Las ¨²ltimas horas de Sebasti¨¢n, el profesor chileno asesinado en un bar de Madrid
EL PA?S reconstruye los momentos previos en los que el hombre, de 35 a?os, que estaba de paso en la capital, recibi¨® una pu?alada mortal en el cuello antes de que su asesino, navaja en mano, se entregara a la polic¨ªa


Cuando llam¨® por en¨¦sima vez al m¨®vil de su novio, alrededor de las 23.45 horas del viernes 22 de diciembre, le respondi¨® la polic¨ªa. Al o¨ªr una voz extra?a, que no era la de Sebasti¨¢n, dej¨® de escuchar. Su cabeza solo recib¨ªa ruido y algunas palabras. Grave. Hospital. Comisar¨ªa. Madrid hab¨ªa sido una escala en un viaje m¨¢s largo. Ella, que prefiere no dar su nombre ni su localidad, es espa?ola y su pareja era de Valpara¨ªso (Chile), ten¨ªa 35 a?os. Hab¨ªan aterrizado el jueves en la capital desde Londres, donde viv¨ªan y trabajaban, para volar el s¨¢bado hacia el mediod¨ªa al pa¨ªs de su novio y pasar la Navidad con su familia. Sebasti¨¢n falleci¨® en el Hospital Cl¨ªnico San Carlos cuatro d¨ªas despu¨¦s.
Sebasti¨¢n y ella llevaban cuatro a?os juntos. ?l estaba a punto de terminar un doctorado de logopedia en la University College London (UCL) ¡ª¡±Le quedaban solo dos meses¡±, apunta su madre a este diario¡ª y hab¨ªa planeado seguir ah¨ª su posdoctorado. Se hab¨ªa especializado en el tratamiento de adultos mayores y con pacientes de p¨¢rkinson y alzh¨¦imer. Por las noches, daba clases online en la Universidad de Valpara¨ªso, en la Escuela de Fonoaudiolog¨ªa, donde comenz¨® como profesor a los 26 a?os.
El viernes por la noche salieron los dos a cenar por el centro, cerca de ?pera. Su hotel estaba m¨¢s lejos, a un lado de Barajas. Hacia las 21.00 horas, ella decidi¨® marcharse al hotel. ¡°Ten¨ªamos un viaje muy largo al d¨ªa siguiente y quer¨ªa descansar. Sebasti¨¢n me dijo que ¨¦l se quedaba un rato m¨¢s. Y as¨ª hicimos. Est¨¢bamos en un restaurante tranquilo, recuerdo que hab¨ªa un se?or al lado que estaba terminando una copa de vino¡±, cuenta este mi¨¦rcoles desde una cafeter¨ªa de la capital, rodeada de sus padres, sus suegros ¡ªque viajaron de urgencia a Madrid con el apoyo del consulado y embajada de Chile¡ª y dos amigos espa?oles que conocen de Londres. ¡°Media hora despu¨¦s, sobre las 21.30, Sebasti¨¢n me dijo que ya ven¨ªa para el hotel¡±, recuerda.
Calcul¨® cu¨¢nto podr¨ªa tardar en metro desde el centro hasta casi el aeropuerto. Hab¨ªa pasado ya una hora cuando comenz¨® a preocuparse. ¡°Pens¨¦ que le hab¨ªan robado la cartera, el m¨®vil... S¨ª, sent¨ª que algo hab¨ªa tenido que pasar¡±, cuenta. Unos minutos antes de que la polic¨ªa le respondiera por tel¨¦fono, Sebasti¨¢n hab¨ªa sido apu?alado en el cuello con una navaja en la barra de un bar y restaurante en la zona de Bat¨¢n, al sur de Madrid, y se estaba desangrando. Hab¨ªa entrado en parada cardiorrespiratoria y trasladado de urgencia al hospital. Este mi¨¦rcoles, su familia todav¨ªa no entiende c¨®mo ni por qu¨¦ acab¨® en un local a cinco kil¨®metros al sur de donde lo dej¨®, en ?pera, a 14 paradas de metro en la l¨ªnea 5, y todav¨ªa m¨¢s lejos de su destino: el hotel estaba en la direcci¨®n opuesta.
En el bar, que hace las veces de restaurante de barrio, The Batan & CO, el due?o y un camarero, testigos de lo que sucedi¨® la noche del viernes 22 de diciembre, cuentan que Sebasti¨¢n entr¨® poco despu¨¦s de las 10.30 de la noche. El local se encuentra en una zona residencial, a unos siete minutos de la boca del metro Casa de Campo, en l¨ªnea directa desde ?pera. Se acerc¨® a la barra y pidi¨® al camarero, con el que ha hablado EL PA?S, que le dejara cargar su m¨®vil. ¡°Se hab¨ªa quedado sin bater¨ªa y preguntaba por el hotel Senator, en Barajas¡±, apunta el encargado, que prefiere no dar su nombre, que lleva m¨¢s de 47 a?os regentando el establecimiento. ¡°Le dije que eso estaba en la otra punta de Madrid, que por aqu¨ª no hab¨ªa ning¨²n hotel¡±, recuerda.
