Una de las peores empresas de residencias en Madrid se enfrenta a un castigo hist¨®rico
La Comunidad quiere retirar la gesti¨®n de tres centros p¨²blicos al grupo Aralia. Es la primera sanci¨®n de este tipo en un sector donde las autoridades anuncian una nueva etapa de control

Uno de los gigantes de las residencias de mayores en Espa?a, Aralia, recibe al a?o 15 millones de euros de la Comunidad de Madrid a pesar de ser?una de las compa?¨ªas m¨¢s sancionadas y con peor reputaci¨®n de la regi¨®n. Ahora, el Gobierno regional quiere poner fin a esta relaci¨®n, seg¨²n ha sabido este peri¨®dico.
Aralia?se enfrenta al primer expediente de sanci¨®n en la Comunidad para retirarle a una empresa la gesti¨®n de centros p¨²blicos de la tercera edad. La consejer¨ªa de Pol¨ªticas Sociales ha iniciado el proceso para romper tres concesiones de geri¨¢tricos con un total de 720 plazas, seg¨²n fuentes de ese departamento. Se trata de?una se?al m¨¢s de una nueva etapa de mano dura con quienes descuiden a estas personas vulnerables.
Aralia ha ganado desde 2014 los concursos para gestionar cuatro residencias p¨²blicas en la regi¨®n. La idea de estas concesiones es que una empresa privada hace una gesti¨®n m¨¢s eficaz que la Administraci¨®n. Sin embargo, las familias denuncian que las compa?¨ªas escatiman en recursos b¨¢sicos como comida o cuidadores para obtener el m¨¢ximo beneficio. Los contratos de Aralia se han mantenido e incluso prorrogado, a pesar de que las cuatro residencias que gestiona en Madrid han sido multadas 15 veces desde 2015 por incumplir pliegos o violar la ley, por un importe total de 358.000 euros.?Entre las causas se encuentran la suciedad, la falta de personal de atenci¨®n directa o no haber comunicado incidencias.
"Ahora la empresa ha incurrido, seg¨²n el Gobierno regional, en una de las causas de rescisi¨®n de contrato en tres residencias, en Ensanche de Vallecas, Pe?uelas (Arganzuela) y Legan¨¦s", al haber subcontratado a empleados para cubrir bajas de cuidadores. Los pliegos proh¨ªben ese recurso a terceras empresas para garantizar la calidad del servicio.
Esta es la primera vez que se inicia un procedimiento de este tipo en una residencia de la Comunidad de Madrid, seg¨²n fuentes de la Consejer¨ªa, dirigida por Alberto Reyero. El consejero de Ciudadanos que lleg¨® al cargo a finales de agosto ha endurecido la vigilancia, en particular sobre el peque?o grupo de 18 residencias p¨²blicas gestionadas por empresas, consideradas por muchos como ovejas negras de un sector con m¨¢s de 400 centros en la regi¨®n. Aralia tiene cuatro contratos de este tipo, (adem¨¢s de los tres en proceso de rescisi¨®n, gestiona otro centro en el barrio madrile?o de La Ventilla, que ha sido penalizado por falta de personal).
El castigo para Aralia supondr¨ªa la p¨¦rdida de las residencias y no poder contratar con la Comunidad de Madrid durante tres a?os. ¡°Por supuesto no podemos dar nada por hecho y tendremos en cuenta las alegaciones de la empresa", valor¨® el consejero, que confirm¨® la informaci¨®n. "Pero lo que s¨ª es seguro es que desde la consejer¨ªa siempre vamos a estar vigilantes para garantizar el bienestar de los mayores que residen en los centros". El consejero avisa a otras infractoras: "Si detectamos cualquier tipo de irregularidad se aplicar¨¢n los correspondientes mecanismos sancionadores¡±.
Aralia alega ser v¨ªctima de una "caza de brujas" por parte del consejero. Su director general, ?lvaro Dur¨¢n, respondi¨® en un correo electr¨®nico que tomar¨¢n medidas en los tribunales. "En ning¨²n caso permitiremos ser atropellados por una decisi¨®n pol¨ªtica arbitraria y que nos deja indefensos ante la opini¨®n p¨²blica", contest¨® Dur¨¢n a este peri¨®dico.
