Joyas ¨²nicas creadas desde cero: cuando la exclusividad no la da el precio, sino el valor sentimental
Muchos clientes ya no eligen las alhajas de un cat¨¢logo cerrado, sino que participan en el proceso de producci¨®n de la pieza desde el principio hasta el final, dot¨¢ndolas de vivencias y an¨¦cdotas que luego los artesanos se encargan de plasmar: de anillos de leche materna a pendientes de la abuela con una nueva vida
¡ª ?Una estaci¨®n?
¡ª El oto?o.
¡ª ?Por qu¨¦?
¡ª Por sus rojos.
¡ª ?Y un sabor?
¡ª Melocot¨®n.
Sentadas en un sof¨¢ del lujoso Hotel Thompson de Madrid, la gem¨®loga Sara Benavente, directora creativa de su empresa hom¨®nima de alta joyer¨ªa, hace preguntas y su clienta, Alexandra, las responde. ¡°?Qu¨¦ te ha movido a querer estar hoy teniendo este encuentro conmigo?¡±, fue la primera. ¡°Creo que necesito tener una joya a la que aferrarme o sentir cerca de m¨ª cada d¨ªa, para que me gu¨ªe o me d¨¦ fuerza en determinados momentos. Me pareci¨® que una joya es algo que me puede representar much¨ªsimo¡±, respondi¨® al instante Alexandra. Ha pasado casi una hora desde entonces. Se trata del primer paso del proceso de creaci¨®n de las joyas autobiogr¨¢ficas de Sara Benavente, con el que crea desde cero, y junto a su cliente, piezas cargadas de simbolismo para que quien las lleve vea reflejada en ellas su propia identidad. De ah¨ª que pregunte por estaciones, sabores, colores, aficiones... Luego las preguntas se ponen m¨¢s profundas y deciden continuar a puerta cerrada para estar m¨¢s c¨®modas. ¡°Ahora empezamos a bucear¡±, anticipa Benavente sin perder la sonrisa. En un mes, m¨¢s o menos, esa joya autobiogr¨¢fica y ¨²nica ya estar¨¢ lista para acompa?ar a Alexandra.
Esa es la palabra clave: ¨²nica. Los clientes de Sara Benavente no eligen la joya que m¨¢s les gusta de un amplio cat¨¢logo ni se?alan ese colgante, ese anillo, esos pendientes que les llaman la atenci¨®n en un escaparate para que el vendedor los meta en una cajita y puedan llev¨¢rselos a casa. Su negocio consiste en crearlo todo a partir de la nada, empezando con esa entrevista inicial de la que parten los primeros bocetos, pasando por la selecci¨®n minuciosa de las gemas, el dise?o renderizado en 3D de la joya o el procedimiento de engaste de sus expertos artesanos, hasta llegar al momento de la entrega. ¡°Es todo emoci¨®n¡±, dice la gem¨®loga sobre ese encuentro final en el que la joya llega a su due?o.
Un mi¨¦rcoles por la tarde va a producirse ese momento. Sara ha quedado con Gonzalo, otro de sus clientes, que est¨¢ a punto de conocer el resultado final de la joya que lleva perfeccionando durante dos a?os junto a Benavente. Se trata de un colgante de turmalina para¨ªba rodeada de diamantes que va a regalar a su mujer por su 40? cumplea?os. La turmalina para¨ªba, cuyo azul verdoso recuerda a las cristalinas aguas del mar Caribe, es una de las gemas m¨¢s exclusivas que existen ¨Dsolo se extrae una por cada 10.000 diamantes¨D. Por eso han decidido quedar en un edificio con estrictas medidas de seguridad y el cliente prefiere callarse el precio final de la joya, que sin duda tiene muchas cifras. Cuando por fin abre la caja, Gonzalo emite un suspiro. ¡°Qu¨¦ bonita ha quedado¡±, sentencia. ¡°Qu¨¦ alegr¨ªa tan grande¡±, responde a su lado Benavente, que reconoce que le da pena desprenderse de la pieza. Repasan juntos los dos certificados que ella le entrega, uno sobre la propia piedra ¨Dcon informaci¨®n sobre los quilates, las medidas, el grado de color...¨D y otro sobre la pieza final, donde se define la calidad de cada detalle. ¡°Todo esto hace la diferencia entre una pieza de joyer¨ªa y una de alta joyer¨ªa¡±, defiende la gem¨®loga, que acompa?a al cliente hasta su coche como una escolta.
El concepto ¡°joyas autobiogr¨¢ficas¡± fue idea de Sara Benavente, pero la personalizaci¨®n de alhajas es una pr¨¢ctica a la que cada vez se animan m¨¢s joyeros y demandan m¨¢s clientes. Lo que buscan es producir y llevar algo exclusivo no por su precio, sino por su valor sentimental. Otro ejemplo ¨Dy m¨¢s asequible¨D es el de Celia Gayo. Todas las piezas que salen de Migayo, su peque?o taller subterr¨¢neo cerca del parque del Retiro de Madrid, cuentan historias y est¨¢n creadas a partir de una conversaci¨®n. Sentadas alrededor de una mesa camilla, iluminadas casi ¨²nicamente por la luz de un flexo, la tarde de nuestra visita conversa con Elena, que ha tra¨ªdo unos pendientes de oro blanco, rosa y amarillo de su abuela, ya fallecida. Quiere convertirlos en un anillo que cuente la historia de su abuela, de su familia, y que pueda llevar consigo en todo momento. ¡°Ella me los dio para que los usara, pero no eran mi estilo. Tampoco quer¨ªa tenerlos guardados en un caj¨®n y esto lo voy a usar, por eso decid¨ª hacerlo¡±, explica a la joyera.
