Cookbooth, el Instagram de las foto-recetas
La historia de Cookbooth comienza hace unos 70 a?os, cuando Mimi Meyer, una mujer de Einbeck (Baja Sajonia), escribi¨® su receta de l¨¹becker kokosmakronen. No es que esta se?ora alemana fuera un visionaria inform¨¢tica y ya estuviera programando aplicaciones en su pueblo cuando a¨²n no exist¨ªan ni los m¨®viles ni Internet. Aquellos macarons de coco fueron la inspiraci¨®n para que su bisnieta, Malwine Steinbock, y el socio de ¨¦sta, V¨ªctor Fortunado, crearan la app que fascina hoy a cocinillas de todo el planeta.
"Era Navidad del 2011 en Alemania, y est¨¢bamos preparando estas galletas siguiendo la recetaescrita en caligraf¨ªa S¨¹tterlin en un papel amarillento", recuerda V¨ªctor. "Nos pareci¨® emocionante probar algo cuya receta han conservado otras personas con tanto cari?o". Fotografiaron la preparaci¨®n paso a paso con el m¨®vil y decidieron guardar el resultado. "Algo tan sencillo nos enamor¨®. Ya s¨®lo faltaba archivar las im¨¢genes y compartir la receta para que otros pudieran probarla. As¨ª naci¨® Cookbooth".
Los kokosmakaronen son una de las miles de propuestas de esta app gratuita desarrollada en Barcelona, que crece a un ritmo de 60 recetas al d¨ªa de media. Mejor dicho, de foto-recetas, porque todas detallan punto por punto su preparaci¨®n con im¨¢genes. Es una aplicaci¨®n social, donde el contenido lo publica cualquier aficionado o profesional de la cocina, y su aceptaci¨®n en todo el mundo parece anunciar que se convertir¨¢ en algo grande: han tenido 220.000 descargas en seis meses y alcanzado el n¨²mero 1 en la categor¨ªa Comida y Bebida de la Appstore de Apple en 82 pa¨ªses. Aunque Espa?a es el lugar con m¨¢s usuarios registrados, el 82% de sus ac¨®litos vienen de lugares como M¨¦xico, Brasil, Alemania o Reino Unido.
Lo que diferencia a esta aplicaci¨®n de cocina de las otras tropecientas mil existentes es la manera en que se cuentan los platos. "Hacer las foto-recetas es f¨¢cil y te lo pasas bien: buscando encuadres, eligiendo el filtro y luego viendo el resultado", explica Malwine Steinbock, alemana de 32 a?os originaria de Grifhorn y residente en Barcelona desde hace 12. "Es una app para divertirse con tus hijos, con tu madre, con tu novio o con un chef, para despu¨¦s guardar ese momento y compartirlo. Cuando publicas tu foto-receta sientes la satisfacci¨®n de a?adir a tu librer¨ªa una peque?a obra de arte que habla de ti y de tu amor por la cocina. Y lo m¨¢s importante: ese d¨ªa comes bien".
Cookbooth cuenta con dos aciertos fundamentales. Primero, trata de conectar la comunidad de cocinillas y fanses de la comida con la de los chefs y profesionales del mundo de la gastronom¨ªa (de hecho, cuando te registras, debes definirte como miembro de uno de esos dos mundos: o foodie, o pro). Segundo, entra por los ojos: su dise?o es sencillo, limpio y agradable, y los filtros al estilo Instagram dignifican las im¨¢genes ahorr¨¢ndote los espantos asesinos del apetito que se suelen ver en los sitios sociales de recetas.
"Somos lo que comemos y sobretodo lo que cocinamos y compartimos", asegura V¨ªctor Fortunado, barcelon¨¦s de 33 a?os. "Nuestra librer¨ªa de recetas nos identifica. Nuestra misi¨®n es inspirar a que la gente cocine m¨¢s y coma mejor, y para que eso suceda hay que dar las herramientas que te permitan obtener una foto-receta excelente. Con la c¨¢mara del m¨®vil y un poco de amor el resultado es extraordinario, y eso es lo que queremos potenciar: reinventar la manera en que la gente archiva y comparte sus recetas".
Para Malwine Steinbock, el futuro de las recetas est¨¢ en las fotos m¨¢s que en los textos. "Adem¨¢s de dar mucha informaci¨®n a personas que ni siquiera hablan tu idioma, en el caso de la cocina las im¨¢genes transmiten emociones. Instagram, Pinterest o blogs de estilismo gastron¨®miconos convierten en espectadores de comida hecha para contemplar. Y si eso lo llevamos al formato de una receta, nos permite seguir muy f¨¢cilmente todo el proceso de elaboraci¨®n, incluso el m¨¢s complicado".
Aunque reconozco que no me he estrenado como recetero en Cookbooth -s¨ª como voyeur de gastroporno ajeno-, la app invita a participar: es f¨¢cil incluso para monguers como t¨² y como yo, y el retrato del proceso por fases es chul¨ªsimo. Eso s¨ª, le veo algunos inconvenientes: no hay un campo en el que poner para cu¨¢ntas personas es el plato, el borrado o cambio de orden de las fotos una vez las has subido no es nada intitutivo, y no es obligatorio escribir algo en cada paso, con lo que algunas recetas resultan un tanto cr¨ªpticas.
"Acabamos de empezar y todav¨ªa nos quedan muchas ideas por incorporar para hacer de Cookbooth la mejor herramienta de tu cocina", reconoce Malwine ante las dos primeras cr¨ªticas. Pero se defiende frente la tercera: "Queremos ofrecer un producto que no te obligue a nada m¨¢s que hacer fotos. El texto es importante, pero realmente las foto-recetas se leen incluso sin ¨¦l".
Entre las mejoras que planean los responsables de la app se encuentra a?adir m¨¢s herramientas de recomendaci¨®n de contenidos de calidad, personalizados seg¨²n los gustos o el idioma o zona geogr¨¢fica de cada usuario. Adem¨¢s, hoy estrenar¨¢n un blog en ¨¦l que hablar¨¢n "de las funcionalidades de la app, de chefs con los que aprender y de foodies a los que seguir, y de una propuesta que nos hace especial ilusi¨®n: Chefs & Foodies", avanza V¨ªctor. En esta secci¨®n invitar¨¢n a los chefs a que abran sus cocinas para crear fotorrecetas con aficionados.
Victor y Malwine han trabajado siempre en agencias de publicidad. Una estancia en Silicon Valley les hizo ver que pod¨ªan caminar por su cuenta, y ahora encabezan esta startup que har¨¢ su presentaci¨®n oficial hoy en el Mobile World Centre de Barcelona. La uni¨®n de comida y tecnolog¨ªa les ha hecho felices, sentimiento con el que no puedo dejar de identificarme. "Antes no ten¨ªamos un d¨ªa a d¨ªa relacionado con el mundo de la cocina, pero desde que trabajamos con chefs y creamos foto-recetas, sabemos que estamos en el oficio adecuado", afirma Malwine. "Sobre todo porque estamos aprendiendo a cocinar".
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