La empresa ha reprimido con dureza a trabajadores que han denunciado irregularidades. Dos cocineras de su centro en Vallecas, Sol F¨¦lix e In¨¦s Garc¨ªa, fueron sancionadas el a?o pasado con dos meses de empleo y sueldo por denunciar en televisi¨®n la mala alimentaci¨®n que recib¨ªan los residentes. Durante casi dos a?os alertaron a la direcci¨®n de que los ancianos estaban malnutridos porque sus guisos y pur¨¦s no ten¨ªan suficiente alimento (dos kilos de carne en un pur¨¦ para 52 personas). Aparecieron en mayo en el programa ?Te lo vas a comer? del chef Alberto Chicote y la empresa las castig¨®. D¨ªas despu¨¦s de la grabaci¨®n, Garc¨ªa sufri¨® un derrame cerebral en la residencia y a¨²n est¨¢ de baja.?
¡°Est¨¢bamos hartas de que se rieran de nosotras en nuestras narices y por eso decidimos salir en la tele¡±, dice F¨¦lix. Seg¨²n ellas, jefes de cocina y direcci¨®n les ped¨ªan ahorrar ingredientes. ¡°Aralia tiene mucha gente a la que le da igual los mayores¡±, a?ade F¨¦lix. La semana despu¨¦s de la emisi¨®n del programa, las autoridades de Sanidad clausuraron la cocina tras encontrar cucarachas y alimentos en mal estado.

Aralia cuida a m¨¢s de 16.000 personas en toda Espa?a, seg¨²n su p¨¢gina web. La empresa fue fundada en 1993 por el constructor Luis de Ulibarri, imputado en varias tramas de corrupci¨®n: la G¨¹rtel, la P¨²nica y Enredadera. Las autoridades investigan la concesi¨®n de contratos p¨²blicos a cambio de sobornos. La empresa sigue liderada por la familia Ulibarri, que ha apartado al patriarca de la estructura corporativa.

Aralia gan¨® las concesiones en Madrid entre 2014 y 2017, cuando la consejer¨ªa de Asuntos Sociales estaba controlada por el Gobierno entonces monocolor del Partido Popular. Tienen duraci¨®n de tres a?os y la empresa consigui¨® su pr¨®rroga por otro trienio. Son residencias p¨²blicas que han sido gestionadas por empresas privadas desde hace d¨¦cadas. Su cesi¨®n comenz¨® poco despu¨¦s de que la Comunidad de Madrid asumiera en el estatuto de 1983?la competencia sobre asistencia social y con ella las residencias del Inserso.
La oposici¨®n de izquierda pide que las 18 residencias p¨²blicas cedidas al sector privado regresen al control de la Administraci¨®n. Se sumar¨ªan a las 25 residencias p¨²blicas que en todo momento han permanecido gestionadas por la Comunidad de Madrid, ahora agrupadas bajo la Agencia Madrile?a de Atenci¨®n Social (AMAS). Una proposici¨®n no de ley del PSOE que lo ped¨ªa en 2018 fue aprobada entonces con los votos de PSOE, Podemos y Ciudadanos (entre ellos Reyero) y la ¨²nica oposici¨®n del PP.
Seg¨²n el promotor de la iniciativa, el diputado socialista Jos¨¦ ?ngel Chamorro, las 18 residencias p¨²blicas controladas por empresas han presentado un d¨¦ficit cr¨®nico de recursos. La Comunidad ha otorgado contratos a la empresa que le ofrece el mejor precio y no la mejor calidad de atenci¨®n, critica Chamorro. Empresas como Aralia, dice, han racaneado en comida o cuidados para ahorrar. ¡°Intentan rascar no cubriendo bajas por enfermedad¡±, dice Chamorro.?Aralia recibe una mensualidad de la Comunidad de Madrid, que incluye el coste estimado de prestar el servicio y una rentabilidad del 6% para la empresa
Los concursos que gan¨® Aralia funcionaban a modo de subasta, puntuando la oferta econ¨®mica de las empresas con hasta 90 puntos sobre 100. Para evitar que las compa?¨ªas que ofertan a la baja sigan ganando concesiones, la reforma en noviembre de 2017 de la ley estatal de contratos p¨²blicos promueve los criterios de calidad en futuras licitaciones.
La consejer¨ªa de Reyero estudia una reforma del sistema de gesti¨®n indirecta, de modo que las nuevas concesiones contemplen pliegos m¨¢s exigentes. Hay expertos como el exdirector de residencias Gustavo Garc¨ªa que creen que la gesti¨®n indirecta no es mala per se. Advierte que muchos que promueven el control p¨²blico como ¨²nica opci¨®n hacen demagogia porque no necesariamente supone garant¨ªa de calidad.
Garc¨ªa dice que el gran problema de estas 18 residencias est¨¢ en las concesiones por pocos a?os, que disuaden a las empresas ganadoras de hacer las inversiones que toman los l¨ªderes del sector en Espa?a y Europa. ¡°Hacen falta obras en los centros existentes para hacerlos m¨¢s hogare?os y dejar de seguir el modelo hospitalario de grandes residencias. De lo contrario, estamos condenando a estos centros a quedarse atrasados¡±, dice Garc¨ªa, coordinador de estudios en la Asociaci¨®n de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales.
Empresa "horrible"
Trabajadores y familiares de las cuatro residencias de Aralia en Madrid han denunciado a lo largo de estos a?os las irregularidades de la empresa. Hablan de maltratos, gr¨²as y calefacci¨®n averiadas, ropa sucia y una larga lista de quejas. En sus grupos de WhatsApp es raro el d¨ªa en que un familiar no reporte que ha detectado un nuevo problema.
Las frecuentes faltas de personal est¨¢n en el origen de muchos accidentes y quejas, seg¨²n Rosa Serna, presidenta del comit¨¦ de empresa del centro del Ensanche de Vallecas. Describe a Aralia como una compa?¨ªa que busca recortar gastos en todo lo que puede. ¡°Est¨¢ todo manga por hombro. Las familias est¨¢n enfadadas con raz¨®n¡±, dice Serna. ¡°No te da tiempo a duchar al personal y tenemos que hacer un aseo en cama¡±, pone como ejemplo.

¡°Es horrible trabajar para esta empresa. No he conocido ninguna tan mala como esta¡±, a?ade Serna, que tiene 23 a?os de experiencia como cuidadora.
Los familiares preocupados tienen que estar encima del personal a diario. ¡°Falta papel higi¨¦nico, gel, crema...¡±, dice Esther Cobos, de 55 a?os, hija de un residente en el centro de Vallecas.
Irene Ja¨¦n, de 29 a?os, asegura que su abuela ingresada en la residencia de Pe?uelas se rompi¨® la clav¨ªcula en una ca¨ªda y nadie les cont¨® nada hasta que cinco d¨ªas despu¨¦s se dieron cuenta ellos mismos. ¡°Falta humanidad¡±, reprocha ella.
Carmen L¨®pez, de 60 a?os, afirma que su madre se qued¨® encerrada con otro anciano y un auxiliar en el ascensor de la residencia de Legan¨¦s en un d¨ªa caluroso de julio pasado. Fue su propia madre, de 87 a?os, la que les avis¨® por tel¨¦fono porque no aparec¨ªa la empresa de mantenimiento.
Al final la hermana de L¨®pez llam¨® a los bomberos y les rescataron despu¨¦s de una hora y cincuenta minutos. Se encontraron una escena dantesca, pero afortunadamente sin tragedia: ¡°Me dijo el jefe de bomberos que demasiado bien estaban para lo que pod¨ªa haberles pasado¡±.
Aralia dice que sufre una ¡°caza de brujas¡±
Aralia asegura ser v¨ªctima de una persecuci¨®n por parte de la consejer¨ªa de Pol¨ªticas Sociales. ¡°Buscan interesadamente perjudicar el buen nombre de nuestra compa?¨ªa¡±, dice en un correo el director general, ?lvaro Dur¨¢n. La empresa aduce que las multas son frecuentes en los contratos de gesti¨®n indirecta "de larga duraci¨®n" como los de Aralia. Sin embargo, la empresa es con diferencia la mayor infractora de todas las concesionarias en Madrid: 15 de las 31 multas impuestas desde 2015.
El director tambi¨¦n dice que uno de los tres expedientes de resoluci¨®n ser¨ªa formalmente improcedente. Alega que los hechos investigados (la supuesta subcontrataci¨®n prohibida de cuidadores) fueron cometidos en el centro de Pe?uelas mientras reg¨ªa un contrato ya vencido. Aralia renov¨® esa concesi¨®n en septiembre.
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