El acto humano de vestirse: la pasarela de Mil¨¢n encuentra alivio en lo cotidiano
La segunda colecci¨®n de Sabato de Sarno en Gucci, la costura de cavernas en el desfile de Marni, la idea del abrigo protector en las propuestas de Ferragamo y Jil Sander o la visi¨®n sensual de Dolce & Gabbana, todo lo que ha dado de s¨ª la segunda parte de la semana de la moda italiana
Encontrar lo extraordinario en lo ordinario es una tarea complicada, pues no solo exige esfuerzo sino tambi¨¦n mucha paciencia y una visi¨®n sutil a la que, a veces, es dif¨ªcil hacer hueco en un mundo que se rige por el impacto y la viralidad desenfrenada. Pues justo esto es lo que ha decidido hacer Sabato de Sarno al frente de Gucci. Tomarse las cosas con calma, construir poco a poco una nueva imagen para la centenaria marca italiana que la sacuda del anterior maximalismo, pero que contin¨²e al mismo tiempo en l¨ªnea con el ADN de Gucci.
¡°Esta es mi manera de so?ar, sin prisas, visualizando y estratificando aspiraciones como si fueran los ladrillos de una casa. En mi moda, como en mis sue?os, el ejercicio es el mismo. Mirar los detalles muy de cerca, antes de sentirse libre de retroceder en busca de una perspectiva m¨¢s amplia. Capturar lo extraordinario donde se espera lo ordinario¡±, dec¨ªan las notas que acompa?aban al desfile que el viernes 23 de febrero present¨® en Mil¨¢n, la segunda colecci¨®n del dise?ador napolitano para la casa romana.
No tiene prisa De Sarno por llegar a donde se le espera y, a pesar de que los impacientes exijan ya una propuesta rematada, ¨¦l parece encontrarse c¨®modo en lo inacabado, en el trabajo en construcci¨®n. As¨ª esta vez present¨® una colecci¨®n algo m¨¢s enriquecida que la anterior, con apliques y brillos en abrigos, quiz¨¢s las piezas con las que m¨¢s disfruta el dise?ador (¡°hacer un abrigo es un acto de artesan¨ªa, un s¨ªmbolo de la cultura de la t¨¦cnica¡±), vestidos lenceros de encaje, cortado y reconstruido que contrastaba con los tejidos recios de americanas y chaquetones marineros en las que mezcla lanas con otras fibras m¨¢s modernas. Los colores tambi¨¦n juegan a la contraposici¨®n: negro, verde loden, marr¨®n y su granate ancora, el color que cre¨® para redefinir esta nueva etapa de Gucci, alternan con tonos pastel, amarillos, azules y c¨¢mel.
El dise?ador, fichado por Kering desde Valentino, donde era la mano derecha de Pier Paolo Piccioli, sabe bien c¨®mo crear piezas ic¨®nicas y a eso juega tambi¨¦n. Mientras mantiene la sobriedad y la paciencia en la colecci¨®n, lanza un mocas¨ªn horsebit, zapato emblema de la casa que acaba de cumplir 70 a?os, con tac¨®n alt¨ªsimo y plataforma en azul cielo: se pueden escuchar los suspiros de deseo desde aqu¨ª. Ya lanz¨® un aviso a navegantes en la entrevista que concedi¨® a los medios de Cond¨¦ Nast: ¡°No soy un cantante ni un actor que se ha vuelto director creativo. Llevo dise?ando 20 a?os. S¨¦ manipular la ropa, la cambio y la modifico, la invento. Han elegido a alguien que sabe hacer este trabajo, te guste o no es otra historia, pero ten por seguro que s¨¦ lo que me hago¡±.
Si la primera parte de esta edici¨®n de la semana de la moda de Mil¨¢n se agarraba a las subculturas para utilizar la ropa como subversi¨®n y oposici¨®n a un sistema que hace aguas, en esta segunda parte ha sido la cotidianidad, o el mero hecho de vestirse, ese privilegio, lo que los dise?adores han utilizado como posicionamiento. Al mismo tiempo, y como apunta la periodista Vanessa Friedman, comienza a percibirse un cambio de tendencia en la est¨¦tica predominante. El lujo silencioso, quiz¨¢s, ha sido ya demasiado silencioso para un contexto que justamente demanda voz.
En el polo opuesto a la est¨¦tica discreta del dinero viejo se encuentra la propuesta de Francesco Risso en Marni, marca que fue siempre ep¨ªtome de moda intelectual y elitista. Ya no. No bajo el mando de Renzo Rosso, quiz¨¢s el propietario m¨¢s revolucionario de un grupo de moda, responsable tambi¨¦n del renacer de Galliano y del show m¨¢s comentado de los ¨²ltimos a?os, el que el dise?ador de Gibraltar present¨® en la alta costura de Par¨ªs. Risso tiene aqu¨ª v¨ªa libre para desarrollar su propuesta: en una cueva empapelada de blanco para evitar cualquier referencia, el dise?ador mostr¨® una colecci¨®n que hablaba del renacer, de empezar de cero. Para ello, los looks se concretaban en lo que algunos han dado en llamar ¡°costura de cavernas¡±. Hombres y mujeres de las nieves envueltos en pieles, estampado de leopardo en vestidos r¨ªgidos y primitivos en su silueta casi en dos dimensiones. La investigaci¨®n sobre el origen part¨ªa de la nada y el dise?ador con su equipo pintaron con sus manos los tejidos al ¨®leo, engomaron trajes y piezas de abrigo y desarrollaron algo nuevo, atractivo y conceptualmente inc¨®modo. Hay algo antiplat¨®nico en la caverna de Risso y en su deseo de reinventar el mundo exterior sin influencias ni im¨¢genes ni normas. La colecci¨®n se inspira en una frase de Virginia Woolf: ¡°No traigas ropa¡±. La escritora se lo dijo en una nota a su amigo, y tambi¨¦n miembro del grupo de Bloomsbury, T.S. Eliot cuando le invit¨® a su casa de campo en Sussex. ¡°No traigas ropa, vivimos en un estado de m¨¢xima simplicidad¡±, le dijo refiri¨¦ndose a que ninguno de los usos y costumbres sobre la ropa se aplicaban ya en los a?os veinte en la Europa de entreguerras.
