Conflicto interno en la UCI pedi¨¢trica de La Paz: ¡°Las mujeres cuando son madres ya no se puede contar con ellas¡±
Los m¨¦dicos denunciaron supuestos comentarios despectivos sobre la maternidad por parte del jefe de servicio en 2020, seg¨²n un documento al que ha tenido acceso EL PA?S. El doctor fue cesado, pero una sentencia reciente ha obligado a readmitirlo al no advertirse ¡°acoso laboral alguno¡±
Temor, persecuci¨®n, mal clima laboral, humillaciones, intimidaci¨®n, comentarios hirientes, desprecio y burlas hacia la maternidad. Son algunas de las palabras con las que los m¨¦dicos de la UCI pedi¨¢trica del Hospital de La Paz describ¨ªan su d¨ªa a d¨ªa en la unidad en 2020, seg¨²n un documento del centro p¨²blico al que ha tenido acceso EL PA?S. M¨¢s de la mitad de los profesionales del ¨¢rea¨Dsiete de un equipo de 13, seg¨²n cifras de la Consejer¨ªa de Sanidad¨D, en su mayor¨ªa mujeres, est¨¢ ahora de baja y denuncian un presunto ¡°acoso¡± por parte del jefe de servicio. El doctor fue cesado ese a?o, tras abrirse un protocolo de conflicto interno, pero una sentencia judicial reciente ha obligado a readmitirlo al no advertirse ¡°acoso laboral alguno¡± y considerar que la investigaci¨®n interna no fue rigurosa. Este peri¨®dico ha podido leer el informe elaborado hace tres a?os por la Direcci¨®n General de Recursos Humanos, donde los sanitarios detallan los supuestos comportamientos del facultativo.
Gran parte del documento se centra en una denuncia concreta: comentarios despectivos sobre la maternidad y un supuesto trato discriminatorio hacia las doctoras que han sido madres. Una de ellas cuenta que vivi¨® con ¡°miedo¡± la reincorporaci¨®n a su puesto tras la baja maternal, por las ¡°posibles represalias¡± que pudiera haber. ¡°Como hab¨ªa sucedido ya con otras compa?eras¡±, relata. Estas represalias son, por ejemplo, m¨¢s carga de trabajo ¨Dcomo un mayor n¨²mero de guardias que el resto¨D por haber estado varios meses fuera. Tambi¨¦n indicaba que el jefe de servicio considera el permiso de maternidad ¡°unas vacaciones¡± y el de paternidad ¡°un cuento¡±. Otro facultativo dec¨ªa que el m¨¦dico utilizaba el hecho de ser madre para descalificar como profesionales a las compa?eras o que las bromas ¡°de mal gusto¡± al respecto eran habituales.
Un tercer m¨¦dico citaba algunas de las frases proferidas ¡°en tono jocoso¡± por el jefe de servicio: ¡°Las mujeres cuando son madres ya no se puede contar con ellas¡± o ¡°a un hombre se le entiende mejor, con las mujeres es m¨¢s dif¨ªcil porque no dejan de hablar¡±. En otro episodio, durante una reuni¨®n con cuatro doctoras, el profesional habl¨® de algo llamado ¡°M de mujer¡±, para explicar c¨®mo la maternidad afectaba al rendimiento laboral de las mujeres: primero sube, cuando son madres baja, despu¨¦s vuelve a subir, luego a bajar de nuevo. En el informe se se?ala que el propio jefe reconoc¨ªa haber mantenido esta conversaci¨®n.
Proceso poco riguroso
El texto, de 15 p¨¢ginas, est¨¢ fechado a 11 de diciembre de 2020 y es el resultado final de la investigaci¨®n liderada por recursos humanos, que se da una vez abierto el protocolo de conflictos a petici¨®n de un profesional. Al comienzo del escrito se matiza que, aunque las indagaciones parten de una solicitud individual ¨Dde agosto de ese a?o¨D, esta se hace en connivencia con otros cinco sanitarios de la UCI pedi¨¢trica. A lo largo de cinco meses, el instructor del proceso entrevist¨® a 16 trabajadores del hospital ¨Dsanitarios de la unidad, personal administrativo y miembros del equipo ya jubilados¨D y al jefe de servicio.
Una vez terminado el proceso, el informe concluy¨® que, aunque las formas del jefe eran ¡°hirientes¡±, ¡°intimidatorias¡± y ¡°humillantes¡±, el objetivo del m¨¦dico no era crear un entorno laboral ¡°hostil¡± o ¡°perturbar¡± al resto de facultativos. Aun as¨ª, se recomendaba ¡°la posibilidad de relegarlo de sus funciones¡± como responsable de la UCI pedi¨¢trica. Eso se hizo efectivo apenas una semana despu¨¦s y fue cesado.
