El precio de ser madre sola de dos hijos superdotados: 120.000 euros en cinco a?os
Las listas de espera para evaluar a los ni?os con altas capacidades y la desinformaci¨®n educativa obligan a muchas familias a vivir un viacrucis personal hasta averiguar qu¨¦ deben hacer para incentivar las mentes de los menores
La primera se?al lleg¨® cuando Juan, a los seis a?os, le pidi¨® a su madre que le llevara a un colegio para su cabeza. Se aburr¨ªa y no le hac¨ªan caso. Esa llamada de auxilio tuvo repercusiones en la vida de Aurora L¨®pez Gil, 49 a?os, m¨¦dico de familia, cuando, dos a?os despu¨¦s, unas pruebas determinaron que su hijo Juan ten¨ªa un coeficiente de 145. Era superdotado. La vida empezaba a cambiar para Aurora por los gastos que ocasionaba alimentar las necesidades del privilegiado cerebro de su hijo. Pero detr¨¢s estaba la hija peque?a, Violeta, que ya en la escuela infantil, con solo dos a?os, llam¨® la atenci¨®n por colorear unos dibujos de forma pr¨¢cticamente perfecta, al contrario que los dem¨¢s. La sorpresa final lleg¨® cuando, a los siete a?os, la sometieron a un examen y result¨® que ten¨ªa un coeficiente de 152. Aurora pidi¨® salir un momento del despacho. Necesitaba respirar. Sospechaba lo que significaba para una madre sola, en una familia monoparental, tener dos hijos superdotados, y lo que ten¨ªa que hacer para multiplicar su sueldo. Poco despu¨¦s, en agosto pasado, Violeta se convirti¨® a los ocho a?os en la alumna m¨¢s joven en presentarse (y aprobar) el primer nivel de chino para adultos.
En los ¨²ltimos cinco a?os, Aurora se ha gastado 120.000 euros. Juan sabe ingl¨¦s, alem¨¢n y chino. Violeta lo mismo. Esto no ha hecho m¨¢s que empezar. La vida no tiene freno para Aurora.
Espa?a no est¨¢ pensada para ellos, lamenta la madre. Madrid, la comunidad en la que viven, tampoco. Y ella, m¨¦dico de familia, quiere cumplir con las expectativas de las mentes de sus hijos, as¨ª que se apunta a todas las guardias que puede cada verano o cada Navidad, cuando sus compa?eros se van de vacaciones. Su cabeza es una calculadora. Hace tiempo que no se dedica tiempo a ella misma. Ni que habla largo y tendido con alg¨²n amigo. Trabaja para poder pagar los estudios de sus hijos en un colegio biling¨¹e y privado y se dedica a dar de comer a dos mentes ¨¢vidas de conocimiento. De becas, ni hablar. Gana demasiado para eso.
El Ministerio de Educaci¨®n publica una tabla con los requisitos necesarios para acceder a ayudas y, en su caso, con una familia formada por tres personas, la renta anual de todos los miembros computables de su unidad familiar no podr¨ªa rebasar los 25.534 euros. Si fueran ocho en casa, por ejemplo, el l¨ªmite ser¨ªa 45.744 euros. Por lo que la pescadilla se muerde la cola: de cumplir esos requisitos ¡°casi imposibles¡±, solo obtendr¨ªa una ayuda de 900 euros anuales. Por suerte, el sueldo de una m¨¦dico de familia sobrepasa ese l¨ªmite y consigue pagar, no sin un esfuerzo tit¨¢nico, todas las actividades a las que ha apuntado a Juan y a Violeta.
