Manual para darse a la bebida
En estos tiempos de correcci¨®n pol¨ªtica, en los que cualquier opini¨®n, iron¨ªa o broma puede escandalizar a un mont¨®n de necios carentes de sentido del humor, leer a un personaje como Kingsley Amis es como beber un trago de agua tras una caminata por el desierto. O mejor dicho, como beber una cerveza, un bloody mary o un gin tonic, porque es el alcohol en todas sus m¨²ltiples variedades de lo que trata el ¨²ltimo libro del autor brit¨¢nico publicado en Espa?a, Sobrebeber.
Esta compilaci¨®n de tres obras, Sobre el beber, El trago nuestro de cada d¨ªa y El estado de tu copa, editados por Amis entre 1971 y 1984, re¨²ne sus divertid¨ªsimos y muy contrastados escritos acerca del bebercio. Desde ya mismo aviso a los beatos, a los finolis del vino y la cocteler¨ªa y a los incapaces de tomarse las cosas a risa siquiera por un momento de que no se acerquen a este libro, ya que est¨¢ plagado de reflexiones irreverentes que no encajar¨¢n en sus estrictos c¨®digos de conducta. Este se?or pensaba que si no puedes molestar a nadie con lo que escribes, no tiene sentido escribir, y os aseguro que en este libro lleva tal principio a rajatabla.
Amis, que cultiv¨® la afici¨®n a empinar el codo desde su m¨¢s tierna juventud, escribe desde un mundo pasado, en el que se pod¨ªa alabar la ebriedad sin que te salieran al minuto 100 pelmas a recriminarte por hacer apolog¨ªa del alcoholismo. Un mundo perdido en el que el boom de la cocteler¨ªa moderna a¨²n no se ha producido, la ginebra es una bebida vulgar y corriente para la que no hay marcas "de primera fila, a diferencia de lo que ocurre con los brandis y los whiskies", y la pi?a colada se ha convertido en el c¨®ctel adecuado "para cualquier hembra con un coeficiente de inteligencia de 95, reci¨¦n bajada de la moto de alguien, para que la sorba con pajita mientras el maromo se dedica a gru?ir ante la m¨¢quina tragaperras".
Sin embargo, muchas de las ideas de esta cumbre de la literatura et¨ªlica resultan sorprendentemente actuales. Sus latigazos verbales contra los esnobs de la bebida podr¨ªan publicarse hoy mismo en cualquier medio de comunicaci¨®n. "La cerveza es un tema espinoso", escribe. "Hay expertos por todas partes. Lo mejor es adoptar la t¨ªpica defensa Amis contra los enterados y considerar todo el asunto como una moda absurda. Si te obligan a beber cerveza, t¨² di: 'Una jarra de cualquier lager, por favor. No dudo que todo ese rollo de la fermentaci¨®n y el CO2 es fascinante, pero la vida es muy corta".
Adem¨¢s de un mont¨®n de recetas de c¨®cteles y fant¨¢sticas an¨¦cdotas sobre colegas bebedores como Evelyn Waugh -que mezclaba el champ¨¢n con cerveza negra- y la reina Victoria -que aderezaba el vino tinto con una generosa dosis de whisky y paralizaba la ascensi¨®n de cualquier cl¨¦rigo anglicano que condenara el alcohol-, Sobrebeber rebosa de consejos acerca de c¨®mo se debe acercar uno a la bebida, unas veces ¨²tiles y otras, cuestionables, pero casi siempre hilarantes.
Equ¨ªpate de lo necesario y evita lo superfluo
En la primera parte del libro, el padre de Martin Amis nos ofrece un curso pr¨¢ctico de lo que debemos tener en casa antes de darnos al buen beber. Entre otros trastos, recomienda poseer un frigor¨ªfico. "S¨®lo para ti, quiero decir. Esto es b¨¢sico. La mujer y los dem¨¢s parientes siempre est¨¢n llenando la nevera de porquer¨ªas irrelevantes como la comida¡±.
Aconseja hacerse con una cuchara de bar, un colador o frascos para mezclar o medir, pero curiosamente rechaza la coctelera: ¡°A m¨ª siempre me ha parecido que un minuto extra removiendo es lo mejor. El problema de esos trastos es que resultan muy chapuceros a la hora de servir y, lo que a¨²n reviste mayor importancia, son demasiado peque?os y nunca contienen m¨¢s all¨¢ de seis tragos. No estar¨ªa mal una coctelera del tama?o de una sombrerera, pero yo nunca he visto ninguna¡±
Olv¨ªdate de la ortodoxia mixol¨®gica
M¨¢s de una recomendaci¨®n de Amis causar¨¢ irritaci¨®n entre los puristas de la cocteler¨ªa. A ¨¦l, como es l¨®gico, le importar¨ªa un pimiento. ¡°Para conseguir cualquier licor que vaya a ser mezclado con zumos de frutas, jugos vegetales o cosas por el estilo, recurre al material fiable m¨¢s barato¡±, asegura adelant¨¢ndose a la ola de chorradas premium que nos azota en la actualidad. Tambi¨¦n prefiere la presencia de hielo aunque ag¨¹e la bebida: "Es m¨¢s importante que una bebida fr¨ªa est¨¦ todo lo fr¨ªa posible que lo m¨¢s concentrada posible".
