Roberto Verino: ¡°No voy a dejar este oficio. Me dejar¨¢ ¨¦l a m¨ª, pero porque me vaya con los pies por delante¡±

¡°Estas 40 piezas, una por cada a?o, son solo una parte del material. Hemos guardado mucho, porque espero hacer otra exposici¨®n para celebrar los 80 a?os de la marca¡±, dice ilusionado Manuel Roberto Mari?o (Ver¨ªn, Ourense, 77 a?os). 40 fotograf¨ªas y las reinterpretaciones de varios alumnos de la escuela de dise?o IED conforman la muestra 40+1, una exhibici¨®n itinerante que aterriza en Madrid, en el Fern¨¢n G¨®mez Centro Cultural de la Villa (del 17 de marzo al 9 de abril), para celebrar las primeras cuatro d¨¦cadas de su firma, Roberto Verino. Antes estuvo en Ver¨ªn (Orense), Burgos o Santiago y despu¨¦s partir¨¢ hacia Valencia, Santander, Bilbao, Sevilla y Barcelona. Im¨¢genes que repasan el recorrido de la ense?a desde 1982, plasmado en retratos de modelos como Christy Turlington, Olatz, Helena Christensen o Nieves ?lvarez, fotografiadas por nombres como Eloy Lozano, Paco Navarro o Jacques Olivar.

Una revisi¨®n del legado que impone pararse a reflexionar, algo que Mari?o hace con el entusiasmo del primer d¨ªa: ¡°No voy a dejar este oficio. Me dejar¨¢ ¨¦l a m¨ª, pero porque me vaya con los pies por delante¡±, sentencia durante la entrevista con EL PA?S. Se declara enamorado de su trabajo: ¡°Lo que hago me gusta, por lo tanto, no me importa volver a hacerlo una y otra vez, porque entiendo que es lo m¨ªnimo que me tengo que exigir. Me puedo considerar una persona afortunada¡±. A la contra del sector, sus propuestas siempre han buscado permanecer en el guardarropa a largo plazo, con dise?os atemporales, buenos cortes y materiales de calidad. ¡°M¨¢s que la tendencia, siempre he buscado la funcionalidad. Que los consumidores se sientan bien, que me parece que es algo que hay que poner en valor; apoyarles en el d¨ªa a d¨ªa para que sean un poquito m¨¢s felices cuando el espejo les refleje la imagen que quieren transmitir. Porque seguir las tendencias de forma obsesiva, a mi juicio, es un error. Terrible tanto para quien las sigue como para quien las impone, porque haces que las personas nunca est¨¦n contentas consigo mismas¡±.

Un enfoque que, unido a su empe?o en producir localmente, le ha valido buenas discusiones a lo largo de los a?os con los responsables de las finanzas. Porque cuando la competencia deslocaliz¨® la producci¨®n para abaratar costes, Verino quiso continuar fabricando en la zona. Esa hab¨ªa sido la meta que le impuls¨® a abrir su propia compa?¨ªa, tras haber trabajado en Par¨ªs. ¡°Loco¡¯ ha sido lo m¨¢s fino que me han llamado, pero esa fue mi cabezoner¨ªa. Desarrollar esto en mi entorno, para que la gente del valle de Monterrei no se tuviera que marchar fuera a trabajar si era posible. Si hubiera desarrollado todo esto en otro contexto m¨¢s favorable, seguramente hubiera crecido m¨¢s. Pero a m¨ª lo que me ilusionaba era generar empleo donde viv¨ªa mi familia¡±.