?l estudia tercer curso de chino para adultos. Tiene su m¨¦rito ya que hay seis en total y solo tiene 13 a?os. Tambi¨¦n se prepara el C1 de ingl¨¦s, el segundo m¨¢s alto, cuando sus compa?eros de clase se enfocan en aprobar el B2 (el equivalente al First Certificate, el tercer nivel por arriba), a pesar de que tienen 14 o 15 a?os. ?l va a esa clase porque le flexibilizaron un curso, lo que significa que va uno adelantado. Tambi¨¦n estudia tercero de piano. Y se apasion¨® por la rob¨®tica. Y hace dos viernes present¨® oralmente un proyecto sobre aerodin¨¢mica, que le ha tenido bastante ocupado en la Universidad Camilo Jos¨¦ Cela. Ahora, adem¨¢s, lucha con otros 400 alumnos de Madrid por entrar en un curso de la Universidad Complutense para el a?o que viene que solo oferta 25 plazas para chicos que quieren profundizar, a¨²n m¨¢s, en las matem¨¢ticas. ¡°Necesito un proyecto de vida¡±, se excusa ¨¦l, como si fuera un adulto, aunque prefiere no alardear de conocimientos. ?l es todo eso y tambi¨¦n un chico deportista y bastante sociable. ¡°Yo en eso no he tenido problema¡±, admite, consciente de que otros superdotados han sido apartados por parecer ¡°raritos¡±. ¡°A m¨ª lo ¨²nico que me pasa es que no me gusta repetir mucho las cosas, ni que me las repitan¡±.
Ella, cinco a?os menor, estudia dos cursos de primaria a la vez, tercero y cuarto. Y lo hace sin despeinarse. ¡°No es dif¨ªcil¡±, dice con una voz dulce y acorde con su edad, una de las pocas cosas que se asemejan a lo que se espera de una ni?a de ocho a?os. Por lo dem¨¢s, estudia tambi¨¦n piano y, adem¨¢s, viol¨ªn. Y chino, claro, un idioma con el que empez¨® a los cuatro a?os. Va solo un nivel por debajo de su hermano. Los profesores dijeron que lo que otros alumnos tardaban dos a?os en aprender, Violeta lo hac¨ªa en ocho meses. ¡°A nivel social bien... pero intelectualmente me siento mejor con ni?os de 11 a?os¡±, admite, sin tapujos. Siempre le ha pasado. Desde que era peque?a. Sus semejantes le parec¨ªan beb¨¦s, aunque nunca ha intentado destacar, ni sacar r¨¦dito de lo que sab¨ªa que su mente era capaz. ¡°De mayor quiero ser cient¨ªfica. M¨¦dico cient¨ªfica, quiero investigar enfermedades y curar el c¨¢ncer¡±, asegura.
El 50% fracasa
Si los dos mantienen sus mentes activas podr¨¢n estudiar lo que quieran. Pero mantener equilibradas e incentivadas esas cabezas cuesta dinero. Mucho. Y adem¨¢s necesitan un sistema educativo acorde con ellos. Los datos del Ministerio de Educaci¨®n presentan un problema: el 50% de los menores superdotados fracasan escolarmente. ¡°No solo es una pena por ellos, sino porque son un valor esencial para el futuro de la sociedad y del pa¨ªs¡±, apunta Alicia Rodr¨ªguez, presidenta de la Asociaci¨®n Espa?ola de Superdotados y con Talento para ni?os, adolescentes y adultos (AEST).
Pero, ?hay centros de la red p¨²blica preparados para ni?os as¨ª? S¨ª, los hay, explica Rodr¨ªguez. Aunque hay que buscarlos. De hecho, tras realizar una encuesta a los padres de la asociaci¨®n sac¨® una conclusi¨®n: la regi¨®n madrile?a tiene al menos 14 centros (entre p¨²blicos, concertados y privados) que atienden de manera m¨¢s que satisfactoria a los menores con altas capacidades. En esa lista aparecen nombres como el colegio p¨²blico Clara Campoamor, el Gonzalo Chac¨®n o el Andr¨¦s Segovia. Pero para llegar al centro adecuado, los padres como Aurora pasan un verdadero viacrucis. Y eso le toca vivirlo a Alicia Rodr¨ªguez de primera mano, que atiende al d¨ªa entre 30 y 40 llamadas y correos de padres desesperados de toda Espa?a, sin saber hacia d¨®nde tirar.
Juan pidi¨® primero que le ense?aran otro tipo de matem¨¢ticas cuando estaba matriculado en un centro p¨²blico de Hoyo de Manzanares, al noroeste de Madrid. Aurora escribi¨® a su tutora. La profesora respondi¨® que no deb¨ªan hacer nada, que ser¨ªa peor si diferenciaban al ni?o. Y ella, ajena entonces a las necesidades de su hijo, acept¨®. Pero el ni?o, no. ¡°?De verdad no vas a hacer nada?¡±, le dijo dos d¨ªas despu¨¦s, incr¨¦dulo. Como no sab¨ªa qu¨¦ hacer, lo matricul¨® en la Escuela de Pensamiento Matem¨¢tico como actividad extraescolar. ¡°Cuando sali¨® de all¨ª el primer d¨ªa le brillaban los ojos. Fue alucinante¡±, sonr¨ªe ahora, al recordar aquellos primeros pasos llenos de titubeos.
