Teresa Ribera se afianza en la vicepresidencia clim¨¢tica
Esta experta en pol¨ªticas medioambientales y energ¨ªa ha ido ganando peso a medida que el cambio clim¨¢tico gana en intensidad y presencia en la agenda internacional. Tambi¨¦n a ra¨ªz de la crisis energ¨¦tica, en la que ha tenido un papel predominante
No es posible abordar la figura de Teresa Ribera (Madrid, 54 a?os) sin hablar de cambio clim¨¢tico. Porque su trayectoria pol¨ªtica est¨¢ vinculada a la crisis clim¨¢tica desde mucho antes de que el calentamiento se considera...
No es posible abordar la figura de Teresa Ribera (Madrid, 54 a?os) sin hablar de cambio clim¨¢tico. Porque su trayectoria pol¨ªtica est¨¢ vinculada a la crisis clim¨¢tica desde mucho antes de que el calentamiento se considerara una emergencia global y cuando todav¨ªa alg¨²n pol¨ªtico ¡ªno precisamente de extrema derecha¡ª recurr¨ªa a su primo para poner en duda las evidencias cient¨ªficas. A medida que la crisis clim¨¢tica se ha ido endureciendo y ganando peso en toda la agenda internacional, Ribera ha ido ganando tambi¨¦n peso en la pol¨ªtica nacional y europea hasta ocupar en Espa?a una las vicepresidencias clave. Quiz¨¢s, porque ella ya estaba ah¨ª cuando la mayor¨ªa de la poblaci¨®n solo ve¨ªa lo del cambio clim¨¢tico como un problema para los osos polares y no como un gigantesco reto (y oportunidad) para toda la humanidad.
Esta licenciada en Derecho comenz¨® su trayectoria gubernamental cuando Cristina Narbona era ministra de Medio Ambiente: entre 2004 y 2008, Ribera fue directora de la Oficina Espa?ola de Cambio Clim¨¢tico. Luego, entre 2008 y 2011, fue la secretaria de Estado de Cambio Clim¨¢tico. La traves¨ªa en el desierto que supuso para muchos socialistas los gobiernos del PP entre 2011 y 2018 la pas¨® Ribera fundamentalmente entre Madrid y Par¨ªs, donde dirigi¨® el Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales (IDDRI).
Entr¨® en ese instituto en 2013 y sali¨® de ¨¦l en 2018 para ser ministra para la Transici¨®n Ecol¨®gica en el primer gabinete de Pedro S¨¢nchez. Pero, antes de recalar en el IDDRI, Ribera trabaj¨® durante ocho meses en la empresa malague?a Isofot¨®n, que ha estado a?os en el centro de la pol¨¦mica por un supuesto caso de ayudas il¨ªcitas por parte de la Junta de Andaluc¨ªa. Ribera nunca estuvo imputada y el caso al completo termin¨® archiv¨¢ndose en 2022. La otra pol¨¦mica que le salpic¨®, pero por la que tampoco estuvo imputada, fue el fiasco del almac¨¦n de gas Castor, una multimillonaria pifia. La declaraci¨®n de impacto ambiental del proyecto, de 2009, llevaba su firma como secretaria de Estado de Cambio Clim¨¢tico.
Ninguno de estos dos asuntos ha tenido afecci¨®n en la trayectoria ascendente de Ribera con S¨¢nchez. Empez¨® como ministra para la Transici¨®n Ecol¨®gica, ascendi¨® en 2020 a vicepresidenta cuarta, manteniendo esa cartera y lleg¨® hasta la tercera vicepresidencia en 2021, en la que ahora repite. Los ascensos a la vicepresidencia lanzan una se?al fundamental de que, en consonancia con lo marcado por la Comisi¨®n Europea, la lucha contra el cambio clim¨¢tico es un eje de acci¨®n fundamental del Ejecutivo espa?ol. Pero, seguramente, el movimiento clave se hab¨ªa dado ya en junio de 2018, cuando Ribera aglutin¨® en un mismo ministerio las competencias medioambientales y energ¨¦ticas. Hasta ese momento, la pol¨ªtica energ¨¦tica ¡ªvital en la lucha clim¨¢tica¡ª hab¨ªa transitado en Espa?a al margen de las prioridades medioambientales.
