Con carn¨¦ de conducir, pero sin coche: los veh¨ªculos de alquiler o suscripci¨®n ya no son solo para las vacaciones
Cada vez m¨¢s ciudadanos optan por estas opciones en sus desplazamientos diarios para ahorrar costes econ¨®micos y ambientales, sobre todo en las grandes ciudades. Adem¨¢s, ser due?o de un veh¨ªculo ya no es sin¨®nimo de tener cierto estatus
Emilio L¨®pez, de 32 a?os, es uno de los muchos ciudadanos que, aun teniendo carn¨¦ de conducir, ha elegido vivir sin coche. ¡°En el tiempo que he vivido en Madrid, ya sea para desplazarme a estudiar y luego para trabajar y dem¨¢s, siempre he priorizado el transporte p¨²blico en lugar del coche y, hasta el momento, siempre me ha funcionado bien¡±. Cuando lo necesita, apuesta por servicios de alquiler o suscripci¨®n de veh¨ªculos, una opci¨®n en auge para quien busca un coche para periodos m¨¢s largos. En las grandes ciudades europeas, dotadas de una amplia red de transporte p¨²blico y donde a la dificultad para aparcar se suman las restricciones de acceso a ciertas ¨¢reas de bajas emisiones, la vida sin coche propio es una realidad cada vez m¨¢s com¨²n. De hecho, opciones como el car sharing triunfan en muchas capitales, como Madrid, en el quinto puesto en el ranking mundial de urbes donde m¨¢s se comparte veh¨ªculo. No obstante, Carlos Jes¨²s Fern¨¢ndez, profesor titular de Sociolog¨ªa en la Universidad Aut¨®noma de Madrid (UAM), distingue entre ¡°las grandes ciudades europeas y las de la mayor¨ªa del resto del mundo (pensemos en lugares como Los ?ngeles, Lagos o Delhi), en las que el veh¨ªculo a motor sigue siendo muy importante en los desplazamientos¡±.
En Espa?a, seg¨²n cifras de la Direcci¨®n General de Tr¨¢fico (DGT) relativas al a?o 2022, el parque nacional de turismos asciende a 25.222.554, una cantidad en crecimiento que demuestra que ese cambio de paradigma presente en las grandes ciudades ¨Ddonde el uso de veh¨ªculo propio no es tan imprescindible¨D no se extrapola al resto del territorio. Si bien no se alcanzan las cifras de 2019 en materia de matriculaciones, las ventas de coche en territorio espa?ol encadenan varios meses de subidas y el pasado junio se super¨®, por primera vez en dos a?os, la barrera de los 100.000 veh¨ªculos vendidos.
S¨ª existe, no obstante, un incipiente cambio de mentalidad en torno a la posesi¨®n del coche y c¨®mo este se utiliza en el d¨ªa a d¨ªa. Fern¨¢ndez alude a ello al afirmar que el autom¨®vil fue, en otra ¨¦poca, un bien de consumo fundamental en el imaginario simb¨®lico de la poblaci¨®n: ¡°Tener un coche representaba tener un cierto estatus, asociado, adem¨¢s, a una percepci¨®n de libertad de movimiento. Hoy esta percepci¨®n no tiene la misma fuerza, una vez que el coche se asocia tambi¨¦n a poluci¨®n e inconvenientes (es caro, hay atascos...)¡±.
La conciencia ambiental se cuela en el discurso de Cristina Granados, una almeriense residente en Madrid que afirma que no necesita el coche al vivir y trabajar en el centro. ¡°Aun as¨ª, si se diese el caso, me plantear¨ªa moverme en moto por un motivo de ahorro en cuanto a mantenimiento, practicidad y contaminaci¨®n¡±, asegura. Ella y su hermana Victoria, quien tampoco precisa el coche ¡°para ir al trabajo¡± ni para el ¡°d¨ªa a d¨ªa¡±, son usuarias habituales de servicios de alquiler de turismos. ¡°Suelo elegir alquiler diario y siempre para vacaciones, alg¨²n evento o plan de amigos fuera de Madrid¡±, sostiene Victoria. A la hora de decantarse por una u otra compa?¨ªa, desglosa varios factores a tener en cuenta, entre ellos ¡°el precio, el tipo de coche y el tipo de seguro que se puede elegir¡±. Su hermana Cristina a?ade el ¡°punto de recogida y entrega del veh¨ªculo¡±, algo con lo que coincide Emilio: ¡°Hay que buscar una sucursal que est¨¦ bien situada porque algunas est¨¢n muy mal comunicadas y pr¨¢cticamente tienes que ir en coche a alquilar un coche¡±.
