Muerte del ¡®rider¡¯ Mario en Madrid, arrollado por un taxi de madrugada

Lo ¨²ltimo que hizo Mario Clemente cuando sali¨® de su casa por ¨²ltima vez fue tirar la basura que su hermana Samary le hab¨ªa dejado en la puerta. ¡°?Bajo esto?¡±, le pregunt¨®. ¡°S¨ª¡±, respondi¨® ella. Poco antes, ella se hab¨ªa quedado ensimismada mirando el atardecer por la ventana desde el piso que compart¨ªan junto con otra amiga en Madrid y ¨¦l le hab¨ªa preguntado que por qu¨¦ ese aire reflexivo. ¡°Lo que pensaba en ese momento era que todo estaba en paz, estaba agradecida por c¨®mo nos iba, me sent¨ªa tranquila. Luego me di cuenta de que era la calma que precede la tempestad¡±, reflexiona Samary. A la ma?ana siguiente, el 20 de abril a las 7.40, cuando apenas amanec¨ªa, la polic¨ªa y el Samur llamaron a su puerta insistentemente. Su hermano, de 29 a?os, hab¨ªa fallecido de madrugada mientras iba en la bici en la que trabajaba como rider o repartidor de comida a domicilio, atropellado por un taxi.

Mario Clemente hab¨ªa llegado a Madrid a finales de agosto de 2023. Originario de Caracas (Venezuela), no era la primera vez que le tocaba emigrar de su pa¨ªs. Ya hab¨ªa estado viviendo en Per¨² unos a?os, gan¨¢ndose la vida, pero el a?o pasado decidi¨® que era el momento de dar el salto a Europa. Era el mayor de cinco hermanos ¡ªtres por parte de padre y otra m¨¢s por parte de madre¡ª.

Al principio, se instal¨® en una vivienda que compart¨ªa con otros compatriotas, entre ellos su primo, en Ciudad de los ?ngeles, en el extremo sur del distrito de Villaverde. En noviembre, lleg¨® a Madrid Samary, que tambi¨¦n se mud¨® a esa vivienda. All¨ª pasaron la que ellos cre¨ªan que ser¨ªa la primera de muchas Navidades. ¡°Comimos chuches, estuvimos festejando juntos y a medianoche del 31 me puse a llorar porque me entr¨® nostalgia de mi familia¡±, recuerda ella.

Desde que lleg¨® a Espa?a, el hombre siempre hab¨ªa trabajado como repartidor en bicicleta aut¨®nomo. Normalmente, lo hac¨ªa en horario diurno, pero los fines de semana, se cargaba la mochila a los hombros tambi¨¦n de noche y de madrugada porque dec¨ªa que ¡°hab¨ªa mucho movimiento¡±. Mario cobraba por comisi¨®n, a m¨¢s pedidos, m¨¢s sueldo. Este tipo de plataformas suelen pagar extras por cubrir los tramos con m¨¢s demanda. Eso hizo aquel 20 de abril en el que perdi¨® la vida. ¡°A ¨¦l no le gustaba mucho la madrugada, era muy pesado, pero hab¨ªa momentos en los que la cosa estaba m¨¢s dif¨ªcil y ¨¦l se buscaba modos para ganar m¨¢s¡±, dice la hermana.

Sali¨® de casa sobre las ocho de la tarde, Samary le hab¨ªa preparado un caf¨¦ ¡°bien negro¡±, como les gustaba a los dos, para que aguantara el turno. A las cinco de la madrugada, circulaba por la avenida de la Ciudad de Barcelona cuando un taxi lo embisti¨® por detr¨¢s. El conductor asegur¨® que no hab¨ªa visto al ciclista y dio negativo en las pruebas de alcohol y drogas. El impacto sobre el cuerpo menudo de Mario fue de tal magnitud, que sufri¨® unos traumatismos muy graves, entre ellos en la cabeza.

¡°Me dijeron que durante unos segundos hab¨ªan conseguido recobrar su pulso, pero que en seguida se perdi¨®¡±, recuerda Samary en la nebulosa que es para ella esa ma?ana. ¡°Al principio pens¨¦ que estar¨ªa herido, y yo ya estaba pensando c¨®mo organizarme para llevarle comida al hospital¡±, prosigue. El accidente todav¨ªa est¨¢ bajo investigaci¨®n de la Polic¨ªa Municipal y se podr¨ªa acusar al conductor de homicidio imprudente. ¡°Todo es surrealista, estoy aqu¨ª y tengo que pararme a pensar que esto ha sucedido de verdad, no entiendo por qu¨¦ pas¨® esto¡±, a?ade. Hasta que no acabe la investigaci¨®n, la familia no sabe si podr¨¢n cobrar alg¨²n tipo de indemnizaci¨®n.

Faltaban apenas unos d¨ªas para que Mario cumpliera los 30 a?os, los habr¨ªa alcanzado este 5 de mayo. Los hermanos y sus amigos ya hab¨ªan hecho planes para esa fecha tan se?alada. ¡°Le dije: ¡®Ya no te puedes equivocar en la vida¡±. Iban a comer a un restaurante y ella ya le hab¨ªa comprado un regalo: unos zapatos a los que ¨¦l le hab¨ªa echado el ojo. ¡°Me los hab¨ªa ense?ado como quien no quiere la cosa¡±, bromea ella.

