Verdades en Legazpi
Madrid se adentra en el fr¨ªo de enero entre el impacto de la obra de ¡®La infamia¡¯ y la indignaci¨®n de una parte de la ciudad por la actitud del alcalde
Se corta el aire. Est¨¢ sola en el coche con varios polic¨ªas. Le tocan, se r¨ªen, restriegan sus pistolas. No hay nadie en la carretera, siente que son sus ¨²ltimos minutos. Se burlan de ella, la atemorizan. Le susurran que ha ido demasiado lejos, que ha incomodado a poderosos, que se ha atrevido a contar lo que muchos saben y callan. Detr¨¢s hay una trama con explotaci¨®n sexual de menores, de atrocidad, en la que se mezclan empresarios y pol¨ªticos.
Marta Nieto mira de frente, en su cara lleva la verdad. Ella es Lydia Cacho, la periodista mexicana que le abri¨® los ojos al mundo. Ahora en Madrid, en las Naves del Espa?ol en pleno Legazpi, se recrea ese Canc¨²n que ocultaba lo m¨¢s oscuro del mundo bajo ese aparente pl¨¢cido sol caribe?o. Casi no se puede respirar en el Matadero al revivir todo lo que pas¨® en ese pa¨ªs, aterra. Nadie parpadea mientras transcurre La infamia. Al acabar todos tragamos saliva y se abre una fervorosa ovaci¨®n en pie. La propia Cacho est¨¢ entre las sombras esta noche, emocionada, junto a Jos¨¦ Martret. Ella es pura valent¨ªa en una vida en la que no gustan demasiado los valientes. El mundo necesita m¨¢s personas como ella para hacer frente a los Jean Succar Kuri que campan a sus anchas de norte a sur.
Fuera del teatro espera el fr¨ªo. Madrid deja ya la Navidad atr¨¢s, sus luces, sus ¨¢rboles y sus roscones para lanzarse a ese ¨¢spero tiempo de rebajas y blue monday. Con la omnipresencia de ¨®micron y el agotamiento de los centros de salud. Una ciudad que se le queda cada d¨ªa m¨¢s grande a su alcalde, Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez-Almeida, que ha traspasado var¨ªas l¨ªneas con sus declaraciones diciendo que Almudena Grandes no merece ser hija predilecta de la ciudad. Para ¨¦l, todo es un intercambio de presupuestos. Y, encima, no se ha retractado de sus palabras, no ha pedido perd¨®n y viene a defenderse ante todos los ciudadanos sosteniendo que esto ha sido una ¡°campa?a¡± contra ¨¦l.
En el PP lo vendieron como el ¡°alcalde de Espa?a¡±. Pero no le ha durado mucho y desde que cogi¨® la Portavoc¨ªa nacional del partido se ha olvidado de muchos de sus vecinos. En estos meses anda todav¨ªa m¨¢s nervioso porque Isabel D¨ªaz Ayuso le ha ganado esa partida de acercarse m¨¢s a Vox y no tiene el suficiente pedigr¨ª ideol¨®gico pactando con los concejales carmenistas escindidos de M¨¢s Madrid. Lo que est¨¢ claro es que ha decidido dejar de ser el alcalde que pretend¨ªa (o fingi¨®) durante sus primeros meses de mandato. Adem¨¢s, vuelve a sacar ese desprecio hacia la cultura que ha practicado siempre la mayor¨ªa de la derecha. Puede seguir Mart¨ªnez-Almeida lanzando sus indignantes mensajes y alej¨¢ndose del papel que merece el Palacio de Cibeles, pero Madrid siempre amar¨¢ a su cultura y a sus escritores y las palabras de Grandes nos guiar¨¢n por los pelda?os de la ciudad.
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