Christian Louboutin: ¡°Llevo 30 a?os haciendo zapatos de tac¨®n para hombres. La moda sin g¨¦nero no es algo nuevo para m¨ª¡±
El dise?ador franc¨¦s, uno de los zapateros m¨¢s famosos del mundo, celebra tres d¨¦cadas de carrera con ¡®L¡¯Exhibition(niste) Chapter II¡¯, una monumental exposici¨®n retrospectiva sobre su obra que se acaba de inaugurar en M¨®naco
Christian Louboutin lleva toda su vida fascinado con dos cosas: los zapatos y los peces. A mediados de la d¨¦cada de los ochenta, cuando estaba dando sus primeros pasos como zapatero, uni¨® esas dos pasiones en una original creaci¨®n: un par de tacones recubiertos con aut¨¦ntica piel de salm¨®n ¡ªescamas incluidas¡ª y hojas de aluminio. Los bautiz¨® Alu Saumon. ¡°Parec¨ªa una buena idea, pero no result¨® como esperaba¡±, reconoce monsieur Louboutin (Par¨ªs, 58 a?os) en conversaci¨®n con EL PA?S en el Grimaldi Forum de M¨®naco, donde acaba de inaugurar L¡¯Exhibition(niste) Chapter II, una exposici¨®n monumental en la que recorre su vida, su obra, sus clientes famosos y sus infinitas fuentes de inspiraci¨®n. Ha cumplido tres d¨¦cadas de ¨¦xito y para celebrarlo ha preparado esta retrospectiva sin precedentes: m¨¢s de 350 dise?os expuestos en un espacio de 2.000 metros cuadrados, donde han intervenido amigos como el artista pop brit¨¢nico Allen Jones, el director de cine David Lynch o la bailarina Dita Von Teese.
El recorrido comienza exactamente en el punto en el que Louboutin empez¨® a esbozar sus creaciones: un cartel que reza ¡°Prohibido llevar tacones¡±, ilustrado con la silueta de un stiletto de aguja imposible. ¡°Ese letrero estaba colocado en la entrada del antiguo Museo de Artes de ?frica y Ocean¨ªa de Par¨ªs, al lado de la casa donde me cri¨¦. Pasaba todos los d¨ªas por all¨ª cuando iba a la escuela. En esa ¨¦poca, los a?os setenta, nadie llevaba ese tipo de tac¨®n. Sab¨ªa que era un zapato, pero era un zapato que no hab¨ªa visto nunca en la calle. Entonces, con 12 a?os, entend¨ª que todo comienza con un dibujo. Y as¨ª empec¨¦¡±, explica el dise?ador mientras ejerce de gu¨ªa por la muestra.
Louboutin nunca m¨¢s dej¨® de dibujar stilettos, salones, botines y botas. Trabaj¨® para Charles Jourdan, entonces zapatero de la maison Dior; fue asistente del tambi¨¦n dise?ador de calzado Roger Vivier; y en 1992 lanz¨® su propia marca. Hoy tiene una firma con identidad propia ¡ªsus suelas rojas son inconfundibles¡ª, m¨¢s de 160 tiendas y una alianza estrat¨¦gica con Mytheresa, la plataforma alemana de venta online de lujo, con la que vende sus creaciones en todo el mundo. Adem¨¢s, Louboutin y Mytheresa, patrocinadora de la exposici¨®n, acaban de lanzar una colecci¨®n c¨¢psula para el verano que reinterpreta 24 cl¨¢sicos de la casa zapatera.
PREGUNTA. Esta muestra es la consagraci¨®n del zapato como objeto de deseo. ?Qu¨¦ relaci¨®n hay entre sus creaciones y el fetichismo?