El doctor recurri¨® el cese, que ha sido revocado en febrero de este a?o por sentencia judicial, donde se concluye que no hubo acoso laboral, sino ¡°claros incumplimientos de unas ¨®rdenes impartidas por un superior jer¨¢rquico¡±. ¡°No se aprecia ¨¢nimo humillador o envilecedor en el actor frente a sus subordinados, no se aprecian los sentimientos de temor ni de angustia que dicen padecer los sujetos pasivos del acoso y que no est¨¢n probados en modo alguno por sus meras declaraciones, habi¨¦ndose basado el instructor y el director gerente hospitalario en un discurso concertado entre varias personas (por muchas que ellas sean) d¨¢ndolo por cierto¡±, recoge el texto. Tambi¨¦n se indica que la investigaci¨®n interna se llev¨® a cabo ¡°sin indagaci¨®n probatoria rigurosa, sin contrastaci¨®n de las fuentes, sin un procedimiento contradictorio riguroso y quebrando un principio b¨¢sico de igualdad de armas en una materia de tan alta sensibilidad como frivolidad en su uso como son las denuncias por acoso laboral¡±.
Los abogados del jefe de servicio, a trav¨¦s de un escrito enviado a este peri¨®dico, describen el procedimiento como ¡°inquisitorial¡± y denuncian que ¡°los hechos declarados probados en la Resoluci¨®n del Protocolo, y que motivaron el cese, son falsos¡±. Tambi¨¦n se?alan que durante el proceso no se permiti¨® al doctor ¡°conocer el contenido de las denuncias, acceder al expediente administrativo ni formular alegaciones a la propuesta de resoluci¨®n del instructor de forma previa a que la Direcci¨®n resolviese su cese¡±. El m¨¦dico, contin¨²an, solo pudo acceder al expediente y saber de qu¨¦ se le acusaba una vez tramitado el cese. ¡°Todos los denunciantes fueron emplazados debidamente por el Juzgado para personarse como codemandados en el proceso junto con el Servicio Madrile?o de Salud, contestar a la demanda y proponer todos los medios de prueba que estimasen oportuno. Y dicho derecho no fue ejercido por ninguno de ellos¡±, indican en el texto.
¡°Constantemente amenazado¡±
Los m¨¦dicos, por separado y seg¨²n consta en el informe, hablaban de un entorno de trabajo ¡°roto¡±, ¡°quemado¡± e ¡°instalado en el miedo¡±. ¡°La comunicaci¨®n con el equipo es inexistente y la forma de actuar del doctor hace que [los compa?eros] se inhiban y no participen¡±, relataba uno de los profesionales. Otros se?alaban una actitud ¡°dura¡± o que el d¨ªa a d¨ªa en el servicio era cada vez peor: ¡°Antes hab¨ªa un ambiente muy bueno, hasta que lleg¨® a la jefatura, que empez¨® a crear favoritos y perseguidos¡±. Esto se traduce, describe el informe, en comentarios hirientes y humillantes, tanto en p¨²blico como en privado, y en poca tolerancia a opiniones discrepantes. Uno de los sanitarios dec¨ªa sentirse ¡°constantemente amenazado y vigilado¡±. ¡°Conoce el punto d¨¦bil de cada uno y lo utiliza para desacreditarlo o anular sus argumentos¡±, a?ad¨ªa otro. El documento conclu¨ªa que la mayor¨ªa de testigos compart¨ªan visiones similares a estas y que la atm¨®sfera en la UCI ¡°se hab¨ªa tornado irrespirable por la actitud del jefe de servicio¡±.
Los abogados, en el escrito, aluden tambi¨¦n a un auto de este septiembre, del juzgado de lo Contencioso-Administrativo n¨²mero 24 de Madrid y emitido tras alegaciones de la Administraci¨®n de no poder ejecutar la sentencia y, por tanto, la readmisi¨®n del m¨¦dico. ¡°El cumplimiento de una decisi¨®n judicial no puede quedar al arbitrio de la voluntad de un grupo concertado de personas. Y la extrema importancia y sensibilidad de la funci¨®n que tales personas desempe?an no deber¨ªa utilizarse como un instrumento de presi¨®n para impedir el cumplimiento de una decisi¨®n judicial¡±, concluye la magistrada.
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