A partir de ah¨ª todo se precipit¨®. El ni?o rog¨® ir a otro colegio (para su cabeza) y en la Escuela de Pensamiento Matem¨¢tico le recomendaron el Sek, el colegio biling¨¹e y privado en el que estudia, porque ya intu¨ªan que el ni?o al menos ten¨ªa altas capacidades y otros alumnos hab¨ªan dado buenas referencias de ese centro. Y as¨ª fue. Le hicieron las pruebas y apareci¨® su 145.
¡°El problema que hay en el sistema p¨²blico en Madrid es la lista de espera del equipo de orientadores para evaluar a los ni?os¡±, dice Alicia Rodr¨ªguez. Una familia puede estar entre dos y tres a?os esperando. Una barbaridad. Un tiempo precioso que no se debe perder. ¡°Hay atasco y luego no se aceptan los informes de especialistas privados, por lo que todo se complica¡±, contin¨²a. Algo que s¨ª pasa en Catalu?a, por ejemplo, donde esos informes tambi¨¦n son v¨¢lidos. Sin esa evaluaci¨®n previa, esencial, no se puede aplicar la ley, que consiste en tomar medidas pedag¨®gicas espec¨ªficas para el menor. Madrid cuenta con una red de 367 equipos de orientadores para centros p¨²blicos y 400 para concertados que se encargan de esa evaluaci¨®n y, seg¨²n la Consejer¨ªa de Educaci¨®n, pueden utilizar como fuente los informes privados, pero son ellos los que est¨¢n ¡°legitimados para realizar las evaluaciones psicopedag¨®gicas¡±.
Los expertos estiman que el 2% de la poblaci¨®n es superdotada (con un coeficiente intelectual por encima de 130); el 10% tiene altas capacidades (120), y el 15%, talentos que se pueden considerar simples, complejos o conglomerados (entre 90 y 120). Eso significa que de 1,2 millones de alumnos no universitarios que hay en Madrid, alrededor de 24.000 son superdotados, 120.000 tienen altas capacidades y 180.000 destacan en algunos talentos. Sin embargo, la regi¨®n madrile?a solo ha detectado a 3.484, seg¨²n datos de la Administraci¨®n.
El problema, por tanto, radica en el origen, la evaluaci¨®n. Se hace poco y tarde. Seg¨²n los ¨²ltimos datos publicados, los del curso 2020-2021, en Espa?a se detect¨® solo al 0,5% del total de alumnado con altas capacidades. En Madrid, a¨²n peor, al 0,28%. Aunque hay comunidades con datos m¨¢s catastr¨®ficos: Melilla (0,08%), Arag¨®n (0,08%), la Comunidad Valenciana (0,13%), Ceuta (0,15%), Castilla- La Mancha (0,22%) o Catalu?a (0,24%) lideran esa estad¨ªstica.
?Puede un ni?o con una cabeza privilegiada esperar tanto tiempo? No es lo recomendable, por supuesto. Federico Fern¨¢ndez, psic¨®logo y especialista en Altas Capacidades, Superdotaci¨®n y Talento, apunta a la importancia de la detecci¨®n de los casos y de la erradicaci¨®n de los mitos. ¡°En los centros siempre se fijan en el rendimiento acad¨¦mico y no siempre funciona as¨ª. Hay alumnos que destacan y no tienen altas capacidades y otros que las tienen y est¨¢n dispersos en clase. Son menores que, por lo general, necesitan conocer el porqu¨¦ de todo y si no se les explica bien a veces dejan preguntas sin responder en los ex¨¢menes¡±, analiza. Se suelen sentir diferentes, incomprendidos y, en ocasiones, solos y apartados, porque hay una disincron¨ªa entre su edad mental y la cronol¨®gica. Y otras veces son el blanco de las burlas. Rarito. Empoll¨®n. Pesado. Pregunt¨®n. Enciclopedia... ¡°Cuando llegan a la adolescencia se acent¨²a su necesidad de pertenecer a un grupo, sobre todo en las chicas, por lo que muchas prefieren pasar desapercibidas, no quieren destacar y esconden sus altas capacidades¡±, agrega.
