El a?o que rompi¨® al PP
Se cumple el primer aniversario de que Ayuso anunciara su intenci¨®n de presidir el partido en Madrid, que origin¨® la guerra interna que acab¨® con la era Casado
La guerra que rompi¨® al PP empezaba ahora hace un a?o. Todo arranca en un c¨¦ntrico restaurante de Madrid. All¨ª, con los comensales a¨²n bronceados por el sol del verano, Isabel D¨ªaz Ayuso convoca una reuni¨®n informal para empezar a cogerle la temperatura al curso pol¨ªtico 2021-2022. Los interlocutores de la presidenta de la Comunidad de Madrid salen de ese encuentro convencidos de que el rumor que lleva alimentando las cenas de la capital desde hace meses es cierto: Ayuso quiere compaginar la presidencia regional con la del PP de Madrid, concentrando as¨ª el poder institucional y org¨¢nico regional, y erigi¨¦ndose en consecuencia en un contrapeso interno de la direcci¨®n nacional. Las alarmas se desatan en la sede de la calle de G¨¦nova. Nadie lo sabe a¨²n, pero se acaba de mover la primera ficha del efecto domin¨® que siete meses despu¨¦s causar¨¢ la dimisi¨®n de Pablo Casado como presidente de la formaci¨®n conservadora, y su sustituci¨®n por Alberto N¨²?ez Feij¨®o. La segunda pieza, que es la m¨¢s importante, cae solo unos d¨ªas despu¨¦s.
Septiembre. Sede nacional del Partido Popular. Casado ha convocado a Ayuso. La l¨ªder conservadora cree que van a hablar del congreso del PP de Madrid, pero se encuentra con otra cosa: Casado, el mismo que apost¨® por ella como candidata cuando a¨²n era una desconocida, le ense?a un dossier que apunta a que el hermano de la presidenta cobr¨® casi 300.000 euros en comisiones por intermediar para conseguir productos sanitarios para la empresa Priviet Sportive. De ellos, se sabe luego, m¨¢s de 55.000 se corresponden con un contrato de 2020 entre la Comunidad y la compa?¨ªa para importar mascarillas desde China a Madrid por 1,5 millones. Para Casado, esos datos son m¨¢s que preocupantes. Como poco, dice, ¡°no son ejemplares¡±. Ve un claro conflicto de intereses. Y se lo transmite a Ayuso con toda contundencia.
¨DFui a su despacho para hablar de la situaci¨®n del partido y del congreso [del PP de Madrid]¨D, relata Ayuso seis meses despu¨¦s del encuentro, cuando ya ha estallado la pol¨¦mica y el secreto que rodeaba esa cita ya no lo guarda nadie. ¡°Para mi sorpresa me contest¨® que ten¨ªa conocimiento de esta operaci¨®n y que pensaba que era ilegal¡±.
¨DLe pido a Isabel D¨ªaz Ayuso que venga al despacho, no para hablar del congreso de Madrid, sino simplemente para hablar¨D, replica Casado cuando escucha esas palabras de Ayuso. ¡°Al final, le digo que me ha llegado esto, y que me preocupa mucho. Ella me dice que recabar¨¢ informaci¨®n. El caso es que esa respuesta no viene¡±.
Y eso abre definitivamente la caja de los truenos. En octubre, cuando no han pasado ni dos meses desde que hubiera anunciado su deseo de presidir el partido en Madrid, Ayuso se cita con Teodoro Garc¨ªa-Egea, secretario general del PP. Son 15 minutos de reuni¨®n que dejan las cosas peor de lo que estaban: la relaci¨®n era tan mala que la presidenta regional ten¨ªa bloqueado al n¨²mero dos del partido en uno de sus tel¨¦fonos. Todo salta por los aires, pero a¨²n es una cuesti¨®n interna que durante meses pudre al partido, envenena su vida org¨¢nica, y llena de tensi¨®n el d¨ªa a d¨ªa.
Porque Ayuso, siempre apoyada por su equipo, encabezado por el jefe de gabinete, Miguel ?ngel Rodr¨ªguez, no da un paso atr¨¢s. Y Casado, que siente que se est¨¢ poniendo en entredicho su autoridad, y es azuzado por Garc¨ªa-Egea, tampoco. El choque que hay por el contrato de la Comunidad de Madrid con Priviet se ventila a trav¨¦s del enfrentamiento p¨²blico por la fecha del congreso de Madrid. Y el choque que hay sobre el poder interno en el PP, donde Ayuso cada vez tiene m¨¢s ascendente en detrimento de Casado, se ventila a trav¨¦s del contrato de Priviet.
