El misionero, el 69, a lo perrito... ?A m¨¢s posturas mejor sexo?
La coreograf¨ªa de una relaci¨®n sexual tiene mucho que ver con la calidad de la misma, pero ejecutar el ¡®Kamasutra¡¯ completo no siempre asegura el ¨¦xito, sin olvidar que lo que funciona con algunos amantes puede ser un desastre con otros y que si solo estamos preocupados por nuestro desempe?o fracasaremos
La manera en que colocamos nuestro cuerpo es importante en la vida, ya que refleja nuestra personalidad, actitud y estado de ¨¢nimo. De igual manera, y debido a la profunda relaci¨®n cuerpo-mente, nuestra disposici¨®n tambi¨¦n puede variar si alteramos nuestra postura. Traduciendo esto a la dimensi¨®n sexual, se puede sospechar que la colocaci¨®n que adoptamos durante el sexo supone mucho m¨¢s que una mera ubicaci¨®n corporal e implica una cierta actitud, personaje o misi¨®n a desempe?ar. La elecci¨®n de determinadas posturas y la secuencia en la que se realizan puede decir mucho de lo que pasa por la cabeza de sus ejecutantes, de su nivel de pasi¨®n o de la relaci¨®n que hay entre ellos.
A todo esto, hay que a?adir la enorme carga simb¨®lica, cultural y religiosa que cada acoplamiento sexual se ha forjado a lo largo de la historia. Si alguien nos dice que quiere hacer ¡°un 69¡å, postura en la que la diferencia de altura de los practicantes puede derivar en una torticolis o una lumbalgia, inmediatamente interpretamos que esa persona entiende, disfruta y experimenta con el sexo. Y si queremos provocar a alguien mediante un mensaje de texto, jam¨¢s elegir¨ªamos el emoticono del misionero (suponiendo que existiera), ya que, aunque esta postura puede ser muy gratificante y tiene variantes mucho m¨¢s rebeldes y trasgresoras, siempre tendr¨¢ que cargar con el estigma de estar asociada a la iglesia. De ser la ¨²nica aprobada por las autoridades eclesi¨¢sticas cuando el fin de la sexualidad era la procreaci¨®n.
¡°Nuestro repertorio de posturas no deber¨ªa depender de las modas ni de lo que hemos visto en el porno, sino de nuestras preferencias personales¡±, se?ala Sonia Bedate, fisioterapeuta especializada en suelo p¨¦lvico, oste¨®pata y sex¨®loga, con consulta en M¨¦rida y Almendralejo (Badajoz). ¡°El mejor entrenamiento para el suelo p¨¦lvico, tanto en la mujer como en el hombre, es la relaci¨®n sexual, y si hay variedad en las posiciones y en las pr¨¢cticas, pues mejor que mejor, porque se estar¨¢n trabajando los diversos tipos de m¨²sculos; la lubricaci¨®n, necesaria en las relaciones coitales, y se estimular¨¢ la vascularizaci¨®n de la zona¡±, comenta la experta. Ya hay estudios cient¨ªficos que demuestran que un suelo p¨¦lvico tonificado tiene una relaci¨®n directa con la respuesta sexual, con la excitaci¨®n, el orgasmo, la erecci¨®n y la eyaculaci¨®n, seg¨²n apunta: ¡°Adem¨¢s, durante el cl¨ªmax se producen unas contracciones involuntarias que son un gran entrenamiento para toda la musculatura de la zona¡±.
Dicho lo anterior, queda claro que una gimnasia m¨¢s variada har¨¢ trabajar m¨¢s grupos de m¨²sculos, lo que repercutir¨¢ en un mantenimiento integral de la zona. Sin embargo, y en opini¨®n de Bedate, uno no debe obsesionarse con el hecho de hacer un mont¨®n de posturas o ejecutar determinados movimientos. ¡°Lo principal en una relaci¨®n es dejarse llevar, permitirse perder el control, y eso es justamente lo contrario a estar atareado ejecutando determinadas performances¡±, recuerda la fisioterapeuta especializada en suelo p¨¦lvico.
La dif¨ªcil y aparentemente contradictoria ecuaci¨®n de abandono y pericia que controlan los buenos amantes se debe, sobre todo, al autoconocimiento, a la experiencia y al sentirse seguro y a gusto con el otro. ¡°En principio, parece imposible abandonarse y hacer al mismo tiempo. Sin embargo, esto se consigue con conocimiento del cuerpo y la respuesta sexual¡±, considera Bedate. ¡°De esta manera, se parte de la relajaci¨®n para llegar a la excitaci¨®n. Pero si estamos preocupados de nuestro desempe?o, o creemos que hay que realizar muchas posturas para tener una buena relaci¨®n sexual, fracasaremos. Y tampoco hay una postura mejor que otra. Todas son v¨¢lidas en un momento dado¡±, asegura. Para Bedate, tampoco hay que quedarse con un repertorio fijo porque nos hayamos acostumbrado a esa secuencia y sepamos que as¨ª llegamos al orgasmo. ¡°Lo bueno es variar. En general, yo le dir¨ªa a los m¨¢s j¨®venes que no hay que emular a los actores porno, que la relaci¨®n sexual no es una yincana, y les aconsejar¨ªa centrarse m¨¢s en la sensualidad y el erotismo, y no tanto en la mec¨¢nica del sexo. A los m¨¢s mayores, sin embargo, les invitar¨ªa a ser m¨¢s aventureros y tomar otras rutas, aunque no siempre nos lleven a rincones id¨ªlicos¡±, subraya.
