Cara y cruz de la inteligencia artificial en la transici¨®n ambiental
La IA abre enormes posibilidades para desarrollar sistemas energ¨¦ticos m¨¢s eficientes desde la producci¨®n hasta el consumo. Al mismo tiempo, es una tecnolog¨ªa que demanda muchos voltios para funcionar. El reto es aprovechar al m¨¢ximo esta innovaci¨®n sin poner en peligro los avances en la lucha contra el cambio clim¨¢tico
Es un mundo tan nuevo que la sorpresa es quiz¨¢ su mayor continente. Las b¨²squedas en ChatGPT consumen 10 veces m¨¢s energ¨ªa que las de Google. El empleo de inteligencia artificial (IA) es un oc¨¦ano energ¨¦tico sin fondo. El 70% de la factura de un centro de esta tecnolog¨ªa procede del ¡°enchufe¡±. Y debe ser fiable, barata y basada en fuentes renovables. Algunos de los grandes consumidores, apalancados en IA, son Meta, Microsoft, Google y Amazon. En la jerga tecnol¨®gica: ¡°Hiperescaladores¡±. Necesitan energ¨ªa para procesar inmensas cantidades de datos y cada uno busca sus propias soluciones. Varios se sit¨²an ¡ªafirma Manuel Fern¨¢ndez, cogestor del fondo Pictet Clean Energy¡ª cerca de parques de energ¨ªas renovables para reducir los costes de las redes el¨¦ctricas. ¡°Pero aun as¨ª precisan energ¨ªa todas las horas del d¨ªa, todos los d¨ªas del a?o y conexi¨®n a las redes de transporte de electricidad. Por cada euro invertido en renovables hay que destinar entre 0,7 euros y 1,4 euros en redes. De esto se benefician Iberdrola o Nextra¡±, sostiene el experto. Y la energ¨ªa no viaja a solas. Exige edificios sostenibles. El 40% de la potencia de estos centros de datos se destina a su refrigeraci¨®n. Son como soles incandescentes de informaci¨®n. Todo ocurre en un tiempo que ¡ªpor primera vez en una d¨¦cada¡ª aumentar¨¢ con fuerza la demanda de electricidad en las econom¨ªas emergentes y desarrolladas. Poco extra?a que Sam Altman, consejero delegado de OpenAI, haya descrito la energ¨ªa como ¡°la parte m¨¢s dif¨ªcil¡± a la hora de responder a la demanda de capacidad de c¨¢lculo de la IA.
Otra opci¨®n es que el fr¨ªo ya venga ¡°de serie¡±. Google ampliar¨¢ el a?o pr¨®ximo su centro de datos en Hamina (Finlandia), con lo que operar¨¢ con un 97% de energ¨ªa libre de di¨®xido de carbono. Lugares con abundante energ¨ªa limpia y bajas temperaturas podr¨ªan usarse para instalar estos enormes soles. El fr¨ªo ayuda, pero tambi¨¦n consumen una ingente cantidad de agua. Por ejemplo, en Estados Unidos ¡ªdetalla BBVA Research¡ª los combustibles f¨®siles, la energ¨ªa nuclear y la hidroel¨¦ctrica generaron durante 2023 el 84% del total de la energ¨ªa. Sin embargo, estas plantas son intensivas en agua. Emplearon 3,1 litros por kilovatio/hora. En Irlanda ¡ªdonde el viento y el gas natural suponen un 80%¡ª solo circulan 1,4 litros. Pero el gas es una energ¨ªa, seg¨²n la Uni¨®n Europea, ¡°de transici¨®n¡±. ¡°Pese a todo, no esperamos que las compa?¨ªas que construyen estos centros, especialmente los hiperescaladores del planeta, abandonen sus objetivos verdes para cumplir con la demanda [energ¨¦tica] que necesitan sus centros de datos¡±, aventura Carly Davenport, analista de Goldman Sachs.
Pero, por sorpresa, opciones olvidadas durante d¨¦cadas vuelven a los peri¨®dicos. ?Alguien se acordaba de la energ¨ªa del ¨¢tomo despu¨¦s del accidente de Fukushima (Jap¨®n) en 2011? Amazon y Google plantean crear 12 peque?os reactores para alimentar sus centros de datos de IA. Incluso la compa?¨ªa Constellation Energy ¡ªque opera las mayores plantas nucleares estadounidenses¡ª ha firmado un acuerdo por 20 a?os con Microsoft para proporcionarle energ¨ªa. Y no est¨¢ descartado reabrir la planta de Three Mile Island en Pensilvania. ?Recuerdan? Lo cont¨® hasta Hollywood (El s¨ªndrome de China, 1979) con Jack Lemmon, Jane Fonda y Michael Douglas en la pantalla. Vivi¨® el mayor accidente nuclear de la historia del pa¨ªs cuando su segundo reactor sufri¨® una fusi¨®n parcial debido a una cadena de errores humanos. ¡°No es solo sustituir la actual generaci¨®n f¨®sil, es la necesidad de construir m¨¢s ahora. Esto ha producido una verdadera sensaci¨®n de urgencia¡±, sostiene en Financial Times Mike Laufer, cofundador de Kairos Power, dedicada a las plantas nucleares, que acaba de cerrar un acuerdo con Google para desplegar seis o siete peque?os reactores en 2035. Tambi¨¦n existe una raz¨®n geoestrat¨¦gica: la carrera contra China y Rusia. Ambos pa¨ªses ya cuentan con esta clase de miniplantas. ¡°Personalmente creo¡±, apunta un consejero de Repsol que pide no ser citado, ¡°que este tema de la IA va m¨¢s de la mano de las nuevas tecnolog¨ªas nucleares que de las viejas y desobedientes renovables (sin almacenamiento a gran escala, tanto f¨ªsica como temporal, de la electricidad generada), y de las redes de transporte y distribuci¨®n asociadas¡±.
