Una sentencia del Constitucional avala castigar el voto irregular de Vox que investiga la Asamblea de Madrid
Iturgaiz (PP) ya perdi¨® sus derechos como diputado un mes por sustituir a un ausente, como presuntamente han hecho ahora Roc¨ªo Monasterio e ??igo Henr¨ªquez de Luna
La investigaci¨®n abierta en la Asamblea de Madrid contra Vox por activar en el ¨²ltimo pleno el esca?o de un diputado ausente y votar en su lugar cuenta con el aval del Tribunal Constitucional, que en 2006 dio por bueno que el Parlamento Vasco hubiera sancionado durante un mes a Carlos Iturgaiz (PP) por dar de alta como presente a un representante que no estaba en la C¨¢mara. En el caso actual, son dos los diputados del partido de extrema derecha los que est¨¢n en la diana. El primero es ??igo Henr¨ªquez de Luna, que confes¨® haber activado el esca?o de un diputado dimitido, Jos¨¦ Luis Ru¨ªz Bartolom¨¦, para sentarse en el pleno junto a la l¨ªder del partido y luego retomar a su sitio. Y el segundo es la propia Roc¨ªo Monasterio, que habr¨ªa votado dos veces (por ella misma y por el diputado ausente) en al menos una ocasi¨®n, seg¨²n se observa en el v¨ªdeo de la sesi¨®n. As¨ª ocurre todo.
25 de enero. Ruiz Bartolom¨¦, mano derecha de Monasterio en la C¨¢mara, deja su esca?o para volver a la actividad privada. Vox tiene una semana para reemplazarle antes del primer pleno del nuevo periodo de sesiones. Tampoco es que sea urgente: el PP tiene mayor¨ªa absoluta y su presencia no cambiar¨¢ nada.
31 de enero. Un d¨ªa antes de la celebraci¨®n del pleno, Pablo Guti¨¦rrez de Cabiedes renuncia a ocupar el esca?o, que le corresponde por ser el siguiente en la lista electoral. Su decisi¨®n agudiza la crisis de un partido zarandeado de pol¨¦mica en pol¨¦mica en los ¨²ltimos meses. Y as¨ª, Vox llega al pleno del d¨ªa siguiente sin que su nuevo diputado, Javier P¨¦rez, haya tomado posesi¨®n y, por lo tanto, con un voto menos y una silla vac¨ªa.
1 de febrero. Al final del pleno, el presidente de la Asamblea, Enrique Ossorio (PP), toma la palabra para hacer una advertencia antes de que arranquen las votaciones. ¡°Antes de empezar a votar, les aclaro que un diputado, por error, ha apretado el bot¨®n de presencia en dos esca?os distintos¡±, dice el exvicepresidente regional, que resta importancia a esa acci¨®n. La pol¨¦mica, de hecho, estalla posteriormente, cuando los servicios t¨¦cnicos de la C¨¢mara detectan que se ha votado desde el esca?o de Ruiz Bartolom¨¦, que ya no es diputado y no ha sido sustituido por Vox. Es decir, que alguien ha votado dos veces.
5 de enero. Ossorio decide abrir una investigaci¨®n y todas las miradas se dirigen inmediatamente hacia Monasterio. Porque Henr¨ªquez de Luna admite en la junta de portavoces que ¨¦l activ¨® como presente dos lugares distintos. No quer¨ªa que el asiento contiguo al de Monasterio quedara vac¨ªa, cosa poco est¨¦tica ante las c¨¢maras, pero finalmente volvi¨® a su esca?o. La l¨ªder es quien viene a admitir haber votado varias veces, aunque tampoco lo dice claramente.
¡°Son cosas de la tecnolog¨ªa¡±, se r¨ªe durante una rueda de prensa en la que se describe apretando y desapretando botones a toda prisa para intentar apagar el esca?o. Pero nadie se toma el asunto a broma en el Parlamento. Y mucho menos el PP, que ve una oportunidad ideal para cobrarse cuentas pendientes con su antigua socia, o en la oposici¨®n de izquierdas, en la que M¨¢s Madrid registra un escrito solicitando que sea suspendida como diputada durante 30 d¨ªas.
Nunca hab¨ªa pasado igual en la Asamblea de Madrid, seg¨²n detalla un portavoz de la instituci¨®n. Pero s¨ª hay precedentes fuera de la regi¨®n. Por ejemplo, en el Pa¨ªs Vasco. All¨ª, en 2003, el Parlamento sancion¨® con un mes sin poder ejercer sus derechos a Carlos Iturgaiz por haber activado el indicador electr¨®nico de presencia en la C¨¢mara de su compa?ero Jaime Mayor Oreja.
El Parlamento consider¨® entonces que los hechos protagonizados por el diputado del PP supon¨ªan ¡°una quiebra del principio de indelegabilidad del voto¡±, pues activ¨® la presencia de Mayor Oreja cuando no estaba en el hemiciclo; una ¡°alteraci¨®n dolosa del normal desarrollo de las votaciones¡±; y una ¡°vulneraci¨®n de principios b¨¢sicos para la conformaci¨®n de la voluntad legislativa¡±, motivos por los cuales se le impuso la sanci¨®n.
Pero no hubo, defendi¨® siempre Iturgaiz, un doble voto, lo que a su juicio hac¨ªa injustificable el castigo. As¨ª que busc¨® el amparo del Tribunal Constitucional. No lo encontr¨®. El alto tribunal consider¨® que su acci¨®n hab¨ªa alterado en al menos tres votaciones el n¨²mero de parlamentarios que determinaban en ese momento la mayor¨ªa. Seg¨²n el Constitucional, al pulsar el bot¨®n que no le correspond¨ªa, y registrar como presente un diputado ausente, Iturgaiz infringi¨® el deber de respeto de los procesos y mecanismos de votaci¨®n, por mucho que luego no votara en nombre de Mayor Oreja, como defendi¨® siempre.
?Qu¨¦ pasar¨¢ en Madrid? El presidente de la Asamblea previsiblemente encargar¨¢ un informe a los servicios t¨¦cnicos para determinar cu¨¢ndo, qui¨¦n y cu¨¢ntas veces vot¨® indebidamente. Esa misma petici¨®n, se?ala una fuente parlamentaria con varios quinquenios de experiencia en su hoja de servicios, ya se?alar¨ªa que la instituci¨®n tomar¨¢ cartas en el asunto. Los posibles culpables, se?ala un portavoz del Parlamento, se arriesgan a una sanci¨®n de entre 15 y 30 d¨ªas.
La reuni¨®n de este viernes de la Mesa, el organismo que dirige el d¨ªa a d¨ªa de la Asamblea, determinar¨¢ pr¨®ximos pasos que se deben seguir. As¨ª, puede dejar la posible sanci¨®n en manos de la propia Mesa, o derivar el asunto a la comisi¨®n de Estatuto de Autonom¨ªa, Reglamento y Estatuto del Diputado, para que nombre un diputado encargado de instruir el caso.
Ocurra lo que ocurra, una cosa es segura: Monasterio y Vox est¨¢n en la diana del PP de Isabel D¨ªaz Ayuso.
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