Placeres de verano | La alegr¨ªa de un buffet libre
La posibilidad de poder servirse uno mismo en un restaurante, de una gran variedad de bandejas, tanto gambas como croquetas o flanes, y en la cantidad que uno quiera, parece un sue?o salido del pa¨ªs de Cuca?a
Sin restricciones alimentarias, sin miedo al empacho, pero sobre todo, sin verg¨¹enza de exhibir nuestra voracidad, as¨ª acuden los comensales a un restaurante de buffet. Por algo siempre se le apellida ¡®libre¡¯: comer todo lo que se nos antoje por un m¨®dico precio puede parecer un acto de libertad. Porque la posibilidad de poder servirse uno mismo en un restaurante, de una gran variedad de bandejas, tanto gambas como croquetas o flanes, y en la cantidad que uno quiera, parece un s...
Sin restricciones alimentarias, sin miedo al empacho, pero sobre todo, sin verg¨¹enza de exhibir nuestra voracidad, as¨ª acuden los comensales a un restaurante de buffet. Por algo siempre se le apellida ¡®libre¡¯: comer todo lo que se nos antoje por un m¨®dico precio puede parecer un acto de libertad. Porque la posibilidad de poder servirse uno mismo en un restaurante, de una gran variedad de bandejas, tanto gambas como croquetas o flanes, y en la cantidad que uno quiera, parece un sue?o salido del pa¨ªs de Cuca?a.
¡°Buffet libre con mucha variedad de entrantes, primeros, segundos, marisco, platos calientes, gazpacho, quesos, embutidos, show cooking, cava, cerveza, refrescos, caf¨¦s, etc. Gran variedad de postres¡±, dice Juan en su rese?a del buffet de Can Prat (Mollet del Vall¨¨s) en Google. ¡°Buffet libre m¨¢s econ¨®mico de la zona, gran variedad, siempre fresco, terraza tranquila¡±, opina Tony Pereira de Kekexily, que ofrece platos espa?oles y japoneses en el Centro Comercial Pr¨ªncipe P¨ªo (Madrid), una realidad cada vez m¨¢s com¨²n ante el cierre de buffets nacidos en los ochenta, donde los calamares a la romana, el redondo de ternera y la paella hac¨ªan el agosto tanto de hosteleros como de clientes, que sol¨ªan visitarlos como tradici¨®n estival.
Precio, atenci¨®n al cliente, limpieza y f¨¢cil aparcamiento son algunos de los aspectos que m¨¢s valoran los clientes de los buffets libres de Espa?a. Sin embargo, en el que quiz¨¢s es el buffet libre m¨¢s famoso del mundo, Les Grands Buffets (Narbona), afirman que su cliente ¡°viene en busca de probar, en peque?as cantidades, muchas muestras de la cocina tradicional francesa ejecutada de forma ortodoxa y de sus productos delicatessen, como ostras, bogavante o foie, que no suelen comer con frecuencia¡±. El 92% de su p¨²blico se desplaza y se viste para la ocasi¨®n para celebrar all¨ª acontecimientos importantes en un buffet que dista del concepto que de ¨¦l tenemos en Espa?a: ¡°Aqu¨ª, es la m¨¢xima expresi¨®n protocolaria, saben que vienen a comer a un palacio a precio popular y se comportan acorde¡±.
Las im¨¢genes pantagru¨¦licas t¨ªpicas de los buffets libres, como cargar los platos de dos en dos, mezclar distintas elaboraciones sin sentido por pura gula o servirse 4 postres que se traslapan y rebosan, no tienen lugar all¨ª y, de hecho, tampoco deber¨ªan tenerlo aqu¨ª. Marina Fern¨¢ndez, de la Escuela Internacional de Protocolo de Madrid, se?ala algunas normas b¨¢sicas para proceder en el buffet libre de forma adecuada:
Evitar¨¢s la estampida. Aunque olvides que quieres repetir cigala, aunque volviendo a tu mesa hayas visto en la del vecino una fideu¨¤ que te ha hecho ojitos, por favor, no corras porque esto no son los sanfermines. ¡±Teniendo en cuenta que los comensales circulan por la sala al libre albedr¨ªo, es conveniente no correr ni realizar movimientos bruscos que provoquen choques inesperados con otros comensales que quiz¨¢s lleven platos o vasos en la mano¡±.
No abusar¨¢s. Servir distintas y demasiadas comidas en un plato complica, precisamente, el acto de comer y genera mezclas de sabores que no casan. Adem¨¢s, y para que no se nos caigan ni las ca?a¨ªllas ni los macarrones por el suelo, pondremos una cantidad razonable de comida. ¡°No debemos servimos los platos de comida al l¨ªmite para evitar derramamientos en nuestro camino hacia la mesa¡±.
Esperar¨¢s tu turno. Para los que tienen a bien colarse en el s¨²per o en la panader¨ªa, les vendr¨¢ bien este recordatorio. ¡°Si en alguna de las estaciones hubiera cola, habr¨¢ que esperarla pacientemente¡±. Aqu¨ª, tu hambre no importa m¨¢s que la del vecino.
Hablar¨¢s a decibelios civilizados. El cling-cling de los cubiertos y el clong-clong de los platos (y alg¨²n que otro chin-ch¨ªn de copas) puede complicar escucharse en un restaurante de buffet ¡ª?y qui¨¦n no ha salido af¨®nico alguna vez tras la comilona?¡ª. Sin embargo, lo que m¨¢s dificultar¨¢ la conversaci¨®n es que todo el mundo grite, as¨ª que intenta mantener un tono de voz apropiado. ¡°El tono de voz en las conversaciones deber¨¢ ser moderado, igual que en otros restaurantes¡±.
Stop al derroche de alimentos. ?Est¨¢s seguro de que quieres acabar la comida con tres tipos de tarta, profiteroles, turr¨®n y fresas ba?adas en fondue de chocolate? Nada mejor para evitar dolores de est¨®mago que servirnos con cabeza, pero no solamente: en el mundo en el que vivimos, donde los recursos se reparten tan mal que no todos pueden comer, y por el impacto que tienen tanto la ganader¨ªa como la pesca y la agricultura sobre el planeta, tirar alimentos es un crimen. Como recuerda Fern¨¢ndez, ¡°a la hora de servirnos, hay que actuar con responsabilidad y tratar de evitar el derroche innecesario de comida. Para ello, lo m¨¢s recomendable es hacer una primera vuelta por el buffet y observar toda la oferta. Entonces, podremos valorar qu¨¦ es lo que m¨¢s nos apetece comer y servirnos la cantidad acorde a lo que somos capaces de comer¡±.