Ruido y contaminaci¨®n por exceso de velocidad en una calle de Madrid de 800 metros: ¡°Es una pista de carreras¡±
Los vecinos reclaman se?alizaciones y pasos elevados para calmar el tr¨¢fico en la carretera de Boadilla del Monte, por donde pasan 30.000 veh¨ªculos diarios


Manuel Corral (Salamanca, 69 a?os) vive desde hace dos d¨¦cadas en primera l¨ªnea de la carretera de Boadilla del Monte, en el distrito de Latina. Desde el sal¨®n de su casa, asegura que el ruido de los veh¨ªculos que circulan por esta recta de un carril por sentido es una molestia constante: ¡°Se oyen motos que aceleran hasta que se pierden. Cuando no hay tr¨¢fico es una pista de carreras¡±. Los vecinos denuncian el ruido, la contaminaci¨®n y el peligro en esta v¨ªa de apenas 800 metros, por la que transitan 30.000 veh¨ªculos al d¨ªa. Los que sufren las consecuencias del tr¨¢fico en esta carretera que conecta con la capital por la A-5 cuentan su resquemor: cuando est¨¢ despejada, los coches incumplen el l¨ªmite que marca la ley (30 kil¨®metros por hora) y, en horas punta, el sonido de los motores de coches, autobuses y camiones es incesante.
Esta v¨ªa de tr¨¢nsito se ha convertido en una barrera para los vecinos de la zona, que aglutina varias instalaciones municipales: un colegio, un centro de mayores y unas pistas deportivas de f¨²tbol y de baloncesto. Andr¨¦s Pi?eiro, de 55 a?os, vive aqu¨ª desde que ten¨ªa dos. ¡°Casi nadie pasea por esta calle porque hay tanto ruido y tanto coche que es muy desagradable¡±, cuenta. El presidente de la Asociaci¨®n Vecinal de Campamento atribuye el aumento del tr¨¢fico al crecimiento de las poblaciones de los municipios con los que conecta: Boadilla del Monte (60.000 habitantes) y Pozuelo de Alarc¨®n (87.000). ¡°La carretera se construy¨® antes de que existiera el barrio, pero cuando yo era un ni?o no pasaban tantos coches y hab¨ªa muchos peatones¡±, recuerda nost¨¢lgico.
Los vecinos llevan reclamando desde julio al Ayuntamiento de Madrid que haga cumplir la norma del l¨ªmite de velocidad de 30 kil¨®metros por hora, con la instalaci¨®n de se?alizaciones, pasos de cebra elevados para calmar el tr¨¢fico y m¨¢s tiempo de paso para los peatones en los sem¨¢foros. Casi un a?o despu¨¦s, desde el ?rea de Movilidad y Transportes aseguran que ¡°se est¨¢n estudiando diferentes medidas¡±.
De momento, hay tres se?alizaciones: una de color azul que recomienda no pasar de los 20 kil¨®metros por hora y otras dos que indican precauci¨®n por el tr¨¢nsito de mayores y ni?os. Pero, ante la omisi¨®n por parte de los conductores de las advertencias, los vecinos han colgado sus propios carteles que se?alan en rojo el l¨ªmite de velocidad de 30 kil¨®metros en hora en las farolas de la avenida.
En esta carretera la exposici¨®n al ruido de tr¨¢fico rodado durante el d¨ªa es de 70 decibelios, seg¨²n el ¨²ltimo Mapa Estrat¨¦gico de Ruido de Madrid. Aunque, la recomendaci¨®n de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud es de 53 decibelios. Con el fin de evitar las molestias ocasionadas por la contaminaci¨®n ac¨²stica, algunos de los residentes han decidido instalar ventanas con doble acristalamiento. Como Mar¨ªa Garc¨ªa (Toledo, 48 a?os), que cuenta que se gast¨® 6.000 euros en el montaje y aun as¨ª duerme con tapones por el ruido. Ella vive con su marido y su hija en un primer piso con cuatro habitaciones, pero una de ellas est¨¢ inutilizada: ¡°No se puede dormir ah¨ª porque el ruido es atroz¡±. La vecina explica que a las seis de la ma?ana empiezan a llegar un coche tras otro: ¡°A las diez se para el tr¨¢fico, pero es peor porque la calle est¨¢ vac¨ªa y los coches pasan a m¨¢s velocidad¡±.

En el caso de Antonio G¨®mez (Barcelona, 82 a?os), que vive en un tercer piso, la angustia empieza cuando cae la noche: ¡°Hay veces que te levantas asustado¡±. Al estruendo de los veh¨ªculos que pasan a toda velocidad, se le suman los problemas que tienen los peatones y las bicicletas para transitar por la zona. ¡°Yo voy a trabajar en bicicleta todas las ma?anas y es terrible, pero es la ¨²nica manera que tengo de salir del barrio¡±, explica Raquel Piqueras (Madrid, 50 a?os).
Muchos mayores acceden por esta v¨ªa al parque de Casa de Campo para pasear y realizar su actividad f¨ªsica diaria. Como Luisa ?lvaro (Madrid, 75 a?os), a quien lo que m¨¢s le preocupa es la falta de tiempo, que ahora es de 17 segundos, para cruzar desde el otro lado de la v¨ªa a la entrada principal del centro de mayores, que cuenta con 3.900 socios: ¡°Los sem¨¢foros tendr¨ªan que dar m¨¢s tiempo para que las personas mayores pasemos con m¨¢s tranquilidad¡±.
Un sosiego que tambi¨¦n exigen las familias del colegio Hermanos Pinz¨®n, donde estudian 300 alumnos de educaci¨®n infantil y primaria. Carmen Santib¨¢?ez, que recoge a su hija de ocho a?os, evita pasar por la carretera que inquieta a los vecinos y da la vuelta por una de las calles aleda?as para volver a casa: ¡°Hay que ir con mucho cuidado con los ni?os. Al final puede pasar algo grave, por eso intentamos prevenirlo¡±.
Los que frecuentan la carretera de Boadilla del Monte en coche aseguran que no se cumple el l¨ªmite de velocidad. ¡°Si vas a 30 kil¨®metros por hora, los coches te pitan¡±, dice Pi?eiro. Desde mayo del a?o pasado el l¨ªmite de velocidad en v¨ªas urbanas de un ¨²nico carril por sentido es de 30 kil¨®metros por hora. Tras un a?o en vigor, esta medida ha reducido la siniestralidad en las ciudades espa?olas. De mayo a diciembre de 2021 el n¨²mero de fallecidos se redujo en un 14%, seg¨²n la direcci¨®n general de tr¨¢fico (DGT). ¡°Es un problema de salud y seguridad¡±, concluye el vecino.
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