El transporte p¨²blico, un modelo sostenible

El modo de transporte que escojamos para desplazarnos influir¨¢ en parte en la salud del planeta. La huella de carbono media por persona es de 5,9 toneladas al a?o, seg¨²n datos de la ONU. No es una cuesti¨®n balad¨ª y, por esta raz¨®n, se ha convertido en una prioridad dentro de la agenda internacional en la lucha contra el cambio clim¨¢tico.

El pasado mes de mayo la Asamblea General de la ONU decidi¨® fijar el d¨ªa 26 de noviembre como D¨ªa Mundial del Transporte Sostenible. Una jornada que nos invita a todos a tomar conciencia de la importancia de trasladarnos de una forma respetuosa con el medio ambiente y de la necesidad de disponer de una red de transporte eficiente, seguro, asequible y accesible que apueste por la intermodalidad [la combinaci¨®n entre medios de transporte].

Hoy, por tanto, es un buen d¨ªa para hacer balance: revisar los avances y actualizar los retos. El transporte colectivo es un servicio p¨²blico esencial para garantizar el derecho a la movilidad de todos los ciudadanos. Los poderes p¨²blicos est¨¢n obligados a regularlo y salvaguardarlo como un medio para el ejercicio de otros derechos.

La facilidad en los desplazamientos no solo favorece la libertad de elecci¨®n del lugar donde residir ¡ªalgo que podr¨ªa ayudar a solucionar en parte el problema de acceso a la vivienda¡ª, sino el acceso a los derechos esenciales como la Sanidad, la Educaci¨®n y el Trabajo, as¨ª como al turismo, ocio y deporte. Tambi¨¦n somos conscientes de que el epicentro de la contaminaci¨®n est¨¢ en las ciudades. El 70% de las emisiones se producen en las grandes urbes, seg¨²n datos del Ministerio de Transportes. De esta forma, derechos sociales y responsabilidad clim¨¢tica son dos variables que hay que conjugar en el modelo hacia el que nos encaminamos para que nadie se quede atr¨¢s. Apostar por un transporte p¨²blico sostenible, ahora m¨¢s que nunca, es importante para hacer m¨¢s habitables las ciudades.

Acabamos de estrenar un nuevo per¨ªodo pol¨ªtico. En distintas ocasiones me he referido al que acaba de terminar como ¡°la legislatura del transporte p¨²blico¡±, porque ha sido clave para la recuperaci¨®n de Espa?a, tanto en la pospandemia como durante la crisis econ¨®mica derivada de la guerra en Ucrania.

Una de las medidas del Gobierno que m¨¢s lo ha impulsado ha sido la de las bonificaciones al transporte p¨²blico. Estas ayudas han permitido alcanzar cifras r¨¦cord de demanda este a?o. El n¨²mero de ciudadanos que eligieron el autob¨²s para trasladarse se increment¨® m¨¢s de un 20% con respecto a 2022, seg¨²n datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE). Seg¨²n un estudio elaborado recientemente por Greenpeace, esta medida habr¨ªa evitado la emisi¨®n a la atm¨®sfera de entre 160 y 320 toneladas de di¨®xido de carbono (CO?) diarias como consecuencia del trasvase de usuarios del veh¨ªculo privado al transporte p¨²blico. El impacto ha sido, por tanto, muy positivo tanto desde el punto de vista medioambiental como social.

En este sentido, es una buena noticia que el Gobierno haya expresado su voluntad de prorrogar los descuentos al transporte p¨²blico durante 2024, y sobre todo que se haya comprometido a convertirla en una medida estructural. Apostar por un modelo de movilidad sostenible y moderno no puede reducirse a acciones aisladas y coyunturales, sino que debe ser uno de los ejes principales que vertebre un sistema de transporte al alcance de todos.

Pero tenemos que ir m¨¢s all¨¢. Su uso masivo debe ser el pilar fundamental del modelo de movilidad sostenible, y as¨ª lo reconoce el Plan Nacional Integrado de Energ¨ªa y Clima. A trav¨¦s de este plan, el Ministerio de Transici¨®n Ecol¨®gica se compromete a que Espa?a reduzca las emisiones de gases de efecto invernadero un 16,6%, entre 2020 y 2030. Por encima del 14,5% exigido por la Uni¨®n Europea. Dicho plan tambi¨¦n contempla que los usuarios del transporte p¨²blico?aumenten un 145% en 2025?y un 238% en 2030.

M¨¢s inversi¨®n p¨²blica

Para poder alcanzar estos ambiciosos objetivos sociales y clim¨¢ticos resulta esencial incrementar la inversi¨®n p¨²blica en movilidad. Necesitamos ampliar las redes de transporte colectivo para dotarlas de m¨¢s capilaridad, m¨¢s frecuencia y mejores estaciones. Adem¨¢s, es clave promover la intermodalidad para fomentar el flujo de pasajeros entre distintos modos de transporte y conseguir que el conjunto del sistema sea m¨¢s seguro y eficiente.

Asimismo, es fundamental desarrollar una Ley de Financiaci¨®n del Transporte P¨²blico que dote al mismo de un marco de financiaci¨®n estable, regulado y que no est¨¦ sometido a variaciones dr¨¢sticas, con el objetivo de que las administraciones auton¨®micas y locales puedan planificar con garant¨ªas el futuro de la red de transporte p¨²blico. Espa?a es uno de los pocos pa¨ªses europeos que no cuenta con una ley estatal de estas caracter¨ªsticas y la cantidad que aporta el Estado ha ido fluctuando en funci¨®n de la situaci¨®n econ¨®mica.

El transporte debe considerarse no un fin en s¨ª mismo, sino un medio para alcanzar el desarrollo sostenible donde las personas y la descarbonizaci¨®n est¨¦n en el centro. En la celebraci¨®n del primer D¨ªa Mundial del Transporte Sostenible quiero expresar el compromiso del sector del autob¨²s con un objetivo com¨²n que nos compete a todos. Es el aire que respiramos y la salud del planeta lo que est¨¢ en juego.

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