfrute realmente del contenido. Quiero que saboree el verdadero esp¨ªritu de la navidad. Ya tendr¨¢ tiempo de decir basta.

La primera Navidad que me pill¨® en Madrid la pas¨¦ sola. Hac¨ªa poco que viv¨ªa en Madrid, empezaba a conocer a mi pareja y aunque me invit¨® amablemente a pasar las fiestas con su familia, no me pareci¨® oportuno y rehus¨¦ acudir. Fueron unas navidades muy tristes marcadas por dos ausencias muy recientes que lo llenaron todo de tristeza y soledad.

Las ausencias se han hecho protagonistas en muchas casas las ¨²ltimas navidades. De pronto, la opulencia y las luces de la calle distaban mucho del ambiente dom¨¦stico de austeridad y melancol¨ªa de esos abuelos que no pudieron pasar las navidades con sus familias.

Yo por lo menos pude elegir. Pero, no podemos olvidar que en esta ¨¦poca del a?o sigue habiendo un n¨²mero preocupante de personas mayores en casas y residencias que no reciben ninguna visita de familiares.

A una edad en la que ya se cuentan las amistades con los dedos de una mano porque la mayor¨ªa ya no est¨¢n. Los padres, los hermanos. Una edad en la que se ha vivido lo suficiente como para que esas fechas particularmente sensibles a ellos se les llenen de nostalgia.

Se hac¨ªa viral hace poco la carta de un abuelo cuya nieta le hab¨ªa pedido que escribiera en un papel sue?os o deseos que todav¨ªa no hab¨ªa cumplido. Lejos de las sospechas de la nieta, la carta se llenaba de deseos sencillos, de matices, gestos y detalles, de esas peque?as cosas en la vida que no nada tienen que ver con abrir paquetes y paquetes.

Deseaba, el abuelo, que sus hijos le llamaran mucho m¨¢s, que estuvieran mucho m¨¢s presentes y recalcaba, con calma, que las visitas eran escasas. En una edad en la que siempre piensan los abuelos que molestan, no les demos la raz¨®n.

Muchas personas mayores siguen viviendo estas fiestas en la m¨¢s absoluta soledad cuando el amor y la compa?¨ªa son el complemento indispensable para una feliz navidad.

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