Crecer por crecer nunca ha estado entre sus prioridades: ¡°Las cosas que valen la pena no se miden en dinero. ?Va en contra de mis intereses? Bueno, depende. Solo si crees que mis intereses son los resultados econ¨®micos. Obviamente, son importantes, esto es una empresa, pero yo siempre he buscado que las personas me valoraran y me quisieran, m¨¢s que el que me dejaran dinero en caja. Nunca he pensado que eso fuera lo primero, sino consecuencia de hacer bien el trabajo. Porque tampoco pretendo vestir a una inmensa mayor¨ªa, sino ofrecer lo mejor que pueda cada temporada, piezas que se sumen a las que el consumidor ya tiene¡±. Dar forma a un concepto que el creativo ha bautizado como ¡°armario emocional¡±, una colecci¨®n de piezas que duran en el tiempo y que hablan de momentos y recuerdos. Atemporalidad, cercan¨ªa o enamorar al consumidor: conceptos en boga en la industria hoy, pero tremendamente anacr¨®nicos hace cuatro d¨¦cadas.

El suyo no ha sido un ¨¦xito individual, como no lo es casi ninguno, pero, a diferencia de lo habitual, Verino se empe?a en se?alarlo en cada una de sus respuestas. Lo comparte con sus m¨¢s de 400 empleados directos (1.400, sumando a los colaboradores habituales): ¡°Son equipos completamente comprometidos e ilusionados. Esto es un engranaje que funciona porque todo est¨¢ engrasado y sin los equipos yo no ser¨ªa nada, ser¨ªa una poquita cosa¡±. Quiz¨¢ Roberto Mari?o no estar¨¢ para la celebraci¨®n de los siguientes 40 a?os, pero s¨ª estar¨¢ la ense?a, predice: ¡°Yo me morir¨¦, como todos, porque si no no entrar¨ªamos aqu¨ª, pero por eso lo importante es el equipo y la marca, que va a seguir porque es una marca querida, con un discurso aut¨¦ntico y rotundo¡±.

No ha sido un a?o f¨¢cil para el dise?ador. El pasado mes de julio falleci¨® su hija Cristina Mari?o a los 52 a?os, llamada a continuar con el negocio: ¡°Mi hija Cristina se encargaba de la comunicaci¨®n y el marketing y Dora [Casal, directora ejecutiva], de la gesti¨®n. Hab¨ªa una trilog¨ªa y yo solo ten¨ªa que ocuparme del dise?o, pero ahora nos hemos dividido la tarea de Cristina¡±. Ella le mira sonriente a todas horas desde una imagen en el m¨®vil: ¡°Me ayuda a entender que no puedo quedarme lamentando. Est¨¢ conmigo, anim¨¢ndome a que no me rinda y a que me multiplique si hace falta¡±. ?l lo hace intensamente: ¡°Lo importante es disfrutar de lo que haces y yo soy feliz haciendo mi trabajo porque entiendo que hago felices a muchas personas y ellas me lo agradecen siendo fieles cada temporada. Desde mis primeras clientas, y ahora sus hijas o sus nietas¡±.

El cliente es su rey y as¨ª se lo dijo al propio Felipe VI en un encuentro en Oviedo. ¡°Fue en una de esas conversaciones que te salen, que te lo ponen en bandeja¡±, bromea, ¡°pero es verdad, al cliente le debo toda mi lealtad y todo mi esfuerzo. Y no me contento con eso porque no soy taca?o ni conformista¡±. Quiz¨¢ as¨ª explique, en parte, la gran fidelidad que le brindan. ¡°Ahora miro hacia atr¨¢s y los 40 a?os son un soplo. Pero tambi¨¦n te das cuenta del esfuerzo que hemos hecho, de la ilusi¨®n que hemos tenido, de la energ¨ªa. De lo importante que fue montar una empresa textil en un entorno rural, sin ninguna tradici¨®n ni industrial ni de moda. Es el triunfo de la voluntad. Y todo eso ahora lo ves reflejado y dices: ¡®?Caray, qu¨¦ bonito!¡¯. Qu¨¦ recuerdos m¨¢s maravillosos y qu¨¦ magia. Porque a la larga uno se acuerda sobre todo de las cosas buenas¡±.