Aconsejar siempre pero imponer nunca
Padres, madres y el entorno m¨¢s pr¨®ximo juegan un papel fundamental en la elecci¨®n de los estudiantes sobre qu¨¦ carrera realizar
Hace unos a?os, una estudiante de 2? de bachillerato acudi¨® a Rub¨¦n Loureiro, orientador en el centro p¨²blico integrado (CPI) Ram¨®n Pi?eiro de Lugo (escuela rural con educaci¨®n infantil, primaria y secundaria) para hablar de la Universidad. La acompa?aba su madre, que no estaba de acuerdo con ninguno de los estudios que quer¨ªa cursar la joven. Despu¨¦s de un rato de tiras y aflojas, la madre zanj¨®: ¡°Mira, que sepas que yo, esa carrera, no te la voy a pagar¡±. Loureiro pone la an¨¦cdota como ejemplo de lo delgada que es la l¨ªnea entre ayudar e imponer. ¡°Los chicos tienen el derecho a equivocarse, y a afrontar las consecuencias de sus decisiones. Me pongo en la piel de ellos y no hay nada m¨¢s triste que pasar 20 a?os de tu vida haciendo algo que no quieres, y que adem¨¢s no has elegido¡±, comenta. ¡°Aconsejar, s¨ª; imponer, nunca¡±, remacha.
No permitir elegir a los hijos, decidir por ellos o poner en duda su elecci¨®n de estudios es uno de los errores frecuentes que cometen las familias, a juicio de Mar¨ªa Fernanda Chocomeli, orientadora educativa del IES Jordi de Sant Jordi y profesora del grado de Pedagog¨ªa de la Universidad de Valencia. ¡°Muchos padres y madres dan por hecho que sus hijos no son lo suficientemente maduros para tomar decisiones, y el verdadero problema es que ellos mismos no les han dado la oportunidad de elegir en la mayor¨ªa de los problemas de la vida diaria¡±, precisa. ¡°En ocasiones, las propias familias ponen nerviosos a los estudiantes cuando condicionan los futuros estudios dici¨¦ndoles que han de estudiar lo que ellos les aconsejen, puesto que son los que pagan; o que mientras vivan en su casa har¨¢n lo que ellos les digan. Esta actitud no hace m¨¢s que preservar la inmadurez de los j¨®venes y fomentar la dependencia¡±, lamenta.
Para Chocomeli es clave el di¨¢logo y el inter¨¦s por conocer qu¨¦ quiere hacer el alumno con su futuro acad¨¦mico y profesional. Y, desde ah¨ª, ¡°acompa?ar con respeto y supervisi¨®n¡±. En ese acompa?ar, la experta se refiere, tambi¨¦n, ¡°a unir miradas, observar, prestar atenci¨®n, tocar, abrazar, achuchar, derrochar cari?o¡±. Es ahora, tras la selectividad, PAU o Evau, cuando los j¨®venes, ¡°protagonistas de su toma de decisiones¡±, han de sentir el apoyo de su familia, opina la experta. Pero para ofrecer un apoyo m¨¢s actualizado y veraz es hay que estar informados, advierte Chocomeli. ¡°Es dif¨ªcil hablar con los hijos de estudios desconocidos, de pasarelas entre carreras que antes no exist¨ªan, incluso de profesiones emergentes y totalmente nuevas¡±. Para solucionarlo aboga por contactar con el Departamento de Orientaci¨®n Educativa y Profesional del centro de secundaria correspondiente. Y, entre todos, ¡°poner sobre la mesa todos los itinerarios de estudios, encontrar posibilidades viables, becas o ayudas, y aportar soluciones¡±, enumera.
La orientaci¨®n es vital para los futuros universitarios en general, y para aquellos con necesidades educativas especiales en particular, resalta Chocomeli, que el d¨ªa anterior a esta entrevista informaba a una alumna de que la matr¨ªcula en la Universidad es gratuita para personas con discapacidad. ¡°Ella lo desconoc¨ªa¡±, se?ala. ¡°La charla con el orientador reduce la incertidumbre y ofrece mucha informaci¨®n¡±, insiste. Por ejemplo, sobre adaptaciones disponibles en las pruebas de acceso o en la propia Universidad. Tambi¨¦n recuerda que todos los centros universitarios cuentan con un servicio de atenci¨®n al estudiante con discapacidad.
