Ciudades m¨¢s vivibles y duraderas
Vivienda, transportes y sistemas energ¨¦ticos concentran la demanda de construcciones nuevas y diferentes para los planeamientos urbanos de futuro
Una ciudad vivible significa poder llevar a tus hijos al colegio, ir a trabajar, visitar al m¨¦dico, hacer la compra, salir a cenar y ver una pel¨ªcula y jugar con tus ni?os en el parque sin tener que meterte en un coche¡±. Estas palabras de Ray LaHood, secretario de Transportes de Estados Unidos durante el primer mandato de Obama, sintetizan la aspiraci¨®n de habitar urbes que sit¨²en a las personas en el centro de las decisiones; ...
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Una ciudad vivible significa poder llevar a tus hijos al colegio, ir a trabajar, visitar al m¨¦dico, hacer la compra, salir a cenar y ver una pel¨ªcula y jugar con tus ni?os en el parque sin tener que meterte en un coche¡±. Estas palabras de Ray LaHood, secretario de Transportes de Estados Unidos durante el primer mandato de Obama, sintetizan la aspiraci¨®n de habitar urbes que sit¨²en a las personas en el centro de las decisiones; sostenibles y descarbonizadas, basadas en una econom¨ªa en la que trabajo y esparcimiento se superponen en un mismo entorno de proximidad. Expectativas que se transforman en demandas y requieren ser abordadas ya desde su dise?o inicial, especialmente en lo que respecta a vivienda, transporte e infraestructuras energ¨¦ticas. Y aunque el tictac de la agenda verde europea apremia ¡ªneutralidad clim¨¢tica continental en 2050¡ª, la velocidad no es la mejor consejera.
¡°Si algo tenemos que reclamar a los nuevos urbanismos es que sean flexibles, afirma Manuel Enr¨ªquez, presidente de la Asociaci¨®n Sostenibilidad y Arquitectura. ¡°Si algo hemos aprendido es que esto es un proceso. Que puede haber etapas cubiertas, pero no metas alcanzadas. Que nos obliga a repensar constantemente lo que se hace y a cuestionarlo¡±, aconseja. Y recuerda c¨®mo hace pocos a?os, en el ¨¢rea de Pamplona, se puso de moda el uso de equipos de biomasa (pellets) para lograr edificaciones m¨¢s sostenibles, pero no dio tiempo a desarrollar la infraestructura necesaria que generase materia prima suficiente. As¨ª que ¡°hubo que importarla desde Rumania¡±, lamenta, arruinando la eficiencia pretendida.
Esta visi¨®n global del urbanismo, que implica conceptos como cambio clim¨¢tico, movilidad, econom¨ªa circular, accesibilidad integral o perspectiva de g¨¦nero, requiere, insiste Enr¨ªquez, de una arquitectura m¨¢s flexible. ¡°Hay que intentar que las cosas se puedan aplicar¡±, demanda, darles tiempo, y si no funcionan ser autocr¨ªticos. ¡°Hay paneles fotovoltaicos que durante su vida ¨²til no van a ser capaces de producir la energ¨ªa que ha sido necesaria para su fabricaci¨®n, porque est¨¢n mal orientados o se han elaborado con elementos de mala calidad¡±, ejemplifica.
Arquitect¨®nicamente, demanda priorizar los aspectos pasivos sobre los aspectos activos, ya que son los que ¡°est¨¢n imbricados al propio urbanismo y la edificaci¨®n¡±, explica. Por ejemplo, una correcta orientaci¨®n del edificio concede ¡°capacidad de tener soleamiento y a la vez sombra, y ventilaci¨®n natural y protecci¨®n contra vientos fr¨ªos¡±, ahonda. ¡°La fotovoltaica¡±, distingue, ¡°es un sistema activo que se pone en un edificio para compensar, muchas veces, cosas que no est¨¢n bien hechas desde un punto de vista pasivo¡±.
Actuaciones, como un aislamiento de calidad y eficiente, que adapten los edificios al clima y reduzcan su demanda energ¨¦tica. Tambi¨¦n en proyectos de rehabilitaci¨®n. Y cita la intervenci¨®n de los franceses Lacaton y Vassal (premio Pritzker de Arquitectura 2021) en tres bloques de viviendas en Burdeos, en 2017: sustituyeron las antiguas fachadas por otras nuevas y habitables que, a modo de galer¨ªa, a?ad¨ªan balcones-invernadero dise?ados bajo criterios bioclim¨¢ticos para amortiguar el aire exterior y mantener acondicionado el interior. ¡°Solo cuando se ha hecho todo lo posible desde el punto de vista pasivo¡±, apuntilla, ¡°hay que incorporar elementos activos¡±.
