El monitor de voleibol de Madrid acusado de agresi¨®n dec¨ªa a los ni?os que les iba a ¡°tocar un poco¡± y les hac¨ªa llaveros con sus fotos
El abogado de las familias de seis alumnos del colegio de Aluche en el que supuestamente sucedieron los hechos recurre la decisi¨®n del juez de dejarlo en libertad por riesgo de reincidencia
Alexis, el entrenador de voleibol acusado de agresi¨®n sexual a seis menores de un colegio de Madrid, hac¨ªa llaveros con fotos de los ni?os, que les hab¨ªa tomado sin el permiso de los progenitores, y se los regalaba. Tambi¨¦n les ped¨ªa que guardaran sus secretos para no ¡°ir a la c¨¢rcel¡±, les dec¨ªa que les iba a ¡°tocar un poco¡± y les daba a menudo ¡°chuches y chocolates¡±. Ese es el relato de los menores que estudian en un centro educativo del barrio de Aluche, una vez que la instrucci¨®n de la causa est¨¢ pr¨®xima a su fin. Los ni?os ya han prestado declaraci¨®n y, seg¨²n fuentes cercanas al caso, han relatado los abusos a los que presuntamente los someti¨® ese ¡°hombre malo¡±.
Todo comenz¨® este enero. Una madre not¨® a su hija rara a la salida de la actividad extraescolar, como si mirara a su profesor ¡°con miedo¡±, seg¨²n su relato. Cuando estaban en casa, tras conseguir que la ni?a saliera del ba?o, esta les relat¨® que su monitor la hab¨ªa sometido a tocamientos. La mujer sali¨® corriendo al centro escolar en busca del entrenador, pero una vez en las inmediaciones se mare¨® y el Samur acudi¨® a las puertas, donde atendi¨® a la madre y trasladaron a la ni?a al hospital.
Despu¨¦s de ese caso, se fueron sumando otras denuncias de progenitores a los que sus hijos tambi¨¦n les relataron escenas en las que el monitor los alejaba del grupo y los llevaba a un ba?o o a un despacho. Cuando los tocaba, el monitor ¡°respiraba fuerte¡±, seg¨²n explican fuentes cercanas al caso. El acusado asegura que no abus¨® de ning¨²n ni?o y que solo tomaba medidas de los menores, pero se neg¨® a dar muestras de ADN voluntariamente en un primer momento ante la polic¨ªa.
Han presentado denuncia seis menores de entre ocho y diez a?os, son cinco ni?as y un ni?o, todos ellos representados por el letrado Juan Manuel Medina. A todos ellos se les tom¨® declaraci¨®n en un entorno amable y controlado, con todas las garant¨ªas jur¨ªdicas, en una c¨¢mara Gesell. Se trata de una doble habitaci¨®n con un cristal en medio. A un lado, est¨¢ el menor con una psic¨®loga y al otro, los abogados, fiscal y juez instructor. Es en esa sala donde el menor narra sus vivencias, mientras que las partes pueden hacer preguntas por el pinganillo de la psic¨®loga, que es la ¨²nica que trata con el menor para que se sienta c¨®modo. Esta declaraci¨®n ser¨¢ la que contar¨¢ en el juicio. Se trata de un m¨¦todo habitual en este tipo de casos que busca evitar la revictimizaci¨®n de los afectados y que no tengan que relatar una experiencia traum¨¢tica una y otra vez.
El investigado es un var¨®n de 50 a?os, venezolano, que llevaba viviendo en Madrid al menos tres a?os y que era entrenador titular de un club de voleibol. Gracias a un acuerdo entre el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, el servicio de deportes municipal gestiona algunas actividades extraescolares en los centros. El detenido pertenec¨ªa a este servicio. Por ese motivo, los investigadores han rastreado a todos los menores a los que impart¨ªa clase Alexis, tanto en su club como en otros centros en busca de m¨¢s v¨ªctimas.
En sus dispositivos m¨®viles tambi¨¦n se hall¨® material pornogr¨¢fico que inclu¨ªa a chicas en apariencia menores o muy j¨®venes manteniendo relaciones con adultos. El hombre permanece en libertad provisional desde el inicio pero, una vez que la instrucci¨®n casi ha llegado a su fin, el abogado de la acusaci¨®n pedir¨¢ de nuevo su ingreso en prisi¨®n por el riesgo de reincidencia y de fuga.
Todos los que han declarado han descrito que el entrenador fue desde el principio muy cari?oso, que en alguna ocasi¨®n se desnud¨® delante de sus alumnos en los vestuarios y que se frotaba. Los regalos de los llaveros y los dulces pod¨ªan ser un modo de ganarse la confianza de los estudiantes. A una de las ni?as la amenaz¨® con que no dijera lo que hab¨ªa pasado ¡°a sus pap¨¢s¡± porque, de lo contrario, lo mandar¨ªan ¡°a la c¨¢rcel¡±. A otra le anunci¨®: ¡°Te voy a tocar un poco¡±. Todo seg¨²n los relatos de los menores. Adem¨¢s de los posibles da?os f¨ªsicos, los progenitores se?alan que hace meses que sus hijos duermen mal, se han vuelto m¨¢s esquivos o incluso han comenzado a tartamudear.
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