Las mujeres que levantaron los barrios de Madrid
La Federaci¨®n de Asociaciones Vecinales publica un libro con 32 perfiles de las lideresas que han transformado sus territorios
¡°Cosa de mujeres¡±. As¨ª concluye Juana S¨¢nchez (Madrid, 88 a?os) cada historia que cuenta sobre los logros que han alcanzado las lideresas de la asociaci¨®n vecinal del barrio Villa Rosa, en el distrito de Hortaleza (noreste de Madrid). Como cuando crearon en los a?os ochenta la comisi¨®n de la mujer en la asociaci¨®n para dar talleres de educaci¨®n sexual y para asistir a v¨ªctimas de violencia machista o como la vez que celebraron en Villa Rosa el primer 8-M, en 1984, con la proyecci¨®n de la pel¨ªcula La sal de la tierra (1954), que trata sobre una huelga minera de Nuevo M¨¦xico apoyada por mujeres. ¡°Cosa de mujeres¡±, dice S¨¢nchez, cuando recuerda c¨®mo encontraron m¨¢s personas como ellas y c¨®mo empezaron a trabajar con la red de Mujeres Vecinales creada por la Federaci¨®n Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (Fravm) en 1992 y con el Consejo de la Mujer del Ayuntamiento para conseguir que la ciudad se construyera tambi¨¦n con la voz de ellas. Estas conquistas dieron a S¨¢nchez un lugar en el libro Mujeres haciendo barrio, una publicaci¨®n de la Fravm que recoge los perfiles de 32 mujeres que han luchado por sus distritos.
S¨¢nchez recorre los pasillos de la sede de la asociaci¨®n con el libro bajo el brazo y con bast¨®n en mano. ¡°Mi cuerpo no funciona muy bien, pero mi cabeza s¨ª¡±, dice. Y se arranca a contar c¨®mo ha cambiado Villa Rosa desde la fundaci¨®n del grupo vecinal en 1973. ¡°En el barrio no hab¨ªa nada, solo las casas. Entonces, un grupo de hombres, con los curas don Juan y don Antonio, crearon la asociaci¨®n y definieron los estatutos. Nosotras llegamos cuando ya iba un poco rodada¡±, comienza su relato mientras se?ala a los cuadros colgados en los muros.
Fotograf¨ªas, recortes de prensa y papelitos impresos muestran c¨®mo, juntos, lograron que el Ayuntamiento les pusiera alumbrado, servicio de recogida de basuras, la primera escuela p¨²blica y una estaci¨®n de metro en 1998, tras a?os de protestas. ¡°Villa Rosa ha sido muy combativa¡±, apunta S¨¢nchez, que se detiene frente a un cuadro donde las protagonistas son ellas. Hay fotos que le recuerdan c¨®mo ese 8 de marzo de 1984 dieron el paso para que el barrio tuviera sello de mujer: ¡°Tras el ¨¦xito de la proyecci¨®n de cine, decidimos reunirnos todos los lunes y proyectos para las vecinas. D¨¢bamos cursos [de sexualidad e igualdad] para que espabilaran un poco¡±.
S¨¢nchez saluda a Angelines Fuentes, otra de las mujeres que lleva m¨¢s de 40 a?os en la corporaci¨®n. Dice que Fuentes tambi¨¦n deber¨ªa estar en el libro, porque tambi¨¦n tiene historia en Villa Rosa y porque es ¡°quien lleva todo sobre sus hombros ahora¡±. Mujeres en las asociaciones hubo siempre, a veces en mayor n¨²mero que los hombres, explica la l¨ªder vecinal, pero tuvo que pasar mucho tiempo antes de que llegaran a ocupar puestos directivos. Esta fue una de las razones por las que la Fravm hizo el libro, seg¨²n explica Silvia Gonz¨¢lez Iturraspe, responsable de la comisi¨®n de feminismos de la federaci¨®n.
¡°No podemos entender la lucha por los equipamientos educativos o por las infraestructuras b¨¢sicas de los barrios en las primeras batallas contra el chabolismo y la vivienda digna sin ellas. No se entienden los barrios sin las mujeres. Su papel no era reconocido, pues apenas ocupaban los cargos de portavoc¨ªa y representaci¨®n, pero eran el m¨²sculo y el cerebro en las reuniones¡±, detalla Gonz¨¢lez. La batalla para mujeres como S¨¢nchez fue doble, agrega: ¡°Pelearon por barrios dignos y porque sus demandas y capacidades fueran reconocidas en una sociedad machista¡±.
Para el primer volumen de Mujeres haciendo barrio, la Fravm seleccion¨® perfiles de todos los distritos. En el libro, que ser¨¢ de libre descarga en la web de la asociaci¨®n, se pueden encontrar perfiles como el de Mar¨ªa Roces, que abander¨® la rehabilitaci¨®n del casco hist¨®rico de Lavapi¨¦s; Amelia Romero, que luch¨® contra el racismo en Aravaca; y Estrella Aranda, l¨ªder vecinal de Lucero y la primera maquinista de Metro de Madrid. Eso s¨ª, la federaci¨®n indica que dio prioridad a las ¡°hist¨®ricas¡±, es decir, a las m¨¢s veteranas que abrieron el camino del liderazgo femenino en Madrid. Y lo han hecho para que pudieran celebrarse en vida, porque otras figuras como Lourdes Hern¨¢ndez, presidenta del Consejo de Mujeres de Madrid durante 19 a?os y un referente en defensa de v¨ªctimas de maltrato, han fallecido en los ¨²ltimos a?os. La Fravm trabaja ahora en un segundo volumen que recoja otros perfiles, como el de las lideresas m¨¢s j¨®venes.
¡°A m¨ª me alegra que ahora las mujeres sepan m¨¢s cosas¡±, dice S¨¢nchez, ahora frente a la fachada de la asociaci¨®n de Villa Rosa, renovada en diciembre con un enorme mural donde predomina el color morado y en el que destaca una frase Una mujer debe ser dos cosas: quien ella quiera y lo que ella quiera. S¨¢nchez fue presidenta de la asociaci¨®n de vecinos y, ahora, apoya en lo que puede los lunes, martes y jueves que abre la sede. ¡°O si no, al menos vengo me doy una vuelta¡±, apunta, para a?adir, con gratitud: ¡°Yo me la he pasado muy bien con esto. La asociaci¨®n ha sido una escuela para m¨ª y otras mujeres. Pude sacar cosas que ten¨ªa adentro, juntarme con otras personas que ten¨ªan inquietudes por el barrio y hacer cosas¡±.
Todav¨ªa ganan batallas. Hace poco estuvieron luchando para pacificar el tr¨¢nsito en la calle frente al colegio Ram¨®n P¨¦rez Ayala. ¡°Los coches iban y ven¨ªan rapid¨ªsimo. Ahora no pueden hacerlo. Se dieron cuenta las madres, que son las que llevan los ni?os al colegio. Cosa de mujeres¡±, reitera S¨¢nchez, aunque, eso s¨ª, reconoce que cada vez ve a ¡°m¨¢s hombres cuidando a los peque?os¡±. ¡°Me da una alegr¨ªa que las cosas est¨¦n cambiando¡±, concluye.
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