Era un gran amante de la salsa, as¨ª que hab¨ªan pensado ir al concierto en junio. En un horizonte mucho m¨¢s lejano, tambi¨¦n hac¨ªan muchos otros planes de futuro. ¡°Trabaj¨¢bamos para comprar una casa a la que poder traer a toda nuestra familia. ?l adoraba a mi madre ¡ªson hermanos de padre¡ª y siempre me dec¨ªa ¡®si no te traes t¨² a la viejita, me la traigo yo¡±, recuerda Samary. Por supuesto, tambi¨¦n anhelaba tener con ¨¦l a sus tres hijos de entre uno y 11 a?os, con los que hablaba cada vez que pod¨ªa por videollamada.

En febrero, los dos hermanos se hab¨ªan mudado a una casa en Valdecarros, uno de los ¨²ltimos desarrollos urban¨ªsticos de Madrid, una zona con muchos edificios de viviendas, avenidas anchas con muchos carriles para los coches y comercios y bares salpicados por las manzanas. La ¨²ltima parada de la l¨ªnea 1 de metro. ¡°Cuando vinimos para ac¨¢ a ver por primera vez el piso me dijo: ¡®?Hermana, esto est¨¢ muy lejos!¡¯. Pero la verdad es que nos encant¨® desde el principio, era nuestro primer espacio propio¡±, cuenta la mujer.

Aqu¨ª, los dos hac¨ªan una vida ¡°muy rutinaria¡±. Se ve¨ªan poco porque ambos trabajaban muchas horas y a horarios dispares, pero ten¨ªan una coordinaci¨®n perfecta. Ella tambi¨¦n es repartidora, pero a pie. ¡°Cuando uno ten¨ªa m¨¢s carga laboral, el otro se preocupaba de hacerle la comida o de ir a la compra¡±, explica la mujer. El d¨ªa de su muerte, Samary hab¨ªa cocinado carne empanada y hab¨ªa hecho una ensalada: ¡°Todos los d¨ªas com¨ªamos tomate, le dije que ¨ªbamos a tener que acabar poniendo un huerto¡±.

La mujer, de solo un a?o menos que su hermano, apenas ha podido volver a su casa: ¡°Ese sitio es ¨¦l, pienso que lo voy a ver aparecer por la puerta de la cocina¡±. All¨ª est¨¢ todav¨ªa el ¨²ltimo paquete de incienso que compr¨® Mario. Por eso, vive en un cuarto que le presta una amiga.

Asegura que se ha sentido muy arropada, no solo por la comunidad venezolana, sino tambi¨¦n por la ciclista. ¡°Me metieron en un grupo de Whatsapp de riders, s¨¦ que ellos han contribuido mucho a recaudar dinero para poder trasladar su cuerpo a Venezuela y que mi familia pueda enterrarlo all¨¢. Dicen: ¡®Hoy es por ¨¦l, pero ma?ana puede ser por cualquiera de nosotros¡¯. Hay de todo en ese grupo, muchos venezolanos, pero tambi¨¦n colombianos o peruanos, gente que ha venido aqu¨ª a ganarse el pan de cada d¨ªa¡±, cuenta Samary.

Seg¨²n datos del Ayuntamiento de Madrid, en los ¨²ltimos cinco a?os han fallecido cinco ciclistas en accidente de tr¨¢fico, sin contar a Mario. Desde 2019, se han contabilizado adem¨¢s 143 heridos graves y 2.815 leves. La asociaci¨®n en defensa de los ciclistas Pedalibre recuerda que el tramo en el que sucedi¨® el accidente del rider forma parte de una remodelaci¨®n reciente y que, en la fase de alegaciones, ellos reclamaron dotar a esa avenida de un carril bici. Ciudad de Barcelona es una importante arteria de comunicaci¨®n del sur de la ciudad, con dos carriles en cada sentido. ¡°Los coches alcanzan gran velocidad¡±, se?ala un portavoz de la asociaci¨®n.

Este mi¨¦rcoles, los ciclistas de Madrid est¨¢n convocados a un homenaje a Mario que ir¨¢ desde la plaza de Callao hasta el lugar en el que perdi¨® la vida. En ese punto, los organizadores colocar¨¢n una bici blanca, que se ha convertido en el s¨ªmbolo de los fallecidos cuando iban sobre dos ruedas. Madrid cuenta con una decena de estos memoriales. El de Alberto, bombero de 45 a?os, que fue embestido por un veh¨ªculo en julio de 2022 en Moratalaz cuando iba a rescatar una gata. El de Juanjo, atropellado por un cami¨®n en la calle Alcal¨¢ en 2017. El de Javier, un hombre de 23 a?os arrollado en la calle de Alberto Alcocer por un conductor que se dio a la fuga. Y as¨ª otros tantos.

Suscr¨ªbete aqu¨ª a nuestra newsletter diaria sobre Madrid.