Invertir la pir¨¢mide
Aplicar esta visi¨®n a c¨®mo nos movemos en las ciudades explica que peatones y ciclistas figuren en lo alto de la nueva pir¨¢mide de movilidad urbana que la Asociaci¨®n de Transportes P¨²blicos Urbanos y Metropolitanos (ATUC) propone en su hoja de ruta para 2030, por encima del transporte colectivo, la ¨²ltima milla, veh¨ªculo compartido y el autom¨®vil privado.
¡°Las urbanizaciones que se han dise?ado en Espa?a en los ¨²ltimos 50 a?os se han hecho pensando en el coche¡±, asegura Miguel Ruiz, presidente de ATUC y gerente de la EMT de M¨¢laga, entidad que mueve casi 50 millones de viajeros al a?o. Un modelo basado en un medio, el coche, que de media permanece parado ¡ªy ocupando espacio urbano¡ª el 97% de su vida ¨²til, seg¨²n un estudio de Ecologistas en Acci¨®n de 2016. Por eso, defiende Ruiz, las infraestructuras de movilidad en los nuevos planeamientos urbanos deben garantizar ¡°espacios peatonales, carriles bici, carriles bus y espacios para la distribuci¨®n urbana de mercanc¨ªas confortable¡±, a los que a?ade la proliferaci¨®n de estaciones de veh¨ªculo compartido el¨¦ctrico ¡ªy cita a Montreal como ejemplo de impulso al carsharing enchufado¡ª, as¨ª como incrementar la masa arb¨®rea con ¡°especies resistentes, que den mucha sombra, capaces de crear un h¨¢bitat m¨¢s saludable¡±. En definitiva, ¡°menos asfalto¡±.
Para ello, advierte, es preciso incluir la planificaci¨®n del transporte en el dise?o inicial de futuros desarrollos urbanos, caso del malague?o DistritoZeta, un nuevo barrio que, bajo un modelo de smart city, albergar¨¢ casi 3.500 viviendas y 70.000 metros cuadrados de zonas verdes. ¡°Es la primera vez que los promotores acuden a nosotros y, antes de haber pintado siquiera una raya, nos han consultado qu¨¦ tenemos que hacer para que funcione el transporte p¨²blico¡±, celebra Miguel Ruiz, pues es ¡°lo que vertebra de verdad un sistema de movilidad urbana¡±.
Desde ATUC impulsaron ya en la pasada legislatura una nueva ley de movilidad sostenible que garantice un sistema de financiaci¨®n estatal para el transporte p¨²blico en Espa?a. La futura norma, que cuenta con un amplio consenso pol¨ªtico, qued¨® en suspenso por el adelanto electoral, pero el actual ministro del sector, ?scar Puente, anunci¨® recientemente que el Gobierno retomar¨¢ su desarrollo con expectativa de que entre en vigor antes de que acabe 2024.
Climatizaci¨®n terr¨¢quea
Levantar nuevos barrios con estándar passive house requiere acometer también infraestructuras en el subsuelo, como las redes de distrito de quinta generación, que aprovechan el calor geotérmico. “No todos [los edificios] son demandantes de energía a la vez”, explica José Ignacio Linares, profesor de Nuevas Tecnologías Energéticas en la Universidad Pontificia Comillas. “En primavera y otoño puede haber edificios a los que les sobre calor y otros a los que les falte; la idea es articular la red como un torrente sanguíneo, que permite intercambiar excedentes de energía”. Estos sistemas de canalización subterránea distribuyen el agua caliente a baja temperatura, siendo un elemento final (la bomba de calor de la casa) el que imprime el último salto térmico de manera local. Así se reduce la pérdida de calor en el transporte y se pueden desarrollar redes más extensas.
Estos sistemas precisan de una coordinación previa, advierte Linares: conocer qué usos tendrán las edificaciones (residencial, público, comercial); su distribución en el terreno (para ubicar las centrales geotérmicas que articulan la red), así como las infraestructuras preexistentes bajo el suelo. No solo para ubicar los pozos geotérmicos, sino para sacar partido, como promueve la asociación Madrid Subterra, del potencial térmico que ofrecen, por ejemplo, los sistemas de ventilación del Metro, o los parkings subterráneos.
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