El extra?o encanto de las malas fotos de comida
Si el ser humano fuera sensato, bondadoso y, por qu¨¦ no decirlo, un poco aburrido, s¨®lo le interesar¨ªa la buena comida. Pero por suerte, todos tenemos nuestro yo ligeramente perverso, ¨¦se que disfruta con los desastres culinarios ajenos y se r¨ªe con los propios. Para satisfacer nuestros m¨¢s bajos instintos gastron¨®micos, en los ¨²ltimos tiempos han nacido una serie de blogs, tumblrs y cuentas de Instagram consagradas a recopilar, comentar y, en ¨²ltima instancia, someter a mofa p¨²blica los platos m¨¢s espantosos que la gente comparte en la red. ?Que si dan asco? Un poco, pero hay que verlos como una divertida pel¨ªcula de miedo: ellos son a la cocina apetitosa lo que Pesadilla en Elm Street a Pretty Woman.
Tartas a las que no te acercar¨ªas ni despu¨¦s de una huelga de hambre, sopicaldos gris¨¢ceos en los que flotan cuerpos extra?os, potajes que parecen pota y carnes resecas acompa?adas de deprimentes verduras hervidas son algunos de los cl¨¢sicos de sitios como Cook Suck, Someone Ate This o Cookingforbae. En ocasiones, el problema es la propia foto, tomada con flash desde el menos apetecible de los planos; en otras, ni el mism¨ªsimo Helmut Newton podr¨ªa haber embellecido los cuasi v¨®mitos retratados.
?A qu¨¦ se debe el boom de estas webs, que cuentan con miles de seguidores en todo el mundo? Por un lado, la sobreexposici¨®n de lo que comemos en Internet hace que no les falte material hilarante: desde el momento en el que todo pichichi fotograf¨ªa y cuelga sus creaciones, por fuerza un porcentaje nada despreciable de ¨¦stas debe causar m¨¢s arcadas/risas que "mmmmmmms". Por otro, es posible que nos estemos empezando a hartar de la comida cuqui, perfectita y hasta cierto punto irreal que tanto abunda en los medios, los blogs o las redes sociales como Pinterest e Instagram, y necesitemos un chute de fealdad humanizadora. Algo as¨ª como una rebeli¨®n punk: d¨¦jame de moner¨ªas con estilismos, mantelitos y cuchufletas, y dame una mierda bien catastr¨®fica de la que me pueda burlar.
Quiz¨¢ haya algo de sentimiento de superioridad en el ¨¦xito de estos sitios: nos reconforta ver los engendros que comen otros porque as¨ª creemos que nosotros nos alimentamos mejor. Quiz¨¢ est¨¦n ah¨ª para decirnos que NO todo vale en la fotograf¨ªa gastron¨®mica, y que a veces ser¨ªa m¨¢s positivo para la humanidad que nos introduj¨¦ramos el m¨®vil en el fistro anal antes que usarlo para inmortalizar un plato. Lo que est¨¢ claro es que todos estos templos de la bazofia resultan tan fascinantes como adictivos, y uno no puede reprimir el morbo de mirar sus horrores.
Dos jovenzuelos californianos fundaron Alguien Comi¨® Esto en 2012, para celebrar "la hilaridad de los accidentes culinarios, la mala fotograf¨ªa de comida y las cosas m¨¢s asquerosas que la gente se ha metido en la boca". Sus fotos son brutales; sus comentarios, corrosivos, pero puede que lo mejor sean las etiquetas que utilizan para clasificar sus entradas, con cl¨¢sicos como "caca de beb¨¦", "por favor matadnos" o "salmonella". "El mensaje es que si t¨² haces un mal trabajo en la cocina, nosotros nos vamos a re¨ªr de ti", ha explicado a la CNN uno de sus creadores, Jeffrey Max.
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