La Unesco pone en el mapa a Madarcos, el pueblo m¨¢s peque?o de Madrid

El pueblo m¨¢s peque?o de la Comunidad de Madrid estaba este martes en Par¨ªs (Francia) representado por su alcaldesa, Eva Gallego, que hab¨ªa llegado all¨ª para presentarse ante la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Educaci¨®n, la Ciencia y la Cultura (Unesco) como quien pisa la Luna por primera vez. Nerviosa, orgullosa y con la sensaci¨®n de estar escribiendo en letras de oro un cap¨ªtulo importante de su historia. Y no es para menos. La Unesco aprueba este mi¨¦rcoles, en la 34? Sesi¨®n del Comit¨¦ Internacional del Programa Hombre y Biosfera, la ampliaci¨®n de la Reserva de la Biosfera Sierra del Rinc¨®n con la inclusi¨®n de ese municipio tan peque?o que aglutina a 65 habitantes, entre los que solo hay nueve ni?os. ¡°Es un d¨ªa grande para Madarcos, un reconocimiento a nuestros antepasados. Me quedo con eso y con este regalazo para los mayores, que han trabajado tanto¡±, dec¨ªa por tel¨¦fono Gallego, como si flotara de la emoci¨®n por las calles parisinas. ¡°Estoy deseando volver para dedicarle esto a los m¨¢s mayores del municipio, los que han hecho posible mantener la tradici¨®n, pasarla de generaci¨®n en generaci¨®n y hacer de su lugar de origen un sitio al que mirar desde cualquier otra parte del mundo¡±.

La Reserva de la Biosfera Sierra del Rinc¨®n est¨¢ situada en el extremo norte de la Comunidad de Madrid, a menos de 100 kil¨®metros de la capital, en un territorio monta?oso situado entre los macizos de Ayll¨®n y Somosierra. Hasta ahora inclu¨ªa cinco municipios (La Hiruela, Horcajuelo de la Sierra, Montejo de la Sierra, Pr¨¢dena del Rinc¨®n y La Puebla de la Sierra) y ahora se une el sexto, Madarcos, que a?ade 860,7 hect¨¢reas al terreno protegido. En conjunto, suponen 16.091 hect¨¢reas de una superficie casi desconocida y de las mejor conservadas de la Comunidad de Madrid.

Las reservas de biosfera son zonas de ecosistemas terrestres, costeros o marinos, o una combinaci¨®n de ellos, reconocidas internacionalmente en el marco del Programa sobre el Hombre y la Biosfera (MaB) de la Unesco. Se crean para promover y demostrar una relaci¨®n equilibrada entre los seres humanos y la biosfera, y se otorga el reconocimiento tras la solicitud del Estado interesado. ¡°Este programa tiene m¨¢s de 1.000 reservas en todo el planeta, desde Australia hasta el Congo, y es una manera de dar un empujoncito a esta zona, ponerla en el mapa, y poner en valor un territorio cuyo paisaje es fruto de la modulaci¨®n de la mano del hombre¡±, explica Luis del Olmo, Director General de Biodiversidad y Recursos Naturales de la Administraci¨®n madrile?a.

En este entorno en concreto, ha sido la convivencia respetuosa entre el ser humano y la naturaleza la que ha permitido conservar una enorme diversidad cultural y natural, modelando a lo largo de los siglos un espectacular paisaje en el que se entremezclan elementos mediterr¨¢neos y atl¨¢nticos. Muros de piedra, pilones, sistemas de riego artificiales completamente insertados en la naturaleza, la red de balsas... todos los artificios necesarios para trabajar el campo con respeto para el propio campo y sus trabajadores ha creado un ecosistema propio que ampl¨ªa ahora su valor.

En junio de 2005 ya se dio un primer paso. Entonces se dot¨® de reconocimiento a un espacio ¨²nico con aquellos primeros cinco municipios incluidos de un territorio con una baja densidad de poblaci¨®n que apenas supera los cuatro habitantes por kil¨®metro cuadrado y que se caracteriza por su ambiente eminentemente rural, monta?oso y de paisajes bien conservados.