Introspecci¨®n del aspirante
Por su parte, Rub¨¦n Loureiro defiende un ¡°di¨¢logo socr¨¢tico¡±, un proceso de introspecci¨®n sobre las fortalezas y debilidades del aspirante universitario; sobre sus conocimientos, habilidades blandas, intereses; incluso sus aficiones, dice, pueden ofrecer una informaci¨®n valiosa que poner encima de la mesa. ¡°Las familias pueden preguntarles: ¡®?A ti qu¨¦ te apasiona?¡¯, investigar con ellos por internet, o recurriendo a otras fuentes¡±, receta. Y tratar de orientar cuando vean que lo que van a cursar no encaja ni con lo que son ni con lo que saben ni con su manera de entender la vida. De hecho, hay ocasiones en las que la injerencia familiar proviene de la convicci¨®n de que el futuro alumno universitario se va a estrellar. ¡°En ese caso hay que poner las cartas boca arriba y explicar las consecuencias de cada decisi¨®n¡±, recomienda Loureiro. ?Y si el chaval insiste? ¡°Dejarlo; que vaya y lo compruebe por s¨ª mismo; nadie aprende en cabeza ajena¡±, responde.
En realidad, la f¨®rmula informaci¨®n-di¨¢logo-clima de confianza-exposici¨®n de consecuencias es la llave para cualquier situaci¨®n que pueda originarse en torno a la elecci¨®n de estudios universitarios. Para abrirle puertas a quien est¨¢ lleno de dudas. ¡°Muchas veces el problema estriba en que desconocen las opciones¡±, coinciden los expertos. O a quienes tienen una vocaci¨®n de libro, en la que confluyen intereses, habilidades y competencias, en algo sin salidas profesionales (l¨¦ase el cl¨¢sico ejemplo de Filosof¨ªa o Bellas Artes). ¡°Yo le preguntar¨ªa si es consciente de que, eligiendo Bellas Artes, las probabilidades de ser artista son escasas. Si la decisi¨®n es consciente, madura y meditada, pues adelante. Es su vida¡±, sugiere Loureiro, que rebate argumentos como ¡°t¨² haz ADE o Derecho, que es algo seguro¡±. ¡°?Qu¨¦ es seguro? Hoy hay trabajos desconocidos hace cinco a?os¡±.
O a quienes no tienen expectativas realistas. ¡°Los lemas de ¡®Con esfuerzo todo es posible¡¯, o similares, que leemos en las carpetas est¨¢n bien¡ para las carpetas. Rafa Nadal solo hay uno, ?o es que el resto de tenistas no se esfuerza ni se entrega?¡±, plantea Loureiro, que cree que, como sociedad, vendemos a los j¨®venes ¡°mucho humo¡± del tipo ¡°Lucha por tus sue?os y lo conseguir¨¢s¡±. ¡°Puede que s¨ª que lo consigas, o puede que no¡±, apostilla. Este orientador recuerda una entrevista le¨ªda en prensa con el actual director del Museo del Prado (Miguel Falomir): ¡°Afirmaba que no te puedes marcar como objetivo ser director del Prado, porque es algo que no depende de ti; puedes darlo todo para saber much¨ªsimo de historia del arte, y despu¨¦s, si las circunstancias te son favorables, quiz¨¢s puedas convertirte en director del Prado¡±.
Chocomeli detecta errores frecuentes y comunes en las familias con las que ha trabajado: no hablar ni comunicarse con sus hijos; desconocer sus cualidades y virtudes; hacer comparaciones con otros familiares o amigos; hablar en masculino de las profesiones o proyectar escepticismo cuando una chica se decanta por una carrera tecnol¨®gica. Y pensar que la decisi¨®n que van a tomar es irreversible o irrevocable: ¡°Eso no ayuda. En algunas ocasiones, los j¨®venes con 18 a?os no tienen la suficiente madurez para decidir qu¨¦ hacer con su vida profesional¡±. Loureiro hace un llamamiento a la calma, sobre todo porque los chavales tienen toda la vida por delante y el sistema universitario les ofrece m¨¢s posibilidades que nunca para reorientarse. ¡°Las familias no deben tomarse a la ligera el momento, pero tampoco pensar que es el fin del mundo. Los chicos ya est¨¢n bastante estresados como para a?adir m¨¢s tensi¨®n¡±, argumenta. ¡°La decisi¨®n es importante, pero no nos volvamos locos¡±, pide.
Recomendaciones
Participa en el proceso de toma de decisiones de tu hijo acompañándole y dotándole de herramientas para que sea él quien tome la decisión.
La elección profesional no implica necesariamente estudios universitarios. Abrir la puerta a la formación profesional puede aumentar su autoestima y su seguridad en las herramientas para gestionar su vida y su práctica profesional.
Las chicas de la familia también pueden elegir los estudios mejor remunerados y valorados socialmente, como son los más técnicos.
Suprimir la barrera de la sobreprotección es responsabilidad de la familia: los límites a las capacidades y habilidades de los hijos no han de partir de casa.
El ambiente familiar repercute en el rendimiento del alumnado. Afecta a la motivación para el estudio, a la disposición emocional para el aprendizaje y al planteamiento de expectativas de éxito.
Los padres deben hacer ver a sus hijos que el tiempo juega de su parte, que van a tener tiempo para todo; para acertar, equivocarse, para retomar y emprender proyectos, iniciarlos y terminarlos.
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