The Batan estaba lleno, recuerdan los trabajadores. Era viernes, v¨ªsperas de la Navidad. Y ellos estaban sirviendo las mesas abarrotadas de vecinos, entre los que hab¨ªa ni?os, apuntan. Sebasti¨¢n se pidi¨® esa noche unos dos botellines, no lo recuerda bien el hombre que lo atendi¨®. ¡°Pero aqu¨ª no hab¨ªa nadie borracho, y tampoco lleg¨® ¨¦l borracho, no le hubiera dejado pasar. Esto no es un bar de copas, como se ha dicho. Ya tengo mucho oficio a mis espaldas y s¨¦ de estas cosas. No me hab¨ªa pasado algo as¨ª en la vida. No hubo ning¨²n problema antes, ninguna pelea, nadie lo vio venir¡±, cuenta el due?o. Una versi¨®n que contradice la que difundi¨® la polic¨ªa poco despu¨¦s del suceso.
Sebasti¨¢n se qued¨® en la barra mientras se cargaba su tel¨¦fono charlando con una pareja y un amigo que ven¨ªan juntos, cuentan a este diario los testigos. Y, alrededor de las 11.45 horas, uno de ellos saca una navaja y se la clava directa al cuello de Sebasti¨¢n. ¡°?l intent¨® salir tap¨¢ndose la herida. Pero estaba perdiendo mucha sangre¡±, recuerda el jefe del local. ¡°Todo el mundo comenz¨® a correr, a llamar a la polic¨ªa, al 112. La verdad es que yo no me imagin¨¦ que fuera a morir. Y hasta sue?o con haber podido evitarlo, si hubieran gritado los hubiera separado, pero fue de repente, pero no sabemos qu¨¦ pudo pasar en esa conversaci¨®n¡±, cuenta a este diario, mientras otro de los trabajadores asiente.
Navaja en mano
Poco se sabe del hombre que asest¨® la pu?alada a Sebasti¨¢n. Seg¨²n los testigos, es un vecino de 47 a?os que hab¨ªa dicho que el d¨ªa anterior se hab¨ªa quedado sin trabajo. Esa noche, segundos despu¨¦s de propinar el cuchillazo mortal, se sali¨® a la terraza y se encendi¨® un cigarro. ¡°Llamen a la polic¨ªa, que he sido yo¡±, recuerda el due?o que dijo el hombre. Cuando la polic¨ªa lleg¨®, estaba ah¨ª sentado, navaja en mano. La polic¨ªa confirma a este diario que el detenido no se movi¨® nunca del lugar de los hechos.
Los padres de Sebasti¨¢n se enteraron por una amiga ¨ªntima de ¨¦l, que se acerc¨® a su casa a contarles lo que le acababa de suceder a su hijo a m¨¢s de 10.700 kil¨®metros de casa. Su novia no se atrevi¨® a decirles nada por tel¨¦fono. ¡°Estaba en shock, perdida, sola en Madrid. Me llevaron a una comisar¨ªa a declarar, luego al hospital. No era capaz de asimilar lo que estaba sucediendo¡±, explica a EL PA?S este mi¨¦rcoles. Pero el segundo golpe, que los ha llenado de rabia estos d¨ªas, lleg¨® poco m¨¢s tarde.
En algunas noticias se difundi¨® una versi¨®n, la que hab¨ªa recabado la polic¨ªa a trav¨¦s de la declaraci¨®n del detenido y testigos del lugar, en la que se mencionaba a Sebasti¨¢n como un hombre problem¨¢tico: ¡°Al parecer, la v¨ªctima entra en el establecimiento en estado de embriaguez y comienza a molestar a los presentes¡±, asegura a este diario un portavoz de la Polic¨ªa Nacional que registr¨® el parte de hechos esa noche, seg¨²n la versi¨®n del presunto asesino, aunque contradice la versi¨®n del encargado del local y otros testigos, que tambi¨¦n hablaron con los agentes cuando llegaron. ¡°No sabes c¨®mo nos ha dolido leer eso y otras cosas horribles. Sabemos que no pudo ser cierto, que ¨¦l no era as¨ª¡±, insiste su novia. Por su parte, con el detenido confeso, la polic¨ªa da por concluida la investigaci¨®n.
Aunque para la familia de Sebasti¨¢n todav¨ªa hay demasiadas inc¨®gnitas. Su pareja no se explica c¨®mo lleg¨® a Bat¨¢n, qu¨¦ pas¨® en esa barra del bar cuando se encontraba con gente que no conoc¨ªa, c¨®mo un hombre sac¨® una navaja y lo apu?al¨® directo a matar. Un hombre que no dud¨®, ni corri¨®, sino que se qued¨® ah¨ª plantado, esperando a las autoridades. Su cuerpo no presentaba golpes, menciona su padre, ni signos de forcejeo. C¨®mo es posible que un hombre de 35 a?os, que estaba de paso por la capital, que pensaba volar para ver a su familia al d¨ªa siguiente para pasar juntos Nochebuena, acab¨® desangrado en un restaurante de barrio del sur de Madrid.
Este mi¨¦rcoles, sus amigos tambi¨¦n han decidido recordarlo. ¡°Era muy generoso. Siempre con sentido del humor¡±, apunta una de ellos, que han viajado a la capital para despedirlo. ¡°Aunque era extremadamente culto, siempre estaba ah¨ª para ense?arte cosas, para interesarse por ti. Ten¨ªa mucha paciencia y quer¨ªa mucho a Chile¡±, recuerda otro amigo.
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