A principios del verano de 2018, la Comunidad de Madrid traslad¨® al Ayuntamiento de Madarcos la posibilidad de incorporar al municipio a la Reserva de la Biosfera, declarada hac¨ªa casi 18 a?os y sin que hasta ahora se hubieran modificado sus l¨ªmites. Gallego acept¨®. Cre¨ªa que cumpl¨ªa los requisitos. Y pensaba que ser¨ªa un impulso para aquellos vecinos que tantas horas de su vida hab¨ªa dejado en el campo.

La gran cantidad de especies de fauna y flora confieren a estos territorios un alt¨ªsimo valor ecol¨®gico y de conservaci¨®n. Concretamente, seg¨²n la Consejer¨ªa de Medio Ambiente, se han inventariado 195 especies de vertebrados y 492 de invertebrados, 1.270 de flora vascular (sin incluir especies hort¨ªcolas y frut¨ªcolas cultivadas) y 690 no vascular. De ellas, un buen n¨²mero son especies amenazadas y legalmente protegidas por convenios internacionales, cat¨¢logos regionales o nacionales, muchas end¨¦micas o de distribuci¨®n escasa en el ambiente mediterr¨¢neo. En concreto, 137 especies de vertebrados y 66 especies de flora vascular se encuentran incluidas en el Cat¨¢logo Regional de especies amenazadas o son endemismos.

En la Sierra del Rinc¨®n adem¨¢s se conservan razas de ganado ovino y bovino, contribuyendo de esta manera de una forma activa a la conservaci¨®n de la diversidad gen¨¦tica ligada a explotaciones agrarias. ¡°La inclusi¨®n de Madarcos adem¨¢s a?ade dos valores importantes: por una parte, se incluye el r¨ªo Maderquillos, con bastante caudal, donde se ha visto la presencia de la nutria; y por otra, es una zona desarbolada, de pastizal, donde hay un gran n¨²mero de especies vegetales y una gran riqueza ornitol¨®gica¡±, insiste Del Olmo.

La Comunidad de Madrid asume ahora el compromiso de dinamizar los municipios de la Reserva de la Biosfera Sierra del Rinc¨®n, as¨ª como la de las Cuencas Altas de los r¨ªos Manzanares, Lozoya y Guadarrama, potenciando su desarrollo sostenible e impulsando la econom¨ªa local y el turismo. En concreto, este enclave protegido al que se une ahora Madarcos, debe impulsar el desarrollo econ¨®mico sostenible e integrado que genere empleo end¨®geno como medio para lograr impulsar la poblaci¨®n, promoviendo la conservaci¨®n y mejora del medio natural, rural y del patrimonio cultural.

¡°Lo que nos falta ahora es atraer a gente joven al pueblo¡±, dice Gallego, la alcaldesa de Madarcos, que presume que desde que lleg¨® la pandemia la poblaci¨®n ha crecido un 22%, llegando hasta el hito de los 65 habitantes. ¡°La covid ha tra¨ªdo mucho malo, pero tambi¨¦n ha provocado que personas que quer¨ªan huir de la ciudad dieran el paso, tambi¨¦n gracias a la llegada de la fibra o a nuestro plan de rehabilitaci¨®n de casas¡±, explica. La zona ya se ve con otros ojos, y m¨¢s con la nueva catalogaci¨®n de la Unesco. La alcaldesa lo ve reflejado en su hija mayor, de 19 a?os, que siempre ha renegado por vivir aislada en un pueblo, sin casi amigos ni adolescentes con los que compartir sus inquietudes. ¡°Me qued¨¦ alucinada cuando hace poco me dijo: ¡®Mam¨¢, ay¨²dame a quedarme a vivir en Madarcos?¡±, se r¨ªe Gallego. ¡°Y eso es lo que voy a hacer. Porque es importante que la gente joven empiece a valorar todo esto¡±.

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