Carlota Barrera viste el espacio de EL PA?S en Arco: ¡°El uniforme empieza siendo muy estructurado y repetitivo, pero termina siendo muy personal¡±

Una chaqueta, un pantal¨®n y un jersey negros que, como todo lo que dise?a Carlota Barrera (32 a?os, Gij¨®n), tienen una doble lectura. ¡°Parece una chaqueta vaquera, pero est¨¢ hecha con lana de sastrer¨ªa y tiene el pespunte de las americanas cl¨¢sicas, pero sacado al exterior, como un bordado. El bajo del pantal¨®n parece que est¨¢ deshecho, que se hubiera soltado por un lado, y el jersey se ci?e con un grogr¨¦n, que es una especie de alusi¨®n a una cincha de sujeci¨®n, pero es un elemento muy cl¨¢sico dentro la costura. He querido mezclar las prendas cl¨¢sicas con las utilitarias¡±, explica la dise?adora sobre los uniformes que ha dise?ado para las personas que atender¨¢n este a?o el espacio de EL PA?S en Arco, la feria de arte contempor¨¢neo que se inaugura este mi¨¦rcoles 5 de marzo en Madrid. A Barrera le encanta dise?ar uniformes porque todo su trabajo se basa en la deconstrucci¨®n de los c¨®digos y las convenciones de la moda masculina, y pocas cosas hay m¨¢s sujetas a convenciones que un uniforme; ¡°algo que empieza siendo muy estructurado y repetitivo, pero que termina siendo muy personal. No tiene nada que ver la forma en la que una persona se lo pone con c¨®mo se lo pone otra¡±, opina.

Tras estudiar Dise?o de Moda en Madrid, Barrera se traslad¨® a Londres para hacer un m¨¢ster en sastrer¨ªa masculina. ¡°Me atra¨ªa la idea de empezar a trabajar con algo que, de base, tiene una estructura muy funcional¡±, rememora. ¡°All¨ª me di cuenta de que quer¨ªa hacer una marca que cuestionara la propia moda masculina: qu¨¦ es y por qu¨¦ es as¨ª, por qu¨¦ siempre ha estado tan definida. Cuestionar es el primer paso para resignificar¡±, explica. Desde que creara su primera colecci¨®n en 2018, titulada The Matador and the Fisherman, la dise?adora ha deconstruido los estereotipos arraigados en las prendas para hombre (del esmoquin a la equipaci¨®n de f¨²tbol) para hablar, a trav¨¦s de la moda, de nuevas masculinidades, abiertas, fr¨¢giles, y repletas de matices; un discurso que le vali¨® el premio Vogue Who¡¯s on Next en 2019, uno de los m¨¢s reputados del sector.

Ese mismo a?o trasladaba su marca definitivamente de Londres a Madrid, ¡°por el Brexit y porque nuestros talleres est¨¢n aqu¨ª y si quer¨ªa profesionalizar el proyecto hab¨ªa que estar cerca de ellos¡±, explica. Su clientela, sin embargo, est¨¢ fuera: en plena pandemia, cuando la industria de la moda estaba paralizada, recibi¨® una oferta de Ssense, la plataforma multimarca de origen canadiense que se ha convertido en la meca del dise?o contempor¨¢neo independiente. ¡°Por eso mis principales compradores est¨¢n en Estados Unidos y en Londres. Ahora la nueva colecci¨®n empezar¨¢ a venderse en Printemps, en Par¨ªs¡±, explica. Como suele ocurrir con el talento nacional, en Espa?a ella ha encontrado su nicho de mercado en el hecho a medida. ¡°Y me encanta. Sobre todo hago trajes para novios, y suelen venir en pareja. Se establece un di¨¢logo entre lo que ellos buscan y lo que yo hago que me permite probar cosas nuevas, porque no hay l¨ªmites de producci¨®n¡±, cuenta.

Ahora est¨¢ ultimando su colecci¨®n de oto?o-invierno, que, de alg¨²n modo, tambi¨¦n toma como punto de partida la idea del uniforme: ¡°Est¨¢ basada en las primeras d¨¦cadas del siglo XX. Un hombre que sale de noche completamente impoluto, con el esmoquin perfecto, es decir, con esos c¨®digos cl¨¢sicos de la vestimenta tradicional masculina, y poco a poco le van pasando cosas, se va descocando... se sube los pu?os, la ropa se le va abriendo, los cuellos se salen... Hemos tratado de transformar la vestimenta cl¨¢sica con estos detalles¡±, describe.

Toda la colecci¨®n est¨¢ hecha en talleres espa?oles. Es algo que obsesiona particularmente a la dise?adora, que en 2024 realiz¨® en el Matadero de Madrid una exposici¨®n que puso en valor la labor de los artesanos y costureros con los que trabaja: ¡°Es muy dif¨ªcil producir en Espa?a, encontrar ahora un buen patronista, maquinista o modista es casi imposible. Y es desolador, porque, al final, la producci¨®n se acaba externalizando y hay oficios y tradiciones que se pierden, perdemos cultura¡±.

Ella, por el momento, no piensa externalizar nada ni producir m¨¢s: ¡°Tengo clar¨ªsimo que si tengo que crecer como marca lo voy a hacer poco a poco. Prefiero sentar las bases que escalar, porque lo que crece r¨¢pido puede caer igual de r¨¢pido, y este proyecto es demasiado importante para m¨ª como para jug¨¢rmela¡±. ¡°De hecho, estamos decreciendo de alg¨²n modo. He empezado a decir que no por primera vez a proyectos y me he dado cuenta de que ahora disfruto mucho m¨¢s de las colecciones porque tengo m¨¢s tiempo para desarrollarlas. Mi trabajo es muy obsesivo, necesito hacer la costura o el detalle perfecto, y eso solo lo puedo lograr con tiempo, diciendo que no a otros proyectos¡±, confirma.