A medida que pasan los minutos, la conversaci¨®n va mutando hasta convertirse casi en una sesi¨®n de terapia. ¡°Mi abuela era una persona muy creativa, siempre ten¨ªa algo en las manos, siempre estaba tejiendo, cosiendo, creando cosas. Y luego cuando falleci¨® fue muy triste y muy bonito a la vez porque de repente nos juntamos toda la familia en su casa y fue bonito ver lo que hab¨ªa creado, estar todos juntos. Era una persona que llamaba a todo el mundo. No hac¨ªa falta hablar con tu prima porque ella te lo contaba todo, era un hilo conductor¡±, relata Elena con unos ojos vidriosos que enseguida se contagian a Celia, quien va esbozando sus propuestas en un cuaderno donde toma nota de todo. Le sugiere la idea de separar los distintos oros de los pendientes y crear con ellos diferentes hilos que se van entretejiendo unos con otros, adornados con brillantitos como s¨ªmbolos de ¡°esa cosa bonita que se genera cuando se unen¡±. ¡°Puede ser bonito que el anillo te recuerde que si quieres que la familia est¨¦ unida hay que trabajarlo¡±, expone Gayo.
La joyera reconoce que estas charlas le gustan mucho porque los clientes ¨Den su inmensa mayor¨ªa clientas¨D vienen ¡°con mucha cosa dentro¡±. ¡°El a?o pasado vino una se?ora que hac¨ªa 11 a?os que se hab¨ªa divorciado y decidi¨® en ese momento hacer algo con las alianzas. De repente necesitaba materializar ese momento de cambio¡±, recuerda. Celia fundi¨® las alianzas y model¨® un nuevo anillo para dar un significado distinto a ese recuerdo. ¡°Este anillo habla de coger las riendas, de no negar el pasado ni arrepentirse de ¨¦l, de abrazar lo aprendido, agradeciendo la lecci¨®n m¨¢s importante: que ella sola puede y que no debe olvidar su brillo interior¡±, plantea sobre esta joya en su p¨¢gina web.
No siempre hace falta que el profesional se cite con el cliente para crear algo ¨²nico y personal. Candela Blasco, fundadora de la marca valenciana Candela en Rama, tambi¨¦n apuesta por las joyas a medida, pero habitualmente el contacto con sus compradores es online. ¡°Partimos de que yo les paso un formulario con una serie de preguntas para conocer por qu¨¦ han decidido hacer una joya a medida, para qui¨¦n es esa pieza, si es para ellos o es para regalar. Me hablan un poco de la persona y luego siempre les pido que me cuenten la historia que les conecta. Les digo que ah¨ª se explayen, que me cuenten todo lo posible, porque me ayudar¨¢ a crear una joya en base a su historia. Con ese primer brain storming les hago una o dos propuestas muy sencillas y ellos ya me van indicando hacia qu¨¦ lado les gustar¨ªa ir. Creamos un di¨¢logo entre los dos hasta dar con la pieza final¡±, cuenta por tel¨¦fono. El d¨ªa de su boda, por ejemplo, ide¨® para ella misma unos pendientes que mezclaban granos de arroz de verdad y de oro a partir de joyas de su abuela: ¡°Nos casamos en un entorno natural y nos prohibieron tirar arroz, as¨ª que dije: ¡®Bueno, pues si no me lo pueden tirar me lo pongo yo¡±.
Cristina Pedroche tampoco se lleg¨® a encontrar personalmente con Bel¨¦n Mozas cuando le solicit¨® el anillo de leche materna del que tanto presume en sus redes sociales. ¡°Es un solitario de oro blanco, con un coraz¨®n en el centro ¨Dque porta la leche materna de Pedroche¨D y dos diamantitos a los lados¡±, especifica su creadora v¨ªa telef¨®nica. Desde que la presentadora y colaboradora de televisi¨®n mencion¨® la marca de Mozas, Morir de Amor Jewels, en su cuenta de Instagram, donde acumula tres millones de seguidores, el bum de clientes ¡°ha sido una locura¡±, seg¨²n relata desde su casa/taller a las afueras de Madrid. ¡°Inauguramos la web un domingo y en una semana entraron casi 100 pedidos, as¨ª que ahora mismo estoy durmiendo dos horas al d¨ªa¡±, cuenta ri¨¦ndose. Los anillos con leche materna, que cuestan de 120 euros ¡°hasta lo que te quieras gastar¡±, dependiendo de su complejidad, son, como ella misma anuncia en su web, ¡°la joya de la corona¡±. Pero tambi¨¦n elabora piezas con las cenizas de seres queridos o con pelo. ¡°Todo es susceptible de convertirse en joya¡±, confirma. La marca naci¨® a ra¨ªz de la pandemia, despu¨¦s de perder a su abuela: ¡°Como muri¨® de covid no pude acceder a las cenizas, as¨ª que cog¨ª su pa?uelo favorito y me hice una medalla con el pa?uelo dentro y su inicial¡±.
Al final, como dice Mozas, son joyas que tienen valor m¨¢s all¨¢ del econ¨®mico. ¡°S¨¦ que hay gente que no se puede permitir mis precios, y otros que s¨ª que prefieren comprarse la nueva pulsera de Balenciaga, que es un celo gigante que vale 3.000 pavos. Pero creo que para una madre para la que su lactancia ha sido superimportante, da igual el valor econ¨®mico. O si tu mejor amigo se va a casar y le puedes hacer una pieza para el ramo de novia con los recuerdos de sus abuelos, es que eso no tiene competencia¡±, considera. Igual que pasa con las personas, en estos casos no hay dos joyas iguales.
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