Carta de amor a Daisy, la vaca que da leche hipoalerg¨¦nica
Querida Daisy,
Como la mayor¨ªa de los miembros de mi especie, supe de ti ayer por la prensa. No ten¨ªa la menor idea de que exist¨ªais ni t¨² ni tus padres, los cient¨ªficos del instituto neozeland¨¦s AgResearch que te crearon modific¨¢ndote gen¨¦ticamente. Tampoco sab¨ªa que eras una vaca prodigiosa capaz de producir una leche baja en beta-lactoglobulina (BLG), una prote¨ªna que al parecer causa alergia a cientos de miles de ni?os humanos. Tu historia me ha conmovido tanto que me he decidido a escribirte a trav¨¦s de mi blog, algo que, no creas, s¨®lo hago con personalidades de alto nivel como Mariano Rajoy, presidente del Gobierno espa?ol, o Juan Roig, due?o de una cadena de supermercados muy importante de aqu¨ª llamada Mercadona.
Espero no confundir el amor con la compasi¨®n, Daisy, pero creo que estoy por ti. Tu capacidad de sacrificio me ha llegado muy dentro. Eres una Frankenvaca creada para que ese 2 o 3% de humanos que sufren alergia a la leche puedan beberla, pero la clonaci¨®n se ha cobrado su precio. Por si no te hab¨ªas dado cuenta, te dir¨¦ que careces de un instrumento muy ¨²til para espantarse las moscas que poseen las otras de tu especie: la cola. Y que para que des leche dos a?os antes de lo normal en una rumiante como t¨² te han hormonado m¨¢s que a La Veneno.
No es que te quiera sacar defectos. Me gustas mucho, y te quedan fenomenal el n¨²mero 14 en una oreja y el 6719 en la otra. Pero por el cari?o que te he cogido en las escasas horas de nuestra relaci¨®n, debo ser sincero e informarte de que tu existencia puede resultar absurda. Tu leche, s¨ª, tiene un 96% menos de BLG. Pero al decrecer esta prote¨ªna, ha subido hasta la estratosfera otra, la case¨ªna. Me dir¨¢s, como proclaman tus creadores a los cuatro vientos y replican los medios sin pens¨¢rselo dos veces, que la case¨ªna es buen¨ªsima para la salud y muy nutritiva. Pues lo siento, pero resulta que muchos humanos son tambi¨¦n al¨¦rgicos a ella. De hecho, es la prote¨ªna que m¨¢s alergias l¨¢cticas causa, seg¨²n los investigadores del Jaffe Food Allergy Institute de Nueva York.
Es decir, que tu leche puede dar los mismos o m¨¢s problemas que la de una vaca convencional. Y eso suponiendo que un producto l¨¢cteo proveniente de un animal con los genes tocados llegue a ser apto para el consumo. Espero que esto que te estoy contando no te hunda en la depresi¨®n. Interpr¨¦talo como una llamada a cuestionarte el sentido de tu existencia. Te invito a que culpes de todo a la estupidez de los humanos, empe?ados en fabricar variaciones extra?as de los alimentos en vez de hacer lo m¨¢s simple cuando algo les sienta mal: dejar de tomarlo y comer otras cosas.
Por favor, no pienses que tengo nada contra los animales mutantes ni contra los seres
producidos en laboratorios. Todo lo contrario: me encanta la
ciencia-ficci¨®n. No soy ludista y me parece fenomenal la investigaci¨®n y los avances tecnol¨®gicos, siempre que sus resultados puedan ayudar de verdad a las personas. Y no desconf¨ªes de m¨ª, que tampoco soy un animalista como los que han protestado contra ti porque en el proceso de tu invenci¨®n se "mataron" cientos de embriones de vaca. Bastante tenemos con los antiabortistas radicales como para que encima surjan movimientos pro-vida de los terneros.
Quiero acabar mi carta, Daisy, con unas palabras de cari?o y de ¨¢nimo. Intenta mirarlo por el lado bueno. Piensa que Justin Bieber, que pot¨® el otro d¨ªa en el escenario "por haber tomado leche", quiz¨¢ sea ultraal¨¦rgico a la case¨ªna, por lo que de tus ubres podr¨ªa salir el ant¨ªdoto que liberara por fin a la humanidad de ese veneno de 18 a?os con tup¨¦. Ten fuerza, la misma que has demostrado sobrellevando con tanta dignidad el nombrecito que te han puesto tus padres, que ser¨¢ muy bonito pero a mi me suena m¨¢s a pata que a vaca.
Tuyo por siempre,
Mikel.
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