La falsa voladura de la Transici¨®n
Desde la distancia, en el extranjero, relatores de la ONU recuerdan lo obvio: han pasado 40 a?os y ¡°aquellas circunstancias no son las de ahora¡±
Pocos asuntos provocan tantos aspavientos pol¨ªticos y sobreactuaci¨®n como la Transici¨®n espa?ola. Revisando hemerotecas y declaraciones podr¨ªamos decir que no hab¨ªa grises porque la poblaci¨®n entera estaba corriendo delante, y la Constituci¨®n parece tener m¨¢s padres y padrinos que art¨ªculos.
El debate sobre la Ley de Memoria Democr¨¢tica ya lo vimos con su antecesora, la Ley de Memoria Hist¨®rica. Exceptuando la presencia de Vox, que ha introducido en las actas del Congreso la novedad de culpar al PSOE de la Guerra Civil, casi todos los partidos repiten postura y coletillas. El PP y ERC f...
Pocos asuntos provocan tantos aspavientos pol¨ªticos y sobreactuaci¨®n como la Transici¨®n espa?ola. Revisando hemerotecas y declaraciones podr¨ªamos decir que no hab¨ªa grises porque la poblaci¨®n entera estaba corriendo delante, y la Constituci¨®n parece tener m¨¢s padres y padrinos que art¨ªculos.
El debate sobre la Ley de Memoria Democr¨¢tica ya lo vimos con su antecesora, la Ley de Memoria Hist¨®rica. Exceptuando la presencia de Vox, que ha introducido en las actas del Congreso la novedad de culpar al PSOE de la Guerra Civil, casi todos los partidos repiten postura y coletillas. El PP y ERC fueron las ¨²nicas formaciones que votaron en contra de la norma que entr¨® en vigor en 2007, aunque por motivos opuestos: para los primeros no hac¨ªa falta. Para los segundos, se quedaba corta. Hoy los populares se oponen por considerarla una ¡°voladura de la Transici¨®n¡± y los independentistas catalanes un ¡°blanqueamiento¡± de ese periodo.
Los 14 a?os de vigencia de la ley ¡ªel PP no la derog¨® cuando gobern¨®¡ª deber¨ªan probar que no se vol¨® nada, pero en todo caso, los dos primeros p¨¢rrafos de la norma son una loa a la Transici¨®n. Tambi¨¦n en el nuevo texto, que recoge en su exposici¨®n de motivos: ¡°La vigente Constituci¨®n se fundament¨® en un amplio compromiso social y pol¨ªtico para la superaci¨®n de las graves y profundas heridas que hab¨ªa sufrido la sociedad espa?ola durante la guerra y los 40 a?os de dictadura franquista. Este consenso fue el esp¨ªritu de nuestra transici¨®n pol¨ªtica, y ha sido la base de la ¨¦poca de mayor esplendor y prosperidad que ha conocido nuestro pa¨ªs¡±. En el texto, la Transici¨®n es el punto de partida para hablar de las tareas pendientes, entre otras, un censo oficial de v¨ªctimas, un banco de ADN para identificar a las recuperadas de fosas y cunetas, y un plan para que la represi¨®n franquista se estudie en los colegios. Seg¨²n ha declarado esta semana Isabel D¨ªaz Ayuso, esto es ¡°demonizar¡± la Transici¨®n. Seg¨²n Pablo Casado, un ¡°revisionismo suicida¡± para derribar ¡°el pilar de nuestra democracia¡±.
Un relator de Naciones Unidas, Fabi¨¢n Salvioli, y su antecesor en el cargo, Pablo de Greiff, que ha asesorado al Gobierno en la elaboraci¨®n de la ley, recuerdan, desde la distancia, en el extranjero, lo obvio: que han pasado 40 a?os y ¡°aquellas circunstancias no son las de ahora¡±, es decir, que ahora se puede y se debe hacer lo que entonces no se crey¨® posible. Podr¨ªan escucharles. Tambi¨¦n a Fausto Canales, hijo y sobrino de fusilados del franquismo: ¡°As¨ª no. Os lo dice alguien mayor que lleva la herida abierta desde hace m¨¢s de 85 a?os ¡ªen febrero cumplir¨¢ los 88¡ª. He vivido con compromiso la dictadura y la Transici¨®n. He luchado y sigo luchando, pero nunca he sido un empecinado en maximalismos. Por lo que m¨¢s quer¨¢is, sentaros y negociad¡±.
Lo piden voces autorizadas, los que m¨¢s cedieron. Quienes invocan constantemente aquel esp¨ªritu de consenso deber¨ªan escucharles ahora que ya no molesta el ruido de sables.
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