?Se puede educar a un gato o es misi¨®n imposible?
Mientras el perro cree que su due?o es Dios y que todo lo que necesita se lo proporciona ¨¦l, un minino piensa que es Dios y para todo lo que precisa tiene a su due?o. Aun as¨ª, a los felinos se les puede ense?ar unas pautas b¨¢sicas de comportamiento, siempre huyendo de los castigos
¡°Trae la pelota¡±, ¡°dame la pata¡±, ¡°corre hacia m¨ª¡±. Estas ¨®rdenes, en principio, no casan con el car¨¢cter felino debido a que no se trata de animales gregarios que sigan a un l¨ªder, como en el caso de los canes, sino que la naturaleza de los gatos es la de un depredador territorial. Cada felino es diferente en cuanto a su grado de aceptaci¨®n de pautas de comportamiento. Existen varios h¨¢bitos que se les puede ense?ar a trav¨¦s de la educaci¨®n. ¡°Usar el arenero, no ara?ar los muebles, responder a su nombre, no subirse a determinados muebles e, incluso en algunos casos, se les puede ense?ar a realizar peque?os trucos como ir a por la pelota o dar la pata¡±, menciona Nicol¨¢s Salmer¨®n, veterinario de la cl¨ªnica Virgen del Casta?ar, en Madrid.
Canes y felinos son dos especies muy diferentes. Tienen cerebros distintos y se adaptaron a convivir con humanos en ¨¦pocas dispares. ¡°El perro fue el primer animal domesticado, alrededor de hace 16.000 a?os, y la relaci¨®n con el gato data de unos 5.000 a?os atr¨¢s, incluso el comportamiento de los c¨¢nidos es m¨¢s gregario que el de los f¨¦lidos¡±, comenta Salmer¨®n. El veterinario tambi¨¦n aclara: ¡°Los gatos son menos sociables, m¨¢s independientes, no disfrutan del adiestramiento, aunque sean capaces de aprender, adem¨¢s de no responder bien al castigo o al refuerzo negativo¡±.
Cada gato y perro son un mundo y tienen su propia individualidad, lo que les convierte en animales que pueden ser m¨¢s o menos amorosos, m¨¢s o menos dependientes o aut¨®nomos. ¡°Los gatos, aunque no sean gregarios, eligen su casa, qui¨¦n es su mam¨¢; qui¨¦n es el jefe, al que no se debe enfadar, y a qui¨¦n pueden vacilar¡±, contin¨²a Nicol¨¢s Salmer¨®n, que aporta una met¨¢fora sobre el planteamiento vital de canes y felinos: ¡°El perro cree que su due?o es Dios y que todo lo que necesita se lo proporciona ¨¦l, mientras que el gato piensa que es Dios y para todo lo que precisa tiene a su due?o¡±.
Lo que motiva al gato en la educaci¨®n
La comida es un gran motivador para que un perro haga algo que su due?o le pide, pero para un gato no es as¨ª. ¡°La mayor¨ªa de los perros por un trocito de alimento har¨ªan aut¨¦nticas virguer¨ªas. Sin embargo, los mininos, por naturaleza, no suelen disfrutar de grandes cantidades de comida, adem¨¢s de que a la mayor¨ªa no les gustan los alimentos que no han probado con anterioridad¡±, destaca por su parte Elena Garc¨ªa, veterinaria especializada en medicina del comportamiento de Ethogroup y Vetbonds. Ella menciona otra cuesti¨®n peculiar de los felinos: ¡°Suelen ser m¨¢s activos al atardecer y por la noche, por lo que motivar a un gato a primera hora de la ma?ana para que haga algo puede ser dif¨ªcil¡±.
Es aconsejable desechar expectativas con los gatos, como conseguir que den la pata o persigan objetos para traerlos de vuelta. ¡°Conviene ense?arles ciertas normas de convivencia, partiendo de la base de que hay que adaptar el entorno al gato para que haga lo que queramos y luego premiarle con lo que m¨¢s le guste, como juego, atenci¨®n o comida¡±, asegura Garc¨ªa. Con respecto al supuesto de que el animal no haga lo que se le ense?a, aconseja premiar las conductas que sean m¨¢s similares a las que se busca y centrarse en cuestiones pr¨¢cticas como la tolerancia del gato con respecto a su asistencia al veterinario para evitar su estr¨¦s y el de las personas con las que convive. ¡°Podemos colocar una se?al, como un trapito encima de una mesa y ponerle algunos premios encima, cuando se coloque all¨ª le damos un premio, mientras le manipulamos la cara o las patas a ratos cortos, progresivamente, se incrementa el tiempo de tocarle para que se vuelva m¨¢s tolerante y el d¨ªa que tengamos que ir al veterinario, nos llevamos el trapito¡±, menciona como ejemplo la veterinaria Elena Garc¨ªa.
Aprovechar el olfato de los gatos para su educaci¨®n
Los gatos son animales muy olfativos y a trav¨¦s de este sentido se puede conseguir que desarrollen ciertos h¨¢bitos de comportamiento. ¡°Si se quiere que no vaya a un sitio, se pueden poner olores que les desagraden, como el vinagre o el lim¨®n¡±, aconseja Mar¨ªa Victoria Acha de la cl¨ªnica Lardy, en San Sebasti¨¢n. Los gatos y los muebles son un cl¨¢sico que suele crear tensi¨®n en la convivencia en casa. A los felinos les gusta colocarse en lugares elevados donde satisfacen su naturaleza depredadora de controlar su territorio. ¡°Si se quiere evitar que lo haga, se puede colocar en ese lugar una plataforma felina para que pueda trepar y la sustituya por el mueble¡±, aconseja Acha.
Lejos de lo que se suele creer, los gatos no se afilan las u?as en el mobiliario. ¡°Lo que hacen es marcar su territorio con las feromonas olfativas que tienen en las almohadillas de las patas o tambi¨¦n restriegan sus mejillas contra los objetos para conseguir el mismo efecto, adem¨¢s de que la marca visual del ara?azo ya es, en s¨ª misma, una se?al territorial entre los felinos¡±, explica la veterinaria. Ella lanza un consejo para evitarlo: ¡°Colocar un rascador para que pueda seguir satisfaciendo ese instinto en el lugar que ha elegido o usar feromonas para evitar los marcajes territoriales¡±.
Los errores habituales que se suelen cometer con los gatos a la hora de intentar potenciar ciertos comportamientos o evitar otros son elegir rascadores muy sofisticados, pero no colocarlos en el sitio de la casa adecuado, que debe ser donde el felino elija, con el fin de controlar su territorio y marcarlo visualmente. ¡°En cuanto a re?ir, gritar o castigarle con est¨ªmulos desagradables, como con un pulverizador con agua, solo provoca miedo y estr¨¦s en el animal, que puede acabar por agredir al due?o¡±, advierte la experta.
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