RESPUESTA. Todo objeto de deseo est¨¢ relacionado con el fetichismo. La gente confunde fetichismo con bondage. Pero se puede sentir devoci¨®n por cualquier cosa. Hay un libro precioso de Orhan Pamuk sobre un hombre que colecciona todo lo relacionado con la mujer a la que ama: desde colillas de cigarrillo hasta pendientes. Despu¨¦s de leer El museo de la inocencia entend¨ª c¨®mo funciona el fetichismo. Pero es verdad que el zapato tambi¨¦n tiene una connotaci¨®n sexual. Una vez, una sex¨®loga me pregunt¨® si consideraba que el tac¨®n tiene una forma f¨¢lica y le respond¨ª que no, que es mucho m¨¢s peque?o y fino que un falo [risas]. Pero reconozco que es un elemento sexual. Esta sex¨®loga me explic¨® que el pie sobre un tac¨®n forma un arco que, inconscientemente, nos remite a la posici¨®n de la mujer cuando est¨¢ llegando al orgasmo. El pie est¨¢ en una postura de tensi¨®n que emula ese instante.
P. Ahora se habla mucho de la moda sin g¨¦nero. ?Qu¨¦ opini¨®n le merece el concepto?
R. Llevo 30 a?os haciendo zapatos de tac¨®n para las mujeres¡ y los hombres. Desde el principio, desde que comenc¨¦, he tenido muchos clientes hombres que vienen a mi tienda a comprar tacones para ellos. La moda sin g¨¦nero no es algo nuevo para m¨ª. Hemos estudiado el fen¨®meno y hemos comprobado que las mujeres se llevan las tallas m¨¢s peque?as, mientras que ellos se llevan las m¨¢s grandes. Por eso tenemos una colecci¨®n exclusiva de tallas grandes: desde el n¨²mero 44 hasta el 46. As¨ª cubrimos las necesidades de hombres y mujeres de todo tipo, de personas de todos los g¨¦neros. El hecho de ser due?os de nuestras propias tiendas nos permite conocer ¨ªntimamente a nuestros clientes.
Carolina de M¨®naco fue una de las primeras clientas de Louboutin, a comienzos de la d¨¦cada de 1990. La princesa inaugur¨® el pasado fin de semana L¡¯Exhibition(niste) Chapter II en el Grimaldi Forum, donde en a?os anteriores se realizaron retrospectivas de artistas como Francis Bacon, Salvador Dal¨ª o Alberto Giacometti. La muestra es una continuaci¨®n de aquella que el zapatero present¨® en 2020 en el Palais de la Porte Dor¨¦e de Par¨ªs, pero aporta nuevas piezas y un giro con el que celebra su amistad con el principado monegasco y con la hija mayor de Grace Kelly. ¡°Cuando la conoc¨ª, ella ya era una personalidad muy importante en Par¨ªs. Dos amigos la trajeron a mi primera tienda, en la calle Jean-Jacques Rousseau. Vino un par de veces y yo no estaba. Finalmente, cuando coincidimos, me encontr¨¦ con una persona amable, f¨¢cil de tratar, divertida y bromista. Desde el principio tuvimos una conexi¨®n muy fuerte¡±, recuerda ahora.
En abril de 1995, la princesa luci¨® unos louboutin color rosa con una flor warholiana como aplique en el Baile de la Rosa. Era el ic¨®nico modelo Pens¨¦e. La imagen de Carolina con un vestido de Chanel y esos zapatos dio la vuelta al mundo y catapult¨® al dise?ador al olimpo de la moda. En L¡¯Exhibition(niste) Chapter II hay muchos gui?os a M¨®naco: desde aquellos salones ¡ª¡±Nos los ha prestado¡±¡ª hasta unas sandalias de cuero lam¨¦ creadas por Louboutin exclusivamente para la hermana de Alberto II e inspiradas en unas que sol¨ªa llevar la princesa Grace. Adem¨¢s, hay tocados originales de la bailarina Jos¨¦phine Baker, cedidos por el Nuevo Museo Nacional de M¨®naco; fotograf¨ªas y pinturas de Andy Warhol; desnudos de Helmut Newton; y maquetas de escenograf¨ªas de Visconti.
Pero su conexi¨®n con el peque?o principado comenz¨® mucho antes que su relaci¨®n y colaboraci¨®n con la princesa Carolina. ¡°La primera vez que visit¨¦ al sur de Francia yo era casi un adolescente. Mi hermana mayor y yo hicimos una parada en M¨®naco. Ella quer¨ªa ver el Casino, el palacio¡ los sitios t¨ªpicos. Yo solo quer¨ªa ver una cosa: el Museo Oceonogr¨¢fico. Y fue lo primero que hice. ?Ya te coment¨¦ que siempre me han obsesionado los peces?¡±, dice el dise?ador entre risas. Aquella visita a Montecarlo pudo ser la g¨¦nesis de los Alu Saumon, los tacones recubiertos con piel de salm¨®n que cre¨® en 1986.