La necesidad se convierte en elecci¨®n
Las vacaciones de verano suelen ser una ¨¦poca de ajetreo para las empresas de renting, afectadas desde la pandemia por la crisis de los microchips ¨Dque ha ocasionado la falta de flota y, con ello, el alza de los precios, disparados en algunos casos hasta un 300%¨D. Muchos usuarios se inician en el alquiler de coches precisamente cuando tienen que poner rumbo a la playa o a la monta?a. ¡°?ltimamente, en casi todos los viajes que he realizado, he alquilado un coche, los ¨²ltimos dos a?os unas cuantas veces¡±, se?ala Emilio L¨®pez, quien ha optado este 2023 por un modelo de ¡°suscripci¨®n sin permanencia¡±, en lugar del tradicional alquiler. ¡°Tienes que cumplir m¨ªnimo un mes y luego se va prorrogando mes a mes hasta que, con cierta antelaci¨®n, decides no continuar la suscripci¨®n. En mi caso, la idea es tener el coche dos meses en verano¡±, explica. Por eso, le resultaba m¨¢s rentable esta alternativa, que adem¨¢s le permite disfrutar de un coche ¡°durante un mayor periodo de tiempo y poder hacer otras cosas¡±.
Con todo, la estacionalidad estival no es tan acusada en las empresas de coches por suscripci¨®n. As¨ª lo sostiene Sa¨²l Alonso, director de marketing de Bipi, una plataforma especializada en este tipo de servicios. En su caso, afirma, no registran ¡°picos elevados de alta de servicio en ¨¦pocas como verano o Semana Santa, sino que el usuario que se suscribe a un coche lo hace por una necesidad en su d¨ªa a d¨ªa y no puntual. La demanda es constante.¡± La compa?¨ªa cuenta con 160.000 usuarios en el mundo, de los cuales hasta 110.000 se concentran en Espa?a y, de acuerdo a sus datos, sus clientes emplean el coche para ¡°actividades rutinarias¡±. En cuanto al perfil de los suscritos, Alonso a?ade que son tanto hombres como mujeres, que rondan entre los 25 y 40 a?os. ¡°Son personas que utilizan el coche para ir a trabajar, llevar a sus hijos al colegio, hacer la compra... y lo que buscan a la hora de suscribirse a Bipi es la flexibilidad que ofrece el servicio, ya que no quieren atarse a nada, como supone la compra de un veh¨ªculo¡±, puntualiza Alonso.
Aun as¨ª, no siempre se prescinde de tener coche en propiedad por elecci¨®n propia. En ocasiones, hay otros motivos que dificultan el poder hacerse con un turismo, entre ellos ¡°el precio de los nuevos autom¨®viles y el mayor coste del combustible¡± o ¡°la percepci¨®n de que un autom¨®vil es caro en su mantenimiento¡±, enumera Fern¨¢ndez. Adem¨¢s, el soci¨®logo recuerda que existen ciertas etapas vitales en las que se recurre m¨¢s al autom¨®vil: ¡°Es frecuente que familias con ni?os peque?os recurran m¨¢s al coche y opten por su compra. En todo caso, la cuesti¨®n fundamental es que el ciudadano empieza a valorar el autom¨®vil como un objeto que le puede ser rentable o no, y no tanto como algo que obligatoriamente, y por cuestiones simb¨®licas, deba poseerse¡±.
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