Con Ribera como vicepresidenta, Espa?a ha aprobado su primera Ley de Cambio Clim¨¢tico, se han actualizado los planes hidrol¨®gicos de las cuencas y se ha reventado el tap¨®n que bloqueaba la instalaci¨®n de energ¨ªas renovables. Hasta tal punto, que el pa¨ªs se ha situado entre las naciones del mundo que m¨¢s r¨¢pido est¨¢n descarbonizando su sector el¨¦ctrico. Paralelamente, se ha expulsado del mix energ¨¦tico al carb¨®n, el combustible m¨¢s sucio y que m¨¢s contribuye al calentamiento. Eso s¨ª, la implantaci¨®n de las plantas e¨®licas y solares no ha estado exenta de pol¨¦mica y tensiones en las ¨¢reas rurales, donde se ha generado cierta oposici¨®n a las grandes instalaciones. Esta nueva legislatura, si se cumplen los planes fijados por Ribera, deber¨¢ ser en la que se allane el camino para el cierre de todas las nucleares del pa¨ªs, que comenzar¨¢ en 2027 con Almaraz, la m¨¢s grande de todas.
Las renovables no solo contribuyen a la lucha contra el cambio clim¨¢tico, tambi¨¦n rompen con la dependencia de unos combustibles f¨®siles que Espa?a no tiene. Desengancharse de ellos se ha hecho m¨¢s urgente con la invasi¨®n de Ucrania por parte de Rusia. Y, tambi¨¦n, las renovables contribuyen a abaratar el coste de la energ¨ªa.
Durante su mandato, Ribera ha sacado adelante ¡ªcontra todo pron¨®stico¡ª la excepci¨®n ib¨¦rica, un mecanismo puesto en tela de juicio por sus cr¨ªticos desde mucho antes de entrar en vigor, pero que durante meses permiti¨® una fuerte rebaja en la factura de la luz. Ha impulsado un tope europeo al gas, de resultado mucho m¨¢s discreto. Ha plantado cara a las el¨¦ctricas, con varias medidas para minorar sus ingresos en plena escalada de la luz ¡ªentre ellas, la propia excepci¨®n ib¨¦rica¡ª que le han valido feroces ataques de las empresas y las patronales. Y ha logrado, hace solo unas semanas, poner de acuerdo a Par¨ªs y Berl¨ªn para alumbrar una reforma, la del mercado el¨¦ctrico europeo, que, sin embargo, deja un regusto amargo: luce m¨¢s cercana a los intereses de la nuclear francesa que a los de las renovables espa?olas.
Escudera y confidente de Pedro S¨¢nchez en varios de los pasajes m¨¢s complicados de la legislatura, sobre todo cuando el estallido de precios del gas y de la luz amenazaban con hacer descarrilar la econom¨ªa, Teresa Ribera ha sido algo m¨¢s que una vicepresidenta tercera. Se ha convertido, m¨¢s bien, en una pieza esencial en el Ejecutivo. As¨ª lo demuestra su papel activo en el cierre de campa?a del PSOE, cuando pr¨¢cticamente todas las encuestas apuntaban a una mayor¨ªa de la derecha; su inclusi¨®n como n¨²mero dos en la lista de su partido por Madrid; y, m¨¢s recientemente, el hecho de que fuera la ¨²nica, junto con el presidente y Yolanda D¨ªaz, que ten¨ªa el puesto asegurado en las quinielas ministeriales. Entre sus ¨¦xitos m¨¢s recientes tambi¨¦n est¨¢ haber logrado un acuerdo con el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno Bonilla, que ha supuesto frenar la pol¨¦mica ley que iba a legalizar regad¨ªos ilegales en el entorno de Do?ana.
Dura en las negociaciones y con fama de estar muy encima de todos los temas de su departamento, es muy respetada en Bruselas y en los c¨ªrculos ambientales y energ¨¦ticos. Desde hace a?os se especula con un salto fuera de Espa?a ¡ªen alg¨²n momento estuvo incluso en las quinielas para dirigir el ¨¢rea de cambio clim¨¢tico de la ONU¡ª y ahora tambi¨¦n con que pueda dar el salto a Bruselas, ocupando una de las vicepresidencias del Ejecutivo comunitario tras las elecciones europeas del a?o que viene.