33 veces m¨¢s de consumo
Sea como fuere, los n¨²meros son la nueva orograf¨ªa. La Organizaci¨®n Internacional de la Energ¨ªa (IEA, por sus siglas en ingl¨¦s) estima que los centros de datos, las criptomonedas y la inteligencia artificial emplearon el 2% de la energ¨ªa del planeta en 2022. Poner a trabajar una computadora en los terrenos de la inteligencia artificial ¡ªacorde con un trabajo de BBVA Research¡ª consume 33 veces m¨¢s de energ¨ªa que si ese ordenador programase con software tradicional. Esto sucede sin olvidar que la demanda energ¨¦tica en 2026 ser¨¢ 10 veces superior a la actual. Y todo debe ser verde. ¡°En el corto y medio plazo, la mejor soluci¨®n para descarbonizarlos es usar energ¨ªas renovables, como la e¨®lica o la solar, que tienen unos costes muy competitivos y son abundantes en Espa?a¡±, indica la consultora McKinsey, a trav¨¦s de una nota. M¨¢s adelante aparecen otras tecnolog¨ªas. Almacenamiento t¨¦rmico, energ¨ªa hidr¨¢ulica, bater¨ªas o centrales de bombeo deber¨ªan apoyar la transici¨®n.
Aunque el talento de la inteligencia artificial, digamos el nuevo Mr. Ripley del siglo XXI, tiene la capacidad de mitigar la emisi¨®n de CO2 y adaptarse al mismo tiempo a las condiciones clim¨¢ticas. Su habilidad para tratar ingentes cantidades de informaci¨®n puede utilizarse con el fin de obtener modelos climatol¨®gicos m¨¢s precisos, que anticipen las posibles amenazas y optimicen el empleo de los recursos. Si se utilizan bien estos procesos, las tecnolog¨ªas basadas en IA ¡ªprev¨¦ BBVA Research¡ª podr¨ªan reducir la emisi¨®n entre un 5% y el 10% de los gases de efecto invernadero durante 2030. En esa l¨ªnea de conexi¨®n de pensamiento tambi¨¦n discurre Eduardo Gonz¨¢lez, socio responsable de Energ¨ªa y Recursos Naturales de KPMG: ¡°La IA desempe?a un papel clave en la transformaci¨®n y modernizaci¨®n que necesita el sector energ¨¦tico en su transici¨®n ecol¨®gica¡±, refrenda. ¡°La capacidad de an¨¢lisis de datos masivos, identificar pautas y efectuar previsiones genera avances hasta ahora inimaginables en la gesti¨®n de la energ¨ªa y en la eficiencia de los recursos, contribuyendo a un mundo m¨¢s sostenible y eficiente¡±, subraya.
El desaf¨ªo resulta inmenso. Casi ha pasado de una forma silenciosa, quiz¨¢ porque la geoestrategia del mundo, la incertidumbre y las guerras son una triste prioridad humana. Pese a ese sonido de fondo de conflagraci¨®n, el Foro Econ¨®mico Mundial estima que el consumo de IA (hemos visto diversas estimaciones) crece a un ritmo anual del 30% y la potencia de c¨¢lculo necesaria para mantener el auge de la inteligencia artificial se duplica cada 100 d¨ªas. El desaf¨ªo tiene respuesta. ¡°Las fuentes de energ¨ªa renovables como la solar y la e¨®lica son cada vez m¨¢s frecuentes, se instalan con rapidez y pueden abastecer a un gran n¨²mero de clientes corporativos, incluidas las empresas de IA¡±, relata Dario Bertegna, responsable de Clean Energy en la gestora Capital Dynamics. Es un lugar com¨²n su capacidad para predecir mejor los patrones de comportamiento clim¨¢tico. Pero resulta insuficiente. La energ¨ªa debe volcarse en alg¨²n lugar y, por ejemplo, las redes el¨¦ctricas europeas son antiguas. ¡°Es esencial sustituir los equipos obsoletos¡±, indica el experto. ¡°Mejorar la capacidad de la red e integrar tecnolog¨ªas de red inteligente¡±.