Cuando la coreograf¨ªa llega por s¨ª sola
Para Francisca Molero, ginec¨®loga, sex¨®loga, directora del Instituto Iberoamericano de Sexolog¨ªa y presidenta de la Federaci¨®n Espa?ola de Sociedades de Sexolog¨ªa, lo que m¨¢s influye en la coreograf¨ªa er¨®tica es la vivencia de la sexualidad: ¡°Es decir, las personas que disfrutan del sexo, que se dejan llevar y que mantienen una buena relaci¨®n de confianza y afecto con el otro son las que m¨¢s posturas realizan. Pero, adem¨¢s, lo hacen de una manera natural, autom¨¢tica, fruto de que los dos est¨¢n a gusto con su propio cuerpo y con el del otro¡±, explica. Este tipo de individuos, dice, son los que mantienen un repertorio m¨¢s variado, con excepci¨®n de los que, por causas f¨ªsicas, no gozan de tanta movilidad o los que han pasado por alguna enfermedad. ¡°Es el caso, por ejemplo, de las mujeres que han sufrido c¨¢ncer de mama y evitan ciertas posturas (por ejemplo, la de estar ella encima), porque se sienten m¨¢s expuestas¡±, afirma.
Cuando no se goza de esta complicidad, la mayor parte de la gente es cauta y entona el ¡°m¨¢s vale lo malo conocido, que lo bueno por conocer¡±. En palabras de Molero, ¡°esto se hace porque si sale bien, el sexo es un refuerzo muy potente; pero si sale mal, es algo muy decepcionante. As¨ª que prefieren no arriesgar, aunque se est¨¦n perdiendo nuevas sensaciones y aprendizajes¡±. De esta manera, el repertorio se reduce a una serie de posiciones que casi nunca llegan a la decena.
El misionero, a pesar de su castrante pasado, es una de las posturas preferidas porque, aunque la mujer tiene la movilidad m¨¢s reducida, como sostiene Molero, ¡°es una de las posturas donde hay m¨¢s contacto e intimidad¡±. Si tuvi¨¦ramos que elegir una postura sexual que sea tendencia, seguramente ser¨ªa la que los ingleses llaman doggy style (estilo perrito), la que utiliza el reino animal ¨Da excepci¨®n de los chimpanc¨¦s y los bonobos, que tienen la habilidad humana de copular cara a cara¨D. Esto es, en parte, por el protagonismo que el trasero ha cobrado en los ¨²ltimos tiempos como elemento sexual y porque, como apunta Sonia Bedate, ¡°las coreograf¨ªas y bailes de las cantantes de moda apuntan en esa direcci¨®n¡±.
¡°Los sex¨®logos siempre hablamos de que la penetraci¨®n no lo es todo y que hay que evitar que las relaciones sexuales giren en torno al coito¡±, apunta Francisca Molero, ¡°pero hay tambi¨¦n un enorme placer en ese momento de mayor intimidad, en el que dos personas consiguen un acople corporal¡±. Probablemente, seg¨²n ella, es un placer que tiene mucho de psicol¨®gico y de emocional. Pero, adem¨¢s, la penetraci¨®n por detr¨¢s, que siempre es m¨¢s profunda, conecta con la idea de que se pueden conseguir orgasmos vaginales a trav¨¦s de la estimulaci¨®n del c¨¦rvix, por la v¨ªa del nervio vago. ¡°A muchas mujeres les gusta explorar la sensaci¨®n de la penetraci¨®n profunda, que puede ser una mezcla de dolor y placer. Es curioso que cuando se habla del empotrador, la gente asocia el hecho de empotrar a la postura de pie, una de las m¨¢s dif¨ªciles, aunque en la gran pantalla parezca coser y cantar¡±.
Posturas que funcionan con algunos amantes, son un desastre con otros porque hay que tener en cuenta, adem¨¢s, el gran poder evocador de determinados posicionamientos corporales, como el caso de la secuencia del hombre sentado y la mujer encima, que puede recordar a los inicios sexuales en un utilitario. ¡°Es una postura que se relaciona mucho con la trasgresi¨®n y que rememora muchas emociones. Muchas parejas la utilizan cuando quieren revivir su vida sexual¡±, opina Molero.
En el fondo, y en la superficie, el sexo se asemeja mucho al baile. Uno puede saber muchos pasos, y ejecutarlos a la perfecci¨®n, pero lo que define a un buen bailar¨ªn son los breves momentos en los que est¨¢ parado, es el flow, es ese reloj que corre m¨¢s lentamente y que le permite moverse sin prisas, sin miedo a no llegar a tiempo, porque el tiempo no corre para ¨¦l.
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