Madrid cambia adoquines por asfalto, el material que m¨¢s calor desprende en verano

La calle de Gravina, en pleno barrio de Chueca. Las de Velarde, San Andr¨¦s y Barco, en el moderno Malasa?a. Y al menos otras cinco en Lavapi¨¦s, incluida la v¨ªa de unos 400 metros que da nombre a la zona. Todas estas calles est¨¢n en el distrito Centro de Madrid y en todas se han sustituido los adoquines de la v¨ªa por asfalto: el material que m¨¢s calor desprende en verano. Una de las ¨²ltimas en pasar por quir¨®fano ha sido la de Miguel Servet, que ha estado en obras tres semanas y acaba de reestrenarse. El cambio ha venido acompa?ado de las quejas de los vecinos ¨Dcritican que los coches ahora circulan m¨¢s r¨¢pido y superan el l¨ªmite de 30 kil¨®metros por hora¨D y de expertos en urbanismo, que alertan de los problemas de sustituir el pavimento de piedra por un material tan poco permeable.

Ya durante el gobierno de Manuela Carmena, entre 2015 y 2019, se prob¨® a sustituir el adoquinado por asfalto impreso en algunas calles del centro, pero ha sido durante la legislatura de Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez Almeida cuando m¨¢s operaciones de este estilo se han impulsado desde el departamento de Obras y Equipamientos del Ayuntamiento. ¡°La mayor ¡®operaci¨®n asfalto¡¯ de la historia de Madrid¡±, presume el propio Ayuntamiento a trav¨¦s de notas constantes. Lleva mucho si¨¦ndolo. Cada a?o, el Consistorio sube la apuesta: m¨¢s presupuesto para asfaltar y m¨¢s calles de la ciudad donde hacerlo. En los ¨²ltimos tres a?os, se han invertido 182 millones de euros en pavimentar 2.843 v¨ªas de la capital, seg¨²n recoge la p¨¢gina web municipal.

La ¨²ltima ¡®operaci¨®n asfalto¡¯ es la de 2022 y, salvo que la de 2023 la supere, s¨ª es la m¨¢s grande de la historia hasta ahora: 62,2 millones de euros, 1.080 calles y 480.000 toneladas de mezclas asf¨¢lticas. Las calzadas renovadas incluyen las que ya estaban cubiertas por este material y requer¨ªan una reparaci¨®n, pero tambi¨¦n muchas hasta ahora adoquinadas.

¡°Habr¨ªa que ver las mezclas de productos utilizadas, pero sobre el papel, el asfalto es peor que el adoquinado¡±, se?ala por tel¨¦fono Pablo Olalquiaga, vicedecano del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM). Uno de los motivos, indica, es que absorbe m¨¢s calor: ¡°Los adoquines tienen mayor inercia t¨¦rmica [cu¨¢nto calor pueden conservar y la velocidad con la que los ceden o absorben], por lo que expulsan el calor acumulado m¨¢s lentamente y hay menor efecto rebote¡±. Con el pavimento de piedra se reducen la sensaci¨®n de bochorno y de aire ¡°estancado¡± en las ciudades, m¨¢s acuciantes durante las olas de calor en verano.

Irene Rodr¨ªguez Lorite, arquitecta y urbanista, explica que una superficie de asfalto ¡°aumenta entre tres y cuatro grados¡± la temperatura: ¡°Se forma una capa de aire caliente muy grande que impide el balance hidrot¨¦rmico¡±. Como si justo encima de la acera hubiera una nube, que nunca se disipa y dificulta la regeneraci¨®n del aire. Fernando Polo, tambi¨¦n arquitecto y vecino del centro de Madrid, coincide con Lorite y Olalquiaga. ¡°Lavapi¨¦s, por ejemplo, es un barrio antiguo, con calles son muy estrechas y poco espacio p¨²blico, como parques. En verano apenas corre aire. La ciudad recoge el calor durante el d¨ªa y por la noche lo proyecta, haciendo que dormir sea un infierno. Si le a?ades el asfalto, todo se agrava¡±, comenta.

Material menos permeable

¡°Para los proyectos de obra en los espacios libres p¨²blicos hay que utilizar superficies que dejen pasar el agua. Este asfaltado va en contra de la normativa¡±, critica Lorite. Se refiere a la ordenanza de Gesti¨®n y Uso Eficiente del Agua en la Ciudad de Madrid, vigente desde 2006. En el art¨ªculo 8, se especifica que ¡°en todas las actuaciones de urbanizaci¨®n¡± deben usarse ¡°superficies permeables¡± y minimizar la ¡°ocupaci¨®n impermeable¡± a donde sea estrictamente necesario. En la norma, se consideran permeables: gravas, arenas, materiales cer¨¢micos, porosos, losetas, empedrados o adoquines. No menciona el asfalto, pero s¨ª a?ade que en las aceras con un ancho superior al metro y medio un 20 % de la superficie, ¡°como m¨ªnimo¡±, ha de ser permeable. Tambi¨¦n que las multas por infringir este punto de la ordenanza oscilan entre los 600 y los 30.000 euros.

Un portavoz del ¨¢rea de Obras y Equipamientos recalca que sustituir los adoquines por asfalto impreso es algo que ¡°ya puso en marcha el anterior equipo de gobierno¡±: ¡°Supone una mayor comodidad para el tr¨¢nsito peatonal, un menor ruido de rodadura y una mejor conservaci¨®n, ya que alarga la vida del firme y permite una sustituci¨®n m¨¢s r¨¢pida¡±. Una calle con este material puede arreglarse en una noche, mientras que cambiar el adoquinado puede tardar semanas o meses, provocando cortes de tr¨¢fico y afectando a la movilidad, a?ade el portavoz.

Olalquiaga matiza que para que dure m¨¢s tiempo, el asfalto debe ser ¡°de muy buena calidad¡±: ¡°En algunos casos, las v¨ªas [como la calle de la Cruz] han empezado a desmembrarse al poco tiempo de haber sido asfaltadas. No es un buen indicativo en favor de la calidad del material usado¡±. Y considera que un adoqu¨ªn mejor instalado, que aguante el tr¨¢fico rodado sin levantarse, puede durar a?os. ¡°Cuando [el Ayuntamiento] habla de durabilidad, en realidad est¨¢ hablando de reducir costes¡±, a?ade. El Ayuntamiento no ha respondido a las preguntas de este peri¨®dico sobre si el asfalto, frente a otros materiales, reduce el gasto.

Calles sin identidad

Los tres arquitectos advierten de que la supuesta mejora del tr¨¢nsito peatonal trae consigo otro perjuicio: facilita la circulaci¨®n de los veh¨ªculos. ¡°Evita tropiezos, porque el adoqu¨ªn es una superficie irregular y dificulta el tr¨¢nsito. Pero eso es bueno, porque reduce la velocidad de los coches¡±, apunta Polo. Olalquiaga considera que, en una zona adoquinada, el conductor ¡°se siente un poco m¨¢s intruso¡± y que ¡°el propio ruido al pisar el adoqu¨ªn genera mayor sensaci¨®n de velocidad y disuade al veh¨ªculo de ir a¨²n m¨¢s r¨¢pido¡±, a?ade.

Esa es una de las quejas que m¨¢s ha recibido Manuel Osuna, presidente de la asociaci¨®n vecinal La Corrala, desde que comenz¨® el asfaltado de nuevas calles en Lavapi¨¦s hace semanas. ¡°El problema de fondo son los camiones de gran tonelaje, pasando todo el d¨ªa. En otros centros hist¨®ricos no es as¨ª¡±, critica. Osuna cuenta que las opiniones entre los vecinos han estado divididas, pero ahora la sensaci¨®n general es que hubieran preferido ¡°un nuevo adoqu¨ªn bien colocado¡± al asfalto impreso.

Para el vicedecano del COAM, tambi¨¦n es esencial la cuesti¨®n patrimonial: ¡°Es una p¨¦rdida est¨¦tica para la ciudad sustituir el adoquinado, que se recuper¨® porque as¨ª eran los pavimentos originalmente¡±. Lorite coincide y lamenta que estos cambios ¡°alejen a Madrid de las tendencias hacia las que van otras ciudades, m¨¢s amigables al peat¨®n¡±. Polo se resigna: ¡°Al final viviremos en unas calles sin identidad, con un calor infernal y donde los coches circulen m¨¢s r¨¢pido¡±.

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