Esto cuesta tiempo y, sobre todo, dinero. A finales de 2022, la Comisi¨®n Europea present¨® un plan para digitalizar el sistema energ¨¦tico que preve¨ªa una inversi¨®n de 584.000 millones de euros en la red el¨¦ctrica, de los cuales 170.000 millones se destinaban a la digitalizaci¨®n. ¡°Ahora que la IA est¨¢ en auge, las mejoras de la red el¨¦ctrica tendr¨¢n que llevarse a cabo a¨²n m¨¢s r¨¢pido¡±, advierte Joran Mambir, especialista en inversiones en J. Safra Sarasin Sustainable AM. Los desaf¨ªos en estos bancales caen sobre dos palabras: estabilidad y fiabilidad. ¡°A diferencia de los combustibles f¨®siles, las energ¨ªas renovables se producen de forma intermitente. Esto puede causar problemas en la red, pues podr¨ªa generar fluctuaciones en el suministro el¨¦ctrico o cortes¡±, anticipa el analista. Esta es la ¡°excusa¡± para introducir la energ¨ªa nuclear. Aunque la ¡°euforia¡± at¨®mica suena un poco exagerada. El Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley (Estados Unidos) calcula que el 95% de la electricidad que pasa por la red procede del Sol, el viento y las bater¨ªas. Y menos del 1%, del ¨¢tomo. Todav¨ªa ninguno de esos peque?os reactores han empezado a construirse en el pa¨ªs y hay muchas dudas de que est¨¦n terminados en 2030. Llevan tiempo, socialmente generan rechazo y son complejos desde la mirada t¨¦cnica. La respuesta (una vez m¨¢s) es el uso de redes inteligentes que emplean ¡ªdescriben en J. Safra Sarasin¡ª tecnolog¨ªa digital para permitir la comunicaci¨®n en dos direcciones: entre sus clientes y las el¨¦ctricas.
Mejoras en el servicio
En una de ellas, Iberdrola, la IA les posibilita ser m¨¢s eficaces y mejorar el servicio al cliente sobre todo en las redes. En este espacio complejo, los ejemplos aportan sencillez. Pensemos que ¡°se aplica para predecir incidencias provocadas en las l¨ªneas por el hielo o en la detecci¨®n de una probabilidad alta de fallo en equipos de red, de esta forma podemos actuar de manera preventiva y se evitan futuras aver¨ªas¡±, sintetiza Ana Lafuente, directora global de Redes en Iberdrola. En el lado de los clientes ayuda a calcular con mayor agilidad y precisi¨®n el tiempo estimado de reposici¨®n y mejora el seguimiento de las solicitudes de nuevas conexiones.
La IA es un vitral hacia un universo dif¨ªcil y, sobre todo, nuevo. En 1967, hace 58 a?os, Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez escribi¨® una frase que define lo que est¨¢ viviendo la sociedad con estas tecnolog¨ªas: ¡°El mundo era tan reciente que muchas cosas carec¨ªan de nombre, y para nombrarlas hab¨ªa que se?alarlas con el dedo¡±. El genio se adelant¨® medio siglo a la inteligencia artificial.
Voltios sostenibles
Quizá el modelo que mejor posa ante el pintor en esta relación entre inteligencia artificial (IA) y sostenibilidad sea Apple. Todas las tiendas de la manzana, centros de datos y oficinas del planeta funcionan con electricidad totalmente renovable. Alrededor del 90% —calculan en Schroeders— procede de fuentes limpias creadas por la propia compañía. Ha utilizado acuerdos de compra a largo plazo con algunas centrales de energía renovable, inversiones en capital o propiedad directa de diversas instalaciones de este tipo. La estrategia es asegurar el suministro verde. Es la imagen en la que se reflejan competidores como Meta, Amazon, Google o Microsoft.
Un referente más cercano, Ferrovial, combina verde y tecnología. “La empresa ha aplicado la IA en su relación con las renovables en el control, monitorización y análisis de la demanda de sus activos, la predicción del mercado eléctrico, desde un punto de vista socioeconómico, así como en la operación y mantenimiento de sus propiedades y contratos de servicios energéticos”, explica la compañía. La sostenibilidad ha ido pasando de electrón en electrón hasta crear una especie de hoja de ruta que pasa por el uso de servidores de bajo consumo, algoritmos más eficientes, que requieren menos recursos computacionales, y la optimización de la captura y el almacenaje de la información. De esta forma, se eliminan duplicidades o redundancias. Todo es tan reciente. “Estamos en plena revolución industrial 6.0, que trae consigo la posibilidad de crear sistemas de fabricación inteligentes que puedan funcionar con una intervención humana mínima”, cuenta Haim Israel, estratega global de Bank of America Global Research. “La IA es el motor que puede permitir la próxima oleada de innovación”. Y dibuja algunos ejemplos. Esta tecnología podría integrase con el 5G y tener 10 veces la velocidad móvil, un tercio de la latencia y los costes en comparación con el 5G. El uso de la IA en la gestión de redes puede planificar las necesidades eléctricas —aventura el experto— 12 veces más rápido que sin IA.