Viviendas nuevas y m¨¢s eficientes

El sector de la construcci¨®n espera un crecimiento neto de la nueva obra residencial del 49% en 2022¡å, avanzaba la proyecci¨®n realizada a finales de 2021 por el Consejo General de la Arquitectura T¨¦cnica de Espa?a (Cgate) y la Royal Institution of Chartered Surveyors (Rics). El avance no ten¨ªa en cuenta la guerra en Ucrania ni la inflaci¨®n, pero aun as¨ª, y por el momento, el ladrillo sigue activo. Para la pregunta de si en este minibum est¨¢n saliendo edificios energ¨¦ticamente m¨¢s responsables, la respuesta corta es s¨ª. Entre otras razones, y sin ¨¢nimo de quitar m¨¦ritos a nadie, porque el list¨®n estaba en el subsuelo: las promociones de los a?os sesenta se levantaron sin ning¨²n tipo de obligaci¨®n al respecto; las de los ochenta y los dos mil, ya en el siglo XXI, se ajustan a una normativa de 1979 que hablaba de aislamientos de manera muy elemental.

Espa?a empez¨® a trasponer la directiva europea que limita las emisiones de CO2 mediante la mejora de la eficacia energ¨¦tica a partir de 2006, cuando se aprueba el C¨®digo T¨¦cnico de la Edificaci¨®n. La normativa se ha actualizado cuatro veces desde entonces, y cada versi¨®n es m¨¢s restrictiva que la anterior. Desde 2013 el C¨®digo T¨¦cnico de la Edificaci¨®n incluye los requisitos m¨ªnimos que deben tener los proyectos de obra nueva en materia de eficiencia energ¨¦tica: aislamientos, ventanas, desarrollo de sistemas de calor y fr¨ªo como la aerotermia. ¡°Normativamente estamos mejor¡±, certifica Manuel Enr¨ªquez, presidente de la Asociaci¨®n Sostenibilidad y Arquitectura (ASA), sobre todo en lo que se refiere a aislamientos, y menos con la instalaci¨®n de renovables, que ¡°va m¨¢s retrasada¡± aunque ¡°est¨¢ experimentando un empuje enorme, por delante de la normativa¡±.

Mayor conciencia social

El C¨®digo T¨¦cnico en vigor, modificado en diciembre de 2019, ¡°pone en marcha el concepto de edificio de consumo casi nulo de las construcciones, exigiendo el m¨ªnimo de energ¨ªa para funcionar y que la que se emplee sea renovable¡±, aporta Dolores Huerta, directora general de Green Building Council Espa?a (GBCe). ¡°En general s¨ª se est¨¢ construyendo bajo estos est¨¢ndares¡±, a?ade. No hacerlo conlleva sanciones y, adem¨¢s, ¡°el sector de la construcci¨®n posterior a 2008 tiene un esp¨ªritu menos voraz y est¨¢ m¨¢s concienciado con la responsabilidad social de construir de otra manera¡±, observa Huerta. ¡°?Podr¨ªa ser m¨¢s ambicioso? Seguramente. Pero ahora mismo nos movemos en niveles bastante eficientes, en t¨¦rminos de energ¨ªa, en el uso¡±, a?ade.

¡°Este es un camino de no retorno¡±, asegura Enr¨ªquez, pero en su opini¨®n se est¨¢ recorriendo muy lentamente y a trompicones. Cree que el C¨®digo T¨¦cnico, la certificaci¨®n energ¨¦tica y el Reglamento de Instalaciones T¨¦cnicas en los Edificios (RITE), los tres grandes pilares que apuntalan la sostenibilidad de un edificio, no est¨¢n bien alineados ni coordinados. Y que el sector, en general, va a lo m¨ªnimo que pide la ley. ¡°En Espa?a, justo antes de que se aplique una nueva normativa, se observa una avalancha de proyectos, para que no les pille. Y estamos hablando de obras hechas para durar 50 a?os o m¨¢s. Las normas m¨¢s estrictas se suelen ver como imposici¨®n, no como mejora. Eso se traslada a la compraventa. El primer argumento de compra sigue siendo el precio; el segundo, la localizaci¨®n. Si lo puedo pagar y est¨¢ cerca de donde vive mi madre, no pregunto m¨¢s. Eso sigue pasando¡±, argumenta.

Aunque concede que el concepto de eficiencia energ¨¦tica va permeando y, adem¨¢s, est¨¢ el aliciente, por llamarlo de alguna manera, del precio disparatado de la energ¨ªa. ¡°Todos los factores se est¨¢n uniendo en una tormenta perfecta. Los grandes cambios hist¨®ricos relacionados con la sostenibilidad siempre han venido de crisis¡±, precisa. ¡°El comprador de vivienda de hoy en d¨ªa es m¨¢s exigente que el de d¨¦cadas anteriores y se preocupa tambi¨¦n del confort. Aspectos como el ruido y la eficiencia energ¨¦tica son cada vez m¨¢s tenidos en cuenta¡±, defiende Sebasti¨¢n Molinero, secretario general de Andimac, patronal de la reforma y la rehabilitaci¨®n.

Dice Huerta que hay promotores p¨²blicos como el Instituto Balear de la Vivienda (Ibavi) haciendo cosas interesantes. Tambi¨¦n privadas, como la catalana Marcove, o una grande como Metrovacesa, que ha firmado un acuerdo de colaboraci¨®n con GBCe para certificar sus nuevos edificios con el sello VERDE. ¡°No es de obligado cumplimiento, pero lo consideramos como una autoimposici¨®n que mejora la calidad¡±, argumenta David Sierra, director de proyectos y sostenibilidad de la promotora, que estudia tambi¨¦n la huella de carbono a trav¨¦s de un an¨¢lisis de ciclo de vida (otra medida que tampoco se exige). Y hace ¡°un esfuerzo por garantizar la mayor clasificaci¨®n posible en certificaci¨®n energ¨¦tica, planteando al principio del proyecto cu¨¢les son las mejoras y el coste que implica alcanzar un AA¡±, explica Sierra. Cerramientos, placas fotovoltaicas, aerotermia. ¡°Un edificio sostenible es m¨¢s eficiente, econ¨®mico y respetuoso con la naturaleza. Es un gran argumento de venta¡±, afirma. ¡°El constructor o el promotor estar¨¢n dispuestos a invertir un poco m¨¢s en sostenibilidad si as¨ª la obra se va a vender mejor¡±, tercia Huerta.

Patatas (de ladrillo) calientes

Todos los expertos coinciden, con mayor o menor grado de optimismo en sus discursos, en que la obra nueva de los ¨²ltimos a?os es mucho m¨¢s eficiente energ¨¦ticamente durante su uso. Otra cosa ser¨ªa abordar, algo que a¨²n no se est¨¢ haciendo con car¨¢cter general, su huella de carbono durante todo su ciclo de vida, lo que incluir¨ªa los materiales de construcci¨®n y el reciclaje y reutilizaci¨®n de sus residuos. Pero la gran patata caliente, y aqu¨ª tambi¨¦n hay unanimidad, est¨¢ en las construcciones anteriores a 2007, que son una abrumadora mayor¨ªa en el parque de viviendas espa?ol. ¡°M¨¢s del 80% de las viviendas son de baja calidad energ¨¦tica, calificaci¨®n F o G. Y ello, teniendo en cuenta las directrices europeas marcadas a medio y largo plazo, podr¨ªa impedir alquilarlas y venderlas¡±, advierte Molinero.