Un modelo de educaci¨®n transformador

En 1978, en la escuela de personas adultas La Verneda de Sant Mart¨ª de Barcelona, Jos¨¦ Ram¨®n Flecha Garc¨ªa, catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa de la Universidad de Barcelona, inici¨® un proyecto educativo basado en el aprendizaje colaborativo y solidario y la horizontalidad. All¨ª, estudiantes, maestros, voluntarios y otros miembros de la comunidad participaban activamente en el proceso de adquisici¨®n de conocimientos y la toma de decisiones de la escuela, de forma que el aprendizaje se convert¨ªa en un proceso democr¨¢tico y en una responsabilidad de toda la comunidad escolar y no solo de los alumnos individualmente. El modelo se fue consolidando en esta escuela a lo largo de 16 a?os y a partir de 1994 se extendi¨® a otras, dentro y fuera de Espa?a. Para entonces, Flecha ya hab¨ªa asentado la investigaci¨®n en este campo a trav¨¦s de la creaci¨®n del Centro de Investigaci¨®n en Teor¨ªas y Pr¨¢cticas Superadoras de Desigualdades, hoy Community of Research on Excellence for All (CREA). Se empezaba a hablar ya entonces de Comunidades de Aprendizaje (CdA) para referirse a una forma de aprender desde la construcci¨®n colaborativa del conocimiento.

Seg¨²n datos de CREA, hay m¨¢s de 3.000 centros de educaci¨®n infantil, primaria y secundaria que han decidido transformarse en CdA, lo cual implica, seg¨²n Flecha, ¡°el compromiso de ir sustituyendo las actuaciones educativas que realizan por las actuaciones educativas de ¨¦xito (AEE), es decir, por las que se ha demostrado cient¨ªficamente que dan los mejores resultados¡±. Adem¨¢s de esas CdA, hay otros 12.000 centros que no han tomado esa decisi¨®n pero s¨ª han introducido alguna de las AEE en sus centros, mientras que siguen manteniendo tambi¨¦n otras actuaciones no avaladas cient¨ªficamente. ¡°Las AEE son las actuaciones que dan ¨¦xito, son como los tratamientos en medicina. Todos los hospitales tienen la obligaci¨®n de dar solo los tratamientos que est¨¢n cient¨ªficamente avalados, no hay hospitales que den esos tratamientos avalados para una enfermedad y otros no avalados para otra enfermedad. Las escuelas no tienen esa obligaci¨®n y por eso hay muchas que hacen alguna AEE, por ejemplo en Literatura, pero no hacen AEE en la superaci¨®n del bullying. Las CdA son las que tienen el compromiso de llegar a aplicar todas las AEE¡±, explica el catedr¨¢tico.

¡°Las AEE est¨¢n recomendadas por la Comisi¨®n Europea y han sido publicadas en las mejores revistas cient¨ªficas del mundo, incluyendo las de Harvard y Cambridge¡±, asegura Teresa Morl¨¤ Folch, investigadora posdoctoral Juan de la Cierva en la Universidad de Barcelona y miembro de CREA. En concreto, son siete: grupos interactivos, tertulias dial¨®gicas, biblioteca tutorizada, formaci¨®n de familiares, participaci¨®n educativa de la comunidad, modelo dial¨®gico de prevenci¨®n de conflictos y formaci¨®n pedag¨®gica dial¨®gica. Conseguir la creaci¨®n de una CdA que contenga todas estas actuaciones educativas supone un cambio conceptual y pr¨¢ctico de lo que significa ense?ar y aprender, algo que no es f¨¢cil en un sistema r¨ªgido. ¡°En el futuro todas las escuelas tendr¨¢n que implementar las actuaciones avaladas cient¨ªficamente, pero ahora hay muchas resistencias, sobre todo en las universidades y en los que viven de proyectos innovadores que no mejoran resultados en el propio profesorado de escuelas¡±, sostiene Jos¨¦ Ram¨®n Flecha.

Todo empieza por el docente

Mar¨ªa Antonia Vega Gonz¨¢lez, profesora de la Facultad de Educaci¨®n de la Universidad Complutense de Madrid y autora de Creando comunidades de aprendizaje en la Universidad. Una propuesta de formaci¨®n experiencial (Morata), lleva 30 a?os investigando la forma de ense?ar en las aulas, poniendo el foco de la transformaci¨®n educativa y social en los profesores. ¡°Existen aportaciones te¨®ricas importantes que destacan, como el di¨¢logo entre personas que se esfuerzan en abordar un tema y lo ponen en com¨²n, construye un nuevo conocimiento mejor y avanzan todos en su desarrollo potencial. Se genera un conocimiento nuevo, distinto, en ese propio di¨¢logo. Para ello es fundamental el papel del docente: debe crear un contexto de aula basado en la colaboraci¨®n, algo nada f¨¢cil de conseguir en el contexto competitivo actual y en una trayectoria de aulas centradas en la autoridad del profesor y en el contenido como protagonista de la situaci¨®n de aprendizaje¡±.

Esta forma de aprendizaje permite, seg¨²n los expertos, un enfoque que ayuda verdaderamente a que las aulas sean inclusivas, a que se consiga un aprendizaje profundo, de transformaci¨®n, y no una mera acumulaci¨®n de conocimientos; y es fundamental si se pretende potenciar las habilidades que se necesitan para el siglo XXI: comunicaci¨®n, pensamiento cr¨ªtico y creativo, y colaboraci¨®n. ¡°Si no creamos un aula que facilite estas competencias, esto no se va a conseguir. Estamos viendo c¨®mo muchos alumnos universitarios siguen avanzando en su carrera universitaria sin adquirir estas habilidades. Por eso es fundamental que el aula, en todas las etapas educativas, se transforme en una comunidad de aprendizaje¡±, insiste Mar¨ªa Antonia Vega.