Ponme otra copita. / THE INDEPENDENT
Prima la cantidad frente a la calidad
Amis es un bebedor nato al que no le gusta andarse con tonter¨ªas. Por eso se atreve a defender posturas capaces de abochornar a cualquier gourmet. "La mayor¨ªa de la gente prefiere beberse dos vasos de un oporto decente que uno de cosecha especial. En la misma l¨ªnea de pensamiento, dales vasos grandes, no peque?os, salvo excepciones. Los bebedores serios se mostrar¨¢n complacidos y tranquilos, mientras que los no serios no se ofender¨¢n, y t¨² perder¨¢s menos tiempo de amena ch¨¢chara en rellenar las copas".
Bebe el vino que te d¨¦ la gana
En la misma l¨ªnea de sus afirmaciones sobre la cerveza, nuestro querido Kingsley tambi¨¦n sacude -y con m¨¢s raz¨®n que un santo- a los enterados del vino. ¡°Sigue los consejos de los tenderos, de los clubs de vinos, de los camareros que entienden y hasta de los periodistas especializados, pero ten siempre presente que el veredicto final es cosa tuya. De la misma manera que ciertos abogados mantienen sedados a sus clientes bas¨¢ndose en una sofisticada jerga legal, tambi¨¦n hay esnobs del vino, supuestos expertos y vendedores celosos conspirando a tu alrededor para convencerte de que el tema es demasiado misterioso para ser abordado por una persona normal carente de asistencia continua. Esto es, por decirlo de una manera educada, una fantasmada¡±.
Por lo visto, en su ¨¦poca los sabios del vino ya estaban dando la caca con el asunto de los maridajes, ante los que reacciona con la debida contundencia. ¡°Acompa?a la comida con el vino que te plazca. Aquella pareja del norte de Inglaterra sobre la que le¨ª en cierta ocasi¨®n, que hab¨ªa acompa?ado el rodaballo a la plancha con una botella de piperm¨ªn, deber¨ªa constituir una inspiraci¨®n (aunque no un ejemplo a seguir a rajatabla) para todos nosotros¡±.
Si eres taca?o¡
Nuestro h¨¦roe tambi¨¦n tiene corrosivas palabras dedicadas a los ratas, esas personas que gustan de racanear cuando reciben a amistades en sus casas. Sus recomendaciones para ellos no pueden ser m¨¢s afortunadas. ¡°Prepara bebidas pre y poscena en alguna despensa, zulo o rinc¨®n bien alejados de la escena principal. De esta manera no s¨®lo disimular¨¢s tu taca?er¨ªa, sino que tambi¨¦n convertir¨¢s cada nueva ronda en un leve esfuerzo, poniendo as¨ª el foco de manera desfavorable sobre cualquiera que se empe?e en sacarte toda la bebida adicional posible. Si¨¦ntate siempre en un sill¨®n donde te quedes convenientemente hundido y procura que se te note que te cuesta un poco levantarte; a partir de ciertas horas de la noche, puedes emitir incluso alguna queja o gru?ido, pero cuidadito con la sobreactuaci¨®n¡±.
No hagas cosas raras para evitar to?arte
C¨®mo no emborracharse es seguramente el cap¨ªtulo menos basado en la experiencia personal de Amis. Aun as¨ª, es tan rico en consejos m¨¢s o menos fiables como en historietas c¨®micas. Mi favorita es la referente al famoso truco de beber aceite antes del alcohol, algo que mi padre siempre nos recomendaba (pero que nunca le vi hacer a ¨¦l). "Un conocido m¨ªo empez¨® la velada con un vaso de aceite de oliva, seguido de una docena de whiskies. Los cuales, tras dos horas lamiendo la mucosa que supuestamente cubr¨ªa su est¨®mago, se colaron al fin en ¨¦l y lo dejaron tirado en el suelo del bar del hotel Metropole, en Swansea (afortunadamente, cuando yo ya me hab¨ªa ido)".
Piensa en la bebida como un bien de la Humanidad
Aunque no es el objeto de sus escritos -sospecho que el asunto le aburr¨ªa profundamente-, Amis tambien habla de las motivaciones del ser humano para entregarse a la ebriedad. Para ¨¦l, ¡°la conversaci¨®n, la risa y la bebida est¨¢n conectadas de un modo especialmente ¨ªntimo y profundamente humano¡±, y ¡°la raza humana no ha descubierto otro sistema para eliminar barreras que resulte la d¨¦cima parte de eficaz y oportuno a la hora de permitirte relacionarte con los dem¨¢s en un entorno agradable: basta con interrumpir tu sobriedad¡±.