La situaci¨®n estalla en febrero, cuando se hace p¨²blico el enfrentamiento de las dos partes: mientras los partidos de izquierdas llevan el pol¨¦mico contrato a la Fiscal¨ªa (que en junio archiva la investigaci¨®n sin apreciar ilegalidad alguna), el PP se desangra. La crisis afecta incluso al Ayuntamiento de la capital, donde dimite ?ngel Carromero, coordinador de la alcald¨ªa, y mano derecha del alcalde, Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez Almeida, mientras se investiga una supuesta trama de espionaje con medios municipales contra los Ayuso. Es el primer alfil que pierde Casado en la partida de ajedrez que le enfrenta con la presidenta de Madrid. Luego van cayendo el resto, uno tras otro, en un in crescendo que le deja solo y aturdido cuando el regidor de la capital, que es tambi¨¦n portavoz nacional y n¨²mero tres nacional de la formaci¨®n, renuncia a esas responsabilidades para centrarse en la ciudad.
Ocurre el 22 de febrero. No ha pasado ni una semana desde el estallido del enfrentamiento p¨²blico entre Casado y Ayuso. Y as¨ª, el casadismo muere en unas pocas jornadas fren¨¦ticas que ven c¨®mo N¨²?ez Feij¨®o concentra el poder interno entre finales de febrero, marzo y abril, y c¨®mo Ayuso se hace en mayo con el de la organizaci¨®n de Madrid.
Mayor¨ªa absoluta en 2023
¡°Desde hoy, Isabel y su equipo son m¨¢s libres: hemos puesto la primera piedra de la pr¨®xima mayor¨ªa absoluta del PP de Madrid¡±, promete el pol¨ªtico gallego en el congreso de mayo de 2022 que la elige como presidenta del PP de Madrid.
Las consecuencias de todo ello se viven a¨²n en presente. Ni Casado, ni Garc¨ªa Egea, ni Ana Camins, que fuera secretaria general del PP de Madrid, ocupan ya los puestos que ten¨ªan hace un a?o. El antiguo l¨ªder directamente est¨¢ fuera de la pol¨ªtica. Los cargos m¨¢s identificados con el antiguo presidente han perdido su influencia, con excepci¨®n de Cuca Gamarra. Y al encumbramiento nacional de los fieles a N¨²?ez Feij¨®o y al presidente de Andaluc¨ªa, Juan Manuel Moreno Bonilla (clave en el ascenso del pol¨ªtico gallego), le ha acompa?ado la promoci¨®n de los ayusistas en la pol¨ªtica regional.
¡°Casadistas hemos sido todos, es lo suyo, solo faltaba. Cosa distinta es quien hayan puesto en tela de juicio la honorabilidad de mi gobierno, y su gesti¨®n. Eso s¨ª lo voy a tener en cuenta¡±, advirti¨® Ayuso.
As¨ª, la presidenta ya ha nombrado casi una veintena de candidatos municipales de su gusto para los comicios de mayo 2023. Tambi¨¦n ha comenzado a reconfigurar el Gobierno auton¨®mico, bajo la coordinaci¨®n del consejero Enrique Ossorio, para que acompase sus esfuerzos con los del partido con las urnas a la vista: el primero en perder influencia ha sido el consejero Enrique L¨®pez, que a su vez era vicesecretario de Casado. Finalmente, Ayuso ha reorganizado el partido a su imagen y semejanza, con Alfonso Serrano como n¨²mero dos, y en un puesto clave Ana Mill¨¢n, ¨ªntima amiga suya investigada por un presunto caso de prevaricaci¨®n administrativa.
Desde entonces, Ayuso prepara un a?o electoral en el que lograr la mayor¨ªa absoluta es el gran objetivo. Primero, este septiembre, abrir¨¢ el curso pol¨ªtico con un mitin compartido con N¨²?ez Feij¨®o, toda una declaraci¨®n sobre la relaci¨®n de ambos. Este mismo mes, la presidenta auton¨®mica llenar¨¢ el debate del estado de la regi¨®n de anuncios pensados para los votantes. Luego, en octubre, organizar¨¢ una convenci¨®n ideol¨®gica dise?ada para que el PP de Madrid conserve el impulso que le llev¨® a ganar las elecciones auton¨®micas de 2021, a?adi¨¦ndole argumentos con los que convencer a los electores que entonces prefirieron a Vox. Y como colof¨®n, estructurar¨¢ las listas electorales de Madrid, donde permitir¨¢ que Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez Almeida opte a la alcald¨ªa de la capital pese a sus discrepancias durante las peores horas del partido. Porque el a?o que rompi¨® al PP ya se ha cumplido, pero las consecuencias de la guerra interna a¨²n siguen bien vivas.
Suscr¨ªbete aqu¨ª a nuestra newsletter diaria sobre Madrid.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.