El boxeador Gabriel Kraus fue asesinado por no someterse a unos pandilleros
La Polic¨ªa detiene a nueve miembros de una banda por apu?alar hasta la muerte a un joven de 20 a?os con el que se encontraron por casualidad en una fiesta en Madrid hace un a?o
Un viernes de finales de julio Gilmar Kraus recibi¨® la llamada que estaba esperando desde que asesinaron a su hijo. ¡°Tenemos novedades, ?podemos ir a verte?¡±, le anunci¨® una investigadora de la Brigada Provincial de Informaci¨®n que ha llevado el caso. Unos minutos despu¨¦s los polic¨ªas llamaron a su puerta para comunicarle que hab¨ªan detenido a los pandilleros que en una fiesta de verano del a?o pasado en Madrid mataron a Gabriel, de 20 a?os, por no haberse sometido a sus exigencias. Son nueve detenidos, cinco de ellos menores y todos ellos miembros de los Dominican Don¡¯t Play (DDP), contra los que los agentes han reunido pruebas durante todo un a?o para dar a la familia Kraus una respuesta a tantas preguntas. El alivio por ver a los culpables detenidos se mezcla ahora con la rabia de saber que su hijo muri¨® por una pelea ¡°absurda¡±, como define su padre al otro lado del tel¨¦fono.
La noche en la que asesinaron a Gabriel, un joven boxeador de origen brasile?o que hab¨ªa competido representando a Espa?a en numerosas ocasiones, hab¨ªa acudido a una fiesta en casa de un amigo. Era un piso bajo en el barrio de Prosperidad que la familia de su colega hab¨ªa alquilado mientras hac¨ªan obras en su casa. Seg¨²n el relato de los testigos a la familia, Gabriel estaba en la puerta con otros asistentes a la fiesta cuando pas¨® un grupo peque?o de j¨®venes con el que tuvieron un encontronazo. Estos chicos se marcharon, pero al rato volvieron con otros m¨¢s, y les exigieron ¡°bajar patria¡±, un c¨®digo de bandas para mostrar superioridad. La v¨ªctima se neg¨® y los pandilleros sacaron los cuchillos. El objetivo de las pu?aladas esa noche fue Gabriel, como podr¨ªa haber sido cualquier otro que estuviera en el lugar y momento equivocado.
Los arrestados son miembros de los DDP. De los cuatro mayores de edad, tres est¨¢n en este momento en prisi¨®n; de los cinco menores, cuatro permanecen en centros de internamiento. Se les acusa de homicidio y pertenenecia a organizaci¨®n criminal. El cuerpo de Gabriel presentaba muchos cortes en los brazos, signo de que ¨¦l se hab¨ªa protegido con lo que mejor sab¨ªa, sus pu?os de boxeador. ¡°Se defendi¨®, pero lleg¨® un momento en el que no pudo m¨¢s, eran muchos contra uno solo¡±, se lamenta su padre. Gabriel presentaba una herida en el pecho y otra en el abdomen por las que perdi¨® demasiada sangre antes de que los servicios de Emergencias llegaran para atenderle. Se desangr¨® en medio de la fiesta. Ten¨ªa 20 a?os y muchas ganas de volver a competir una vez terminadas las limitaciones de la pandemia.
Varios de los detenidos han admitido su participaci¨®n en el asesinato, y dos de ellos han declarado ser los autores materiales, explican fuentes cercanas al caso. Estas mismas voces explican que casi desde el principio hab¨ªa una l¨ªnea clara de investigaci¨®n, pero era imprescindible reunir todas las pruebas suficientes para detenerles. El tiempo ha jugado en contra de los investigadores del grupo 22 de la Brigada Provincial de Informaci¨®n, que destacan el ¡°gran apoyo¡± de la Fiscal¨ªa de Menores para sacar adelante el caso. Las c¨¢maras de seguridad de la zona, as¨ª como las pruebas de ADN han sido fundamentales para la resoluci¨®n. Los polic¨ªas revisaron m¨¢s de 50 grabaciones. En los alrededores se hall¨® un cuchillo ensangrentado, as¨ª como alguna prenda de ropa de los ahora arrestados. En la casa de uno de ellos hallaron la ropa que llevaba esa noche. ¡°Los testigos, como en todos los casos relacionados con bandas, han sido muy herm¨¦ticos¡±, recalcan fuentes policiales.
La madre del chico, Marla, viaj¨® a Espa?a desde Brasil poco despu¨¦s del asesinato, pero tuvo que regresar a su pa¨ªs porque no ten¨ªa medios para quedarse en Madrid. Durante este tiempo ha esperado las noticias que finalmente han llegado pensando en que ni siquiera pod¨ªa ¡°llorar a su hijo en el cementerio¡±, comenta por mensajes. ¡°Ella lo ha pasado incluso peor. Nos alegramos de que los atraparan, pero nuestra vida est¨¢ destrozada¡±, comenta el padre. La familia se mud¨® a Madrid cuando Gabriel y su hermano eran peque?os, precisamente para darles un entorno m¨¢s seguro en el que crecer. Adem¨¢s de dedicarse al boxeo, el chico quer¨ªa ser alg¨²n d¨ªa periodista deportivo.
Fue Gilmar el que llam¨® a la madre de su hijo para darle la noticia de la detenci¨®n, igual que hizo hace un a?o para contarle lo peor que puede escuchar una madre. Ahora, Marla espera poder volver para la celebraci¨®n de un futuro juicio, que no tendr¨¢ lugar antes de dos a?os. ¡°Alivio y rabia¡±, vuelve a decir el padre de Gabriel.
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