La retrospectiva va m¨¢s all¨¢ y aborda todas sus etapas creativas y todas las fuentes de las que bebe. Son 14 secciones, en las que Louboutin lleva de la mano al visitante por sus universos reales, imaginarios y, por momentos, surrealistas: sus comienzos como zapatero, el teatro y el cine, el arte, la porcelana de Wedgwood, el estampado chintz, el fetichismo o el mundo pop. Tambi¨¦n hace muchas referencias a Espa?a: desde un paso de Semana Santa realizado para esta muestra por los artesanos sevillanos de Villarreal Orfebrer¨ªa ¡ª¡±Cuando estuve en Sevilla, me enamor¨¦ de su trabajo¡±¡ª hasta una fotograf¨ªa de Carla Bruni, sobre unos louboutin, subiendo las escaleras del palacio de la Zarzuela junto a la reina Letizia ¡ª¡±Esta imagen no pod¨ªa faltar¡±¡ª, pasando por los legendarios zapatos modelo Toro, que present¨® en la colecci¨®n oto?o/invierno de 1995.
La apertura de exhibici¨®n en pleno mes de julio parece una decisi¨®n arriesgada, pero tiene su l¨®gica. M¨®naco est¨¢ colmado de turistas de todo el mundo en estas fechas. Las calles alrededor del Grimaldi Forum son un hervidero de compradores de lujo y coches de alta gama. ¡°Definitivamente, tras la pandemia, la gente est¨¢ con muchas ganas de comunicarse, de juntarse, de viajar, de disfrutar, de tener cenas y fiestas. Creo que todos valoramos m¨¢s que nunca el sentido de comunidad, amistad y familia¡±, reflexiona el zapatero.
P. ?Y c¨®mo le afect¨® a usted la pandemia?
R. Desde el principio supe que iba a durar mucho tiempo. Y no estaba asustado. Tengo la filosof¨ªa de seguir la corriente. Me adapto f¨¢cilmente a los cambios. En marzo de 2020, me fui con mi familia a mi casa en Portugal, junto al mar. Nos mudamos all¨ª. Tengo varios olivos. As¨ª que me dediqu¨¦ a limpiar los ¨¢rboles y a quitar las malas hierbas, mientras en mi tel¨¦fono m¨®vil saltaban las alarmas de citas en Par¨ªs, M¨®naco o Qatar a las que no iba a poder asistir. Fui un privilegiado, no puedo quejarme. Lo pas¨¦ en una casa preciosa y con mis seres queridos.
P. Desde hace m¨¢s de 15 a?os tiene una alianza con la plataforma de venta online de lujo Mytheresa. Gracias a ella, ha podido seguir vendiendo sus zapatos incluso en el confinamiento, cuando sus tiendas estaban cerradas. ?Fue un visionario?
R. No, tengo una compa?¨ªa muy bien organizada y yo no soy el que la organiza [risas]. En estos dos a?os y pico de pandemia hemos visto un impresionante bum de las ventas online. Los primeros meses de la covid-19 fueron dif¨ªciles, sobre todo marzo y abril de 2020. Pero ese mismo verano las compras por internet empezaron a dispararse. Afortunadamente, no hemos tenido problemas con nuestra cadena de proveedores porque no utilizamos materias primas de China. Las marcas que dependen del sector productivo chino han sufrido mucho, pero no es nuestro caso.
P. ?Ahora percibe una mayor demanda de lujo?
R. Definitivamente.
P. ?Qu¨¦ es el lujo para usted?
R. Tiempo, tiempo y m¨¢s tiempo. Tambi¨¦n, espacio y libertad.
P. Entonces, no ha bajado el ritmo tras la pandemia¡
R. No, he vuelto al mismo ritmo, incluso m¨¢s fuerte. Durante la pandemia todos dijimos que ¨ªbamos a cambiar, pero era mentira. Ahora hay un mayor frenes¨ª por vivir y no perderse nada. En ese sentido, estamos peor que antes.
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