El choque entre los herederos de Aleixandre por la venta millonaria de Velintonia deja en pausa las obras urgentes que necesita
La Inspecci¨®n T¨¦cnica de Edificios obligatoria detect¨® problemas en techo, vallas o un balc¨®n que requieren de obras valoradas en entre 80.000 y 100.000 euros
El choque entre los herederos del Nobel de Literatura Vicente Aleixandre por el precio de venta de Velintonia, m¨ªtico chalet por el que pasaron los maestros de la Generaci¨®n del 27, no solo ha complicado que la Comunidad de Madrid compre el inmueble por 3,2 millones de euros para convertirlo en un referente cultural de la regi¨®n. Tambi¨¦n ha dejado en pausa las obras urgentes en el tejado, un balc¨®n o la valla exterior del inmueble, que fueron diagnosticadas por una Inspecci¨®n T¨¦cnica de Edificios (ITE) hecha en 2020, seg¨²n dos fuentes conocedoras del expediente, que calculan el coste de los arreglos entre 80.000 y 100.000 euros. Esa circunstancia, admiten las partes implicadas, sin embargo, espolea la venta, pues act¨²a como ¡°una espada de Damocles¡±, ya que el Ayuntamiento puede decidir acometer las obras y luego pasar la factura a los propietarios. Estos, al mismo tiempo, creen que intervenir justo antes de vender un inmueble que deber¨¢ ser reformado ¨ªntegramente tras su venta para convertirse en centro cultural ¡°ser¨ªa tirar el dinero¡±.
La propiedad de Velintonia se divide entre Amaya Aleixandre, sobrina segunda del escritor, que tiene un 60% y ha sido m¨¢s proclive a venderla al Ministerio de Cultura, y los Usera Estirado, cuatro nietos de una prima del poeta, que tienen el 40% restante y aceptan cerrar el trato con la Comunidad de Madrid. La suya es la historia de una enemistad.
Los herederos se enfrentan en los tribunales desde hace un lustro por el pago de unos 30.000 euros en gastos de administraci¨®n y mantenimiento del chalet, seg¨²n una fuente conocedora del caso, que asegura que el pleito ya ha llegado al Tribunal Supremo (TS). Esa batalla legal alimenta un desencuentro personal ¡°a cara de perro¡±, seg¨²n descripci¨®n de este interlocutor, y dificulta ahora tanto la venta del inmueble a la Comunidad de Madrid como su mantenimiento, que incluye obras derivadas de la ITE de obligatoria realizaci¨®n, pues as¨ª lo orden¨® el Ayuntamiento en marzo, seg¨²n documentaci¨®n vista por EL PA?S.
¡°El arquitecto vio obras urgentes en la inspecci¨®n y, cuando la Comunidad de Madrid empez¨® a negociar, sugiri¨® que pod¨ªan dejarlo en suspenso mientras se dilucidaban las negociaciones¡±, afirma una fuente de la propiedad, que no detalla c¨®mo podr¨ªa influir el Gobierno regional en una decisi¨®n administrativa del capitalino. ¡°Lo utilizan como palanca para que no pongamos problemas a la venta¡±, a?ade.
¡°Lo tienen como una espada de Damocles, est¨¢ impl¨ªcito que si no hay acuerdo en breve, aceleran la ejecuci¨®n sustitutoria¡±, sigue. ¡°Desde la ITE, el asunto no ha estado muerto, se han ido haciendo mejoras, pero no todas. La casa no se va a caer, se mantiene bien, y ser¨ªa tirar el dinero realizar ahora obras de consolidaci¨®n de un edificio que va a ser reformado ¨ªntegramente por su destino como centro cultural [cuando se venda]¡±.
Una fuente gubernamental del m¨¢ximo nivel confirma que la necesidad de acometer las obras ha sido parte de la negociaci¨®n del precio de venta, sin dar m¨¢s detalles.
¡°Lo que hay en Velintonia es una orden de ejecuci¨®n del Ayuntamiento¡±, afirma un portavoz del Gobierno de la Comunidad de Madrid sobre las obras pendientes. ¡°No es una sanci¨®n, es un arreglo de desperfectos y mantenimiento que tiene que acometer la propiedad por la ITE del Ayuntamiento¡±, a?ade. ¡°Lo que nosotros queremos es acelerar el arreglo comprando la casa para que no se siga deteriorando¡±.
Mientras, la Asociaci¨®n de Amigos de Vicente Aleixandre (AAVA) ve ¡°incomprensible que el Ayuntamiento de Madrid haya propiciado, con una clara dejaci¨®n de funciones, el progresivo deterioro de Velintonia¡± a lo largo de estos ¨²ltimos a?os ¡°sin reclamar a los herederos la obligatoria ejecuci¨®n de las obras derivadas de la ITE desfavorable¡±.
En ese informe del Ayuntamiento se se?alaba como causas del dictamen el ¡°estado general de la estructura y cimentaci¨®n, las fachadas, cubiertas, azoteas, fontaner¨ªa y red de saneamiento¡±. El pasado 22 de mayo, se public¨® en el Bolet¨ªn Oficial del Estado (BOE) la notificaci¨®n del Ayuntamiento en la que, tras este informe, se instaba a los propietarios a que inicien ¡°las obras de reparaci¨®n para subsanar los da?os o deficiencias¡±. En caso de cumplimiento, se advert¨ªa, se establecer¨¢n las correspondientes multas.
El presidente de la AAVA, Alejandro Sanz, recuerda que ¡°no hay que olvidar que Velintonia es Bien de Inter¨¦s Patrimonial (BIP) desde 2022 y que por ello se debiera haber asegurado su conservaci¨®n¡±. Aquel paso, sin embargo, fue considerado insuficiente tanto por la oposici¨®n de izquierdas como por la AAVA, que ped¨ªan lo que va a ocurrir ahora: que Velintonia sea declarado Bien de Inter¨¦s Cultural (BIC) y que est¨¦ en manos p¨²blicas.
Por Velintonia pasaron D¨¢maso Alonso, Gerardo Diego, Rafael Alberti, Luis Cernuda, Federico Garc¨ªa Lorca, que amenizaba las veladas al piano, o Miguel Hern¨¢ndez. La vivienda sufri¨® una primera ruina, cuando la tuvo que abandonar la familia Aleixandre en la Guerra Civil porque estaba en la l¨ªnea del frente. Cuando termin¨® la contienda, Aleixandre, acompa?ado de Miguel Hern¨¢ndez, entraron en la casa, da?ada por los obuses, y recuperaron los objetos que quedaban.
La segunda ruina lleg¨® a la muerte del poeta (1984) y la de su hermana Conchita (1986). En los a?os noventa, incluso un mendigo aprovech¨® que estaba vac¨ªa y se instal¨® en el jard¨ªn. El inmueble es una edificaci¨®n de 630 metros cuadrados en tres plantas, construida a principios del siglo XX sobre una parcela de 799 metros cuadrados en el distrito de Chamber¨ª.
Pero que Madrid se haga con el inmueble, y la convierta en un referente cultural integrado dentro de una ruta madrile?a por las residencias de tres grandes autores (Cervantes, Lope de Vega y el poeta), se ha complicado.
Subasta conflictiva
El conflicto est¨¢ en la ¨²ltima subasta, celebrada en julio, y en la que el precio de tasaci¨®n del chal¨¦ fue de 4.561.750 euros y la puja m¨ªnima admitida era a partir de 3.193.225 euros. El intento de venta, organizado en un juzgado precisamente por las discrepancias entre los herederos, que rompieron el proindiviso que les vinculaba para as¨ª dar salida al inmueble, qued¨® desierto. La propietaria mayoritaria y una segunda fuente aseguran que la Comunidad decidi¨® aplicar entonces una disposici¨®n de la Ley de Enjuiciamiento Civil (LEC) que permite adjudicar el bien ¡°al tercero que mejore la postura ofreciendo cantidad superior al 70% del valor de tasaci¨®n¡±. Y que por ello la Administraci¨®n regional deposit¨® 3,2 millones en el juzgado.
Una fuente gubernamental confirma la consignaci¨®n del pago, contra la que ha presentado alegaciones la sobrina de Aleixandre, al considerar que las bases de la subasta, seg¨²n su relato y el de su representante legal, exclu¨ªan esa posibilidad. Hay, adem¨¢s, otra raz¨®n, seg¨²n el abogado de la propietaria mayoritaria, que considera que la oferta de la Administraci¨®n regional deber¨ªa haberse hecho durante la subasta, y no con esta cerrada: ¡°Se priva a un tercero, a otros postores, de mejorar la oferta. De haberlo hecho durante la subasta, probablemente Cultura la hubiera mejorado¡±.
En ese contexto, el secretario judicial, primero, y previsiblemente el juez, despu¨¦s, tendr¨¢n que decidir sobre la viabilidad de la oferta presentada por la Comunidad. El dictamen se espera entre octubre y noviembre, seg¨²n dos fuentes conocedoras del caso. Mientras tanto, Velintonia sigue deterior¨¢ndose y las obras para detener los efectos de su abandono siguen sin ejecutarse.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.