Unas gafas para pasear por el Madrid del siglo IX

Los ojos ven el cielo azul y despejado de un d¨ªa cualquiera en el Mayrit del siglo IX. Donde hace unos minutos estaba el Palacio Real se alza una fortaleza musulmana; y en los alrededores, en lugar de un Teatro Real, unos jardines neocl¨¢sicos y una catedral, hay una ciudadela en desarrollo, la al-mudayna. A lo lejos, el Manzanares a¨²n es un r¨ªo sin contaminar. Entonces el gu¨ªa pide que se quiten las gafas de realidad virtual y los turistas vuelven al siglo XXI. Es un lunes gris en el Madrid actual y, en la plaza de Oriente, un hombre aprovecha el tiempo lluvioso para proponer paraguas por cinco euros a los caminantes desprevenidos.

Parece que queda poco espacio para la novedad en una ciudad como Madrid, que en 2024 registr¨® 11,2 millones de turistas y fue seleccionada por el portal Euromonitor International como el segundo destino urbano del mundo, solo por detr¨¢s de Par¨ªs, seg¨²n difundi¨® el Ayuntamiento. Buena parte de sus 3,4 millones de residentes ya deben saber que la estatua del Oso y el Madro?o de Sol es, en realidad, una osa; o que La Almudena se termin¨® de construir hace poco m¨¢s de 30 a?os.

Por eso Imageen, una peque?a empresa del sector tur¨ªstico, desde abril de 2024 comenz¨® a apostar por ¡°una nueva forma de hacer turismo¡±, ofreciendo un recorrido virtual por el Madrid hist¨®rico menos conocido, que comienza con la fundaci¨®n de Mayrit, el germen ¨¢rabe de la ciudad actual, y termina a principios del siglo XX con las reformas que convirtieron la Puerta de Sol en el centro de la vida madrile?a.

¡°Imageen aporta m¨¢s donde se ve menos¡±, dice su director ejecutivo, Luis Armengot, quien se uni¨® a un grupo de historiadores que sintetizaron la informaci¨®n de los libros, especialistas en turismo que transformaron esa informaci¨®n en guiones, y un equipo de producci¨®n que llev¨® la idea a 3D. El resultado: videos con visi¨®n 360 grados que, con las gafas de realidad virtual, enga?an al cerebro, haciendo creer que Felipe V, en cuerpo presente, te cuenta la historia de c¨®mo el alc¨¢zar de Madrid se quem¨® ¡°accidentalmente¡± y en su lugar se construy¨® ¡°un bonito palacio ilustrado¡±.

Ahora, los madrile?os son turistas en su propia ciudad. Seg¨²n Armengot, el 60% de los que contratan estos recorridos son residentes en Madrid y el restante 40% se divide a partes iguales entre espa?oles de otras regiones y extranjeros de todo el mundo. Este mismo lunes lluvioso, todos los que ha programado son madrile?os.

Miguel ?ngel Bl¨¢zquez, el gu¨ªa, los lleva hasta el siguiente punto, la plaza Mayor, donde pide que se coloquen las gafas nuevamente. La explanada se convierte en un estanque de patos, luego en un mercado extramuros y en plaza mayor ajardinada. ¡°Como [los madrile?os] vamos corriendo a todos sitios, no llegamos a conocer tanto la historia de la ciudad¡±, confiesa Mar¨ªa Jos¨¦ Cruz, una de las turistas, quien se declara ¡°gata de verdad¡± ¨Dcomo se hacen llamar los madrile?os¨D, con padres y abuelos nacidos en este lugar. ¡°Quer¨ªa hacer un tour que no fuera un rollo y ahora quiero hacer tambi¨¦n el otro porque me he quedado con las ganas¡±, afirma incluso antes de haber terminado este. Debido a la popularidad del primer recorrido por el Madrid Hist¨®rico, Imageen ya comenz¨® a ofrecer otro relacionado con el movimiento modernista en la ciudad. Ambos cuestan 15 euros y duran entre 100 y 120 minutos.

Bl¨¢zquez, que es gu¨ªa tur¨ªstico desde hace 20 a?os, dice que esta es una idea ¡°absolutamente pionera en Madrid¡±, aunque hay algunas empresas que ya ofrecen recorridos virtuales similares en M¨¢laga, Sevilla y Barcelona. Agrega que un sello distintivo de la experiencia Imageen es que son visitas guiadas, en las que tambi¨¦n hay espacio para descubrir la ciudad m¨¢s all¨¢ de lo que muestran las gafas.

