La motosierra del PP se multiplica en las ciudades ricas de Madrid: ¡°La tala en la capital es una an¨¦cdota frente a esto¡±

La directriz de talar ¨¢rboles en Madrid no es una pol¨ªtica exclusiva del Ayuntamiento de la capital. Diferentes consistorios de la regi¨®n gobernados por el Partido Popular han autorizado la deforestaci¨®n de los pulmones verdes de Pozuelo de Alarc¨®n, Torrelodones, San Sebasti¨¢n de los Reyes o, el m¨¢s reciente, el proyecto Valgrande en la zona de Los Carriles, en Alcobendas, donde se construir¨¢ una urbanizaci¨®n de 8.600 viviendas, en 220 hect¨¢reas de bosque, un ¨¢rea equivalente a m¨¢s de 400 campos de f¨²tbol. En conjunto, los proyectos urban¨ªsticos de lujo suponen un riesgo para m¨¢s de 460 hect¨¢reas de vegetaci¨®n nativa en la Comunidad.

Para Esther Ortega (59 a?os), vecina de Alcobendas afectada por el proyecto Valgrande, ¡°la tala en Madrid capital es una an¨¦cdota si se compara con lo de Los Carriles¡±. Los residentes que se oponen a la construcci¨®n han ganado la primera batalla ante la justicia al recibir una sentencia favorable del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), pero el Ayuntamiento y los propietarios del proyecto han recurrido la sentencia ante el Tribunal Supremo.

El proyecto Valgrande, al que los vecinos prefieren llamar ¡°Malgrande¡±, est¨¢ pensado como residencia para m¨¢s de 25.000 personas en un municipio de apenas 116.000 habitantes. La web de la urbanizaci¨®n, dise?ada con una gama de verdes y frecuentes menciones a la sostenibilidad y el medioambiente, se promueve como una apolog¨ªa al cuidado de la naturaleza. Sin embargo, los vecinos que se han unido en la Plataforma Salvemos Los Carriles denuncian en un comunicado que la construcci¨®n arrasar¨¢ ¡°el ¨²nico rinc¨®n de naturaleza que queda en Alcobendas¡±. Este santuario natural es la casa de especies emblem¨¢ticas como el ¨¢guila real, el buitre negro, el lince ib¨¦rico, as¨ª como de 53 tipos de mariposas ¨Dcasi la misma cantidad que tiene todo Reino Unido¨D, seg¨²n un censo que hace la Universidad Aut¨®noma de Madrid desde 2014. El doctor Miguel L¨®pez Munguira, del Laboratorio de Entomolog¨ªa de la UAM y doctor en biolog¨ªa, precisa que ¡°la urbanizaci¨®n [Valgrande] truncar¨ªa la supervivencia de todo este entramado de relaciones que hacen de los espacios naturales verdaderos tesoros para la observaci¨®n, el estudio de la naturaleza y los servicios ecosist¨¦micos que presta¡±.

En este terreno se forman charcas en ¨¦poca de lluvia que abastecen los acu¨ªferos subterr¨¢neos y sirven como oasis a la fauna. ¡°Estos ecosistemas acogen una gran diversidad de organismos con caracter¨ªsticas acu¨¢ticas, anfibias y terrestres, formando comunidades ¨²nicas adaptadas a la intermitencia del agua. Tambi¨¦n son h¨¢bitats muy importantes para las aves que las utilizan como puntos de abastecimiento¡±, escribe la ecologista Marina Tom¨¢s Mart¨ªn en un estudio de impacto medioambiental contratado por los vecinos.

Jes¨²s Montero, concejal de medioambiente del Ayuntamiento de Alcobendas, considera que ¡°no est¨¢n justificados los argumentos de algunos vecinos para oponerse a este desarrollo, pues va a crear grandes equipamientos, espacios libres y viviendas sociales¡±, se?ala en un comunicado, tras cancelar la entrevista telef¨®nica con EL PA?S. El consistorio no ha precisado las medidas para amortiguar los da?os al ecosistema por la construcci¨®n de Valgrande, ni el n¨²mero de ¨¢rboles que ser¨¢n talados en la construcci¨®n del nuevo barrio.

En otros municipios de Madrid, se repite la historia de vecinos que se han transformado en activistas medioambientales, a ra¨ªz de proyectos urban¨ªsticos planificados sobre el patrimonio verde de la Comunidad. Entre los casos m¨¢s emblem¨¢ticos resalta el de Pozuelo de Alarc¨®n, donde la Plataforma Salvemos Montegancedo ha alertado del riesgo que corren 70 hect¨¢reas de bosque por la planificaci¨®n de una urbanizaci¨®n de lujo. Como un abrebocas de lo que est¨¢ destinado para este terreno, en mayo de 2023 hubo una tala en la que cayeron 150 pinos. Ana Castro, vecina afectada e integrante de la plataforma, define como ¡°un crimen que quieran hacer 1.050 viviendas para que unos pocos se enriquezcan¡± y acusa a los promotores de la obra y al Ayuntamiento de Pozuelo de priorizar los intereses comerciales por encima del bienestar de los ciudadanos. ¡°Los habitantes de Pozuelo damos diariamente el paseo por ah¨ª. Es nuestro pulm¨®n, pero los bi¨®logos nos han dicho que esto ser¨¢ un sart¨¦n¡±, concluye Castro por tel¨¦fono.

Un informe de impacto medioambiental aportado por la plataforma Salvemos Montegancedo precisa que ¡°la destrucci¨®n parcial o total [del ecosistema] implicar¨ªa la no recuperaci¨®n y reversibilidad, al menos en 60 u 80 a?os¡±. El TSJM est¨¢ tramitando el recurso contencioso-administrativo interpuesto por Ecologistas en Acci¨®n contra la urbanizaci¨®n.

En San Sebasti¨¢n de los Reyes, la Plataforma Dehesa Viva ha se?alado al proyecto urban¨ªstico Cerro del Baile por la planeaci¨®n de 3.600 viviendas en 128 hect¨¢reas de ¡°suelo agr¨ªcola y silvestre¡± a orillas de la Dehesa Boyal. Esta zona es colindante con el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares que pertenece a una red de espacios protegidos en la Uni¨®n Europea. En este encinar habitan zorros, erizos, jabal¨ªes, ¨¢guilas, milanos y buitres. Germ¨¢n Pe?a, de 43 a?os, miembro de la plataforma Dehesa Viva aclara: ¡°Pedimos que no se construya en el Cerro del Baile para que sirva como espacio para amortiguar el impacto urban¨ªstico sobre la reserva¡±. Por este terreno transcurre adem¨¢s el arco verde, un ambicioso proyecto de conservaci¨®n de la Comunidad financiado con fondos de la UE. La primera fase ha implicado un coste de unos siete millones de euros. ¡°Es absurdo que se haga esta inversi¨®n, si dentro de un tiempo se meter¨¢n las excavadoras a romperlo todo¡±, se?ala Pe?a.

En Torrelodones, 40 hect¨¢reas de verde se cortar¨¢n para levantar 300 pisos; en Boadilla del Monte, un proyecto de urbanizaci¨®n de lujo amenaza con devorar 10 hect¨¢reas para convertirlas en 1.500 viviendas; en Las Rozas se han podado 17 encinas para acondicionar una parcela urbana; en Navalagamella quieren construir un complejo hotelero en una zona de cuatro hect¨¢reas, donde se levanta un bosque de encinas y enebros, junto al r¨ªo Perales.

Una vez concedida la licencia a los promotores de la obra, es muy corto el margen de maniobra de los Ayuntamientos. Si el suelo en el que una constructora solicita edificar figura en el plan urban¨ªstico como residencial o urbanizable, los promotores parten con ventaja en un eventual litigio, aunque la construcci¨®n afecte el tejido vegetal. Los expertos se?alan que la mejor forma de blindar los ecosistemas contra el concreto es declar¨¢ndolos no urbanizables. Mar¨ªa ?ngeles Nieto, coordinadora de Ecologistas en Acci¨®n de la Comunidad de Madrid, se?ala que ¡°lo lamentable es que haya zonas catalogadas como urbanas (o urbanizables), pero que en realidad son monte¡± y pone de ejemplo a Las Rozas o Alcobendas. ¡°Es una barbaridad haber clasificado esos montes como suelo urbano¡±, sentencia.

Los ayuntamientos y constructoras suelen argumentar que amortizar¨¢n el impacto a los ecosistemas con la plantaci¨®n de jardines ecol¨®gicos dentro de los barrios construidos, pero los vecinos sostienen que ¡°no hay ning¨²n jard¨ªn o espacio verde artificial que se pueda comparar con un espacio natural¡±, en palabras de Esther Ortega. La replantaci¨®n de los ¨¢rboles no garantiza la reconstrucci¨®n del ecosistema, ni devuelve el h¨¢bitat a la fauna.

De boca de los vecinos, la tala en los municipios de Madrid suena como algo anecd¨®tico. Visto en perspectiva, se perfila como una pol¨ªtica estructural. Los municipios mencionados en esta radiograf¨ªa no solo comparten el detrimento de sus espacios verdes en beneficio de ambiciosos proyectos urban¨ªsticos. Son ciudades de rentas altas donde gobierna el Partido Popular, en algunos casos en coalici¨®n con Vox, y con una pol¨ªtica de urbanismo que, a ojos de los vecinos, le falta mucha madera.

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