Por eso mismo, dice el especialista, es importante la evaluaci¨®n ¡°en cuanto hay una m¨ªnima sospecha¡±, porque si no se hace, se acaban aburriendo y ¡°existe el riesgo de que sufran una psicopatolog¨ªa, como trastornos adaptativos, depresi¨®n, ansiedad y en muchas ni?as autolesiones o trastornos alimenticios¡±.
Aurora ha evitado llegar a ese punto. Lo ataj¨® a tiempo, cuando decidi¨® escuchar que Juan quer¨ªa un colegio para su cabeza y no hacer caso a su profesora. Pero lo suyo le ha costado: su vida, al servicio de las mentes de sus hijos. Su cuenta bancaria, tambi¨¦n. Y reflexiona: ¡°Hace poco hice la declaraci¨®n de la renta y me sali¨® 3.000 euros a pagar. Nada desgrava. Algo no funciona. Adem¨¢s, qui¨¦n no pueda permit¨ªrselo, ?qu¨¦ hace?¡±
"A los padres les recomiendo el enriquecimiento extracurricular a demanda"
Tener altas capacidades (AA CC) y ser superdotado no es lo mismo. La National Association for Gifted Children (NAGC) define a las personas de alta capacidad, los gifted, como “aquellas que demuestran un nivel de aptitud sobresaliente (definido como una capacidad excepcional para razonar y aprender) o una competencia superior, que es el desempeño documentado o el rendimiento que los sitúa en el 10% por arriba (lo que se denomina percentil 90 o superior), o por encima respecto al grupo normativo en uno o más dominios". Los dominios incluyen cualquier área de actividad estructurada con su propio sistema simbólico (las matemáticas, la música, la lengua...) o su propio conjunto de destrezas sensoriomotoras (la pintura, la danza, los deportes...).
Por tanto, en España se llama AA CC a lo que los anglosajones denominan gifted -que se podría traducir como dotados o talentosos-, los que tienen un percentil 90 (o superior) o con un coeficiente intelectual igual (o superior) a 120 aproximadamente. Y superdotado es lo que aglutina a un subconjunto de las altas capacidades con un percentil 98 (o superior) o un coeficiente intelectual igual (o superior) a 130 aproximadamente.
Las leyes de educación en España contemplan tanto el enriquecimiento curricular como la aceleración o flexibilización (pasar de curso es la mejor opción, según señala el informe Templeton). "A los padres les recomiendo el enriquecimiento extracurricular a demanda del menor", dice Federico Fernández, psicólogo y especialista en Altas Capacidades, Superdotación y Talento.
Los expertos coinciden en que lo ideal sería que la definición de AA CC se reconociera en la legislación educativa. "Unificar el criterio de detección para todas las comunidades sería un gran paso en el buen camino", añade. Lo dice porque en Andalucía, por ejemplo, a partir de un coeficiente intelectual de 120 se considera que una persona tiene AA CC y otras regiones, como Madrid, ponen la barrera a partir de 130.
Lo que está claro, y en eso sí hay consenso, es lo que significa para un niño tener esas capacidades. La edad cronológica y la mental en los niños es importante para entender por lo que pasan emocionalmente. Por ejemplo, una niña de 10 años con un coeficiente intelectual de 140 equivale a una edad mental de 14 años. "Es como si coges a una chica de 2º de la ESO y la metes en una clase de 4º de Primaria", explica Fernández. "Por eso es tan relevante formar a los profesores".
En Madrid, 2.647 estudiantes participan en el Programa Público de Enriquecimiento Educativo para Alumnos con Altas Capacidades (PEAC), un número que según la consejería refleja un aumento del 48% desde hace seis años. Se busca estimular el potencial y la creatividad de los menores. El problema, dice Aurora López Gil, madre de dos niños superdotados, es que solo dan una clase extraescolar un sábado cada 15 días. "No es suficiente", lamenta.
"También hay lista de espera para entrar ahí", recuerda Alicia Rodríguez, presidenta de la Asociación Española de Superdotados y con Talento para niños, adolescentes y adultos (AEST). Por eso mismo, apunta, complican el acceso con requisitos ajenos a las AA CC, como tener un buen rendimiento académico. Y muchos, demasiados, se quedan fuera.
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