Entre una parada y otra, Bl¨¢zquez cuenta que el Callej¨®n del Codo no es el m¨¢s estrecho de Madrid, que la Casa de los Lujanes s¨ª es la m¨¢s antigua de la ciudad, que la Antigua Relojer¨ªa y la tienda de lanas El Gato Negro son los ¨²nicos comercios que sobreviven a la turistificaci¨®n de la calle de la Sal, y que el Petit Palace antes se llamaba Pensi¨®n del Peine porque, seg¨²n la leyenda, todos los hu¨¦spedes utilizaban un mismo peine amarrado al lavabo con un cord¨®n.

El recorrido termina en la Puerta de Sol. El gu¨ªa recomienda que, para ver el ¨²ltimo video, es mejor estar apoyado porque la perspectiva de ¡°vista de p¨¢jaro¡± puede provocar alg¨²n mareo. En el mundo virtual parece que se est¨¢ sobrevolando la ciudad, pero en el real la gente que pasa ve a un grupo de personas con unas gafas blancas torciendo la cabeza mientras se aferran a la pared de la fachada de la Real Casa de Correos. Bl¨¢zquez dice que muchos se sorprenden al verlos con las gafas de realidad virtual en medio de la calle y que, incluso, alguno les ha llegado a hacer alg¨²n comentario despectivo: ¡°Nuestra respuesta ha sido ponerles las gafas para que vean lo que estamos haciendo. Ah¨ª cambia la cosa¡±.

Imageen no es la primera iniciativa tur¨ªstica que emplea la tecnolog¨ªa para ofrecer experiencias y diversi¨®n a pie de calle. ¡°El pasado s¨¢bado, estuvimos con un grupo de 20 personas en la plaza Mayor y, a nuestro lado, hab¨ªa otro de unas 40 que quedan para bailar con la m¨²sica en auriculares. Al otro lado, ten¨ªamos un Buzz Lightgear [el personaje de las pel¨ªculas animadas Toy Story] y un gorila. Ese es el Madrid del siglo XXI¡±, cuenta Bl¨¢zquez, riendo.

Clases de Historia 2.0

¡°Cuando te gusta la historia y la has le¨ªdo, todo te lo tienes que estar imaginando. Esto es diferente, esto es verla¡±, dice Carmen, que sabe de lo que habla porque junto a su marido, Jose, ha hecho ¡°un mont¨®n de tours guiados¡±. Este lunes aprovecharon que ambos est¨¢n de vacaciones para probar el de Imageen y, aunque el gu¨ªa les advirti¨® antes de comenzar el recorrido de que pod¨ªan posponerlo sin coste debido al tiempo, ambos quisieron continuar resguardados bajo el paraguas.

D¨ªgase el trabajo, la maternidad o la velocidad de la vida, Mar¨ªa Jos¨¦, la otra turista, siente que en realidad son varias las razones por las que dedica mucho menos tiempo del que quisiera a conocer su propia ciudad. Su ¨²ltimo acercamiento al Madrid del pasado ocurri¨® mientras ayudaba a sus hijos a estudiar Historia y, justo cuando toda la informaci¨®n se empezaba a hacer dif¨ªcil de procesar, le salt¨® en redes sociales el anuncio de las rutas de Imageen. Aunque primero ha venido ella sola a evaluar la experiencia, ¡°en plan exploratorio¡±, dice que le ha gustado tanto la idea que le propondr¨¢ a la asociaci¨®n de padres del colegio que organice un recorrido grupal con la empresa para que asistan todos los de la clase. ¡°No entra igual la historia con libros que de esta forma¡±, asegura.

Armengot tambi¨¦n ha llevado el potencial de Imageen a las aulas de algunos colegios madrile?os, en los que ya han impartido unas 20 sesiones. All¨ª, la puesta en escena es mucho m¨¢s elaborada, ya que en estas clases los gu¨ªas suelen caracterizar a alg¨²n personaje hist¨®rico. ¡°Yo gano mucho vestido de romano¡±, bromea Bl¨¢zquez. ¡°Seg¨²n la edad entra mejor la caracterizaci¨®n. Recuerdo c¨®mo un ni?o en una sesi¨®n del Imperio Romano me pregunt¨® ¡®?Entonces, tu hijo militar muri¨® en la guerra?¡¯, y estaba casi llorando¡±.

Actualmente, Imageen cuenta con 70 gafas, pero el director asegura que est¨¢n comprando m¨¢s, porque, adem¨¢s de los recorridos tur¨ªsticos y las visitas a las aulas, realizan sesiones para empresas. En cualquiera de los casos es esencial ¡°que todos a la vez lleven gafas porque si no la actividad pierde dinamismo¡±. Seg¨²n Armengot, la cifra de clientes de enero ronda los 800 y el 99% les deja valoraciones muy positivas. Dice que la popularidad de estas experiencias virtuales va creciendo mes a mes, lo que les hace pensar que es un negocio con mucho futuro.