Poco sorprendentemente, su defensa de las virtudes del drinki es cerrada. ¡°Los beneficios sociales de la bebida en colectividad superan los desastres individuales que puedan precipitar. Un equipo de investigadores norteamericanos lleg¨® a la conclusi¨®n de que sin el est¨ªmulo aportado por el alcohol, sin la relajaci¨®n que promueve, la sociedad occidental se habr¨ªa desmoronado durante la Primera Guerra Mundial. La bebida vino para quedarse; moraleja aparente: si ella se va, nosotros tambi¨¦n¡±.
El libro en cuesti¨®n. / EL COMIDISTA
Entiende la resaca como un camino hacia el autoconocimiento
Para muchos, el mejor cap¨ªtulo de Sobrebeber es el dedicado a la resaca, una l¨²cida reflexi¨®n rebosante de ingenio, humor y perspicacia acerca del mal pospriva. Seg¨²n Amis, los consejos para combatirlo se han centrado demasiado en el lado f¨ªsico, cuando la resaca es m¨¢s que una simple enfermedad. "Siempre se omiten los aspectos psicol¨®gicos, morales, emocionales y espirituales: toda esa superestructura metaf¨ªsica amplia, vaga e ilustrativa que convierte la resaca en un campo privilegiado hacia el autoconocimiento y la autorrealizaci¨®n¡±.
¡°Cuando esa mezcla inefable de depresi¨®n, tristeza, angustia, desprecio de uno mismo, sensaci¨®n de fracaso y miedo al futuro empiece a imponerse, recuerda que lo que tienes es resaca", recuerda. "No te est¨¢s poniendo enfermo, no has sufrido una leve lesi¨®n cerebral, no haces tan mal tu trabajo, tu familia y amigos no han tramado una conspiraci¨®n de silencio a tu alrededor para que descubras que eres un mierda, no est¨¢s viendo por fin c¨®mo es realmente la vida y no hay por qu¨¦ llorar por la leche derramada¡±.
Para combatir la "resaca metaf¨ªsica", recomienda distintas lecturas y m¨²sicas. Entre ellas, el libro de Alexander Solzhenitsyn Un d¨ªa en la vida de Iv¨¢n Den¨ªsovich. "No es demasiado deprimente, pero la visi¨®n que aporta de la vida en un campo de concentraci¨®n sovi¨¦tico te har¨¢ el inmenso favor de sugerirte que hay mucha gente que debe aguantar bastante m¨¢s de lo que t¨² (o yo) hayas soportado o debas soportar jam¨¢s, por lo que no mereces la m¨¢s m¨ªnima compasi¨®n, propia o ajena".
En el apartado sonoro, considera que el jazz no conviene para la resaca metaf¨ªsica, y el pop agudiza la f¨ªsica. "Pero si de verdad piensas que la vida no podr¨ªa ser m¨¢s siniestra, recurre a cualquier tema lento de Miles Davis. As¨ª intuir¨¢s que la existencia, por deprimente que sea, no puede serlo tanto como la presenta Davis. Cuentas tambi¨¦n con la posibilidad de que escuches a alg¨²n transeunte referirse a Davis como Miles, en vez de Davis. El ataque de adrenalina que sufrir¨¢s al o¨ªr esta lamentable muestra de seudofamiliaridad te alterar¨¢ el sistema nervioso, y en cuanto derribes al sujeto ofensivo, volver¨¢s a creer en tu masculinidad, fuerza bruta y dem¨¢s¡±.
C¨®mo adelgazar bebiendo
La dieta del beodo es posiblemente el apartado m¨¢s delirante del libro. En ¨¦l, el escritor cuenta c¨®mo adelgazar "sin reducir la ingesta et¨ªlica en lo m¨¢s m¨ªnimo", para lo que esboza un r¨¦gimen que ning¨²n nutricionista recomendar¨ªa a no ser que estuviera bajo el efecto de varios Jaggermeisters. Si vas a un restaurante, escribe, "pide algo que odies o que sepas que hacen fatal. Tras unos pocos bocados de pollo Kiev o buey Stroganoff, habr¨¢s satisfecho el apetito". Hay que reconocer, eso s¨ª, que algunos de sus consejos tienen sentido, como el de preferir los vinos y licores secos y evitar los refrescos, apostando por el agua y la soda como mixers. Y es que Amis puede parecer un bebedor insensato, pero en realidad sabe de lo que habla.
'BLOODY MARY' DE KINGSLEY AMIS
Ingredientes
- 1/2 botella de vodka
- 1 litro de zumo de tomate
- 2 cucharaditas de k¨¦tchup
- 4 cucharaditas de zumo de lim¨®n
- 4 cucharaditas de zumo de naranja
- 1 cucharadita (por lo menos) de salsa Worcester
- 1 pizca de sal de apio
- Hielo
Preparaci¨®n
1. Poner en un recipiente peque?o el vodka, el k¨¦tchup, la salsa Worcester y la sal de apio. Agitar hasta que el k¨¦tchup emulsione por completo.
2. Mezclar el zumo de tomate con los de frutas en una jarra. A?adir la mezcla anterior, echar hielo, remover de nuevo y servir en copas de vino o parecidas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.