Algo as¨ª percibe Matthieu Blazy, el flamante dise?ador de Bottega Veneta. Virtuoso en la t¨¦cnica, audaz en la est¨¦tica, Blazy rebaja esta vez la habitual complejidad de sus prendas. Es, seg¨²n describe ¨¦l mismo, el ¡°monumentalismo de lo cotidiano: una sensaci¨®n de atractivo y confianza en lo pragm¨¢tico, utilitario y decidido. En un mundo en llamas, hay algo muy humano en el simple hecho de vestirse¡±. Para ello, esta vez prescinde de ornamentos, aunque no renuncia a sus ya cl¨¢sicos flecos, en piel, en lana y en gasa. Rebaja lo intrincado de su trabajo con el punto, aunque presenta dos conjuntos tableados con piezas de punto entre los plisados que logran un efecto ¨®ptico similar a una escultura cin¨¦tica de Julio Le Parc. Los vestidos son, en sus palabras, ¡°extremadamente pragm¨¢ticos, la noci¨®n de que la ropa de noche sea cotidiana. La t¨¦cnica del coup¨¦ y el devor¨¦ se aplica y se superpone en el propio tejido creando piezas ultraligeras¡±. Los colores son los que quedan despu¨¦s de la destrucci¨®n: ceniza, naranja quemado, negro, marr¨®n oscuro, verde gris¨¢ceo y algo de rojo. Los abrigos de lana con las costuras vueltas forman un armaz¨®n que sugiere protecci¨®n ante los tiempos que vivimos, otro de los temas que se ha repetido en las propuestas de Mil¨¢n.
Maximilian Davis, el joven dise?ador de Ferragamo, as¨ª lo explicaba: ¡°En los a?os veinte, como respuesta al mundo que les rodeaba, la gente cre¨® sus propios espacios a trav¨¦s de los bares clandestinos. Ocultaban lo que llevaban puesto hasta que estaban a salvo¡±. Por eso en su colecci¨®n hab¨ªa capas, abrigos y chaquetones sobre vestidos fluidos y transparentes de seda y gasa, o sobre otras propuestas m¨¢s contempor¨¢neas realizadas en l¨¢tex o en organd¨ª lacado. El punto y el cuero se convierten en esta colecci¨®n en tejidos ligeros y los apliques de piel en forma de escamas rematan algunos de los looks m¨¢s atrevidos, que tambi¨¦n se adornan con acabados de plumas o lentejuelas. ¡°En los a?os veinte utilizaban la ropa como una forma de celebrar la libertad¡±, explica Davis. ¡°Y esa expresi¨®n de libertad es algo que resuena conmigo, con mi herencia y con Ferragamo¡±.
La idea del abrigo protector tambi¨¦n la desarrollaron Lucie y Luke Meier en Jil Sander, no solo en el volumen de la silueta de sus prendas de abrigo que envolv¨ªan con solvencia el cuerpo, sino que lograron un set donde no hab¨ªa esquinas ni aristas como continuaci¨®n a la propuesta de su colecci¨®n donde ocurr¨ªa lo mismo. Formas org¨¢nicas exageradas con reminiscencias a la protecci¨®n de la envoltura de un capullo o una larva creando una caverna propia. ¡°No se puede ignorar el mundo exterior¡±, dijo Luke Meier en el backstage.
Existen, sin embargo, muy diferentes formas de responder a la tensi¨®n de los tiempos. Protegerse, reiniciar o abrazar lo extraordinario en lo cotidiano son algunas de ellas. Otras hablan de exotismo y distracci¨®n, como la propuesta de Dolce & Gabbana. Fieles a su herencia, los dise?adores sicilianos presentaron un desfile en el que sublimaron el uso del esmoquin con una visi¨®n sensual e h¨ªperfemenina, alegre, desenfadada y provocadora. El empleo de la corseter¨ªa y la lencer¨ªa combinado con la fuerza de prendas muy formales en todas las gradaciones de transparencia del negro invitaba a evadirse y conservar la alegr¨ªa, bien muy preciado.
En un t¨¦rmino medio, el siempre visionario Giorgio Armani que, a sus 89 a?os, es la cabeza m¨¢s clarividente de la semana de la moda de Mil¨¢n y habl¨® de optimismo con su propuesta. ¡°Un mensaje de gracia y esperanza entrelazados con el poder y la energ¨ªa de la naturaleza y el ciclo de vida de nuestro planeta. Flores que florecen incluso en pleno invierno, presagiando belleza y renacimiento¡±, explicaban las notas al desfile. Los tonos en una paleta c¨¢lida, las flores, la fluidez y las modelos con una leve sonrisa afianzaban la idea, algo importante porque, como escribi¨® Virginia Woolf en Orlando, ¡°por m¨¢s vana que parezca, la ropa tiene funciones m¨¢s importantes que simplemente mantenernos calientes. Cambia nuestra visi¨®n del mundo y la visi¨®n que el mundo tiene de nosotros¡